¿Donde esta rebeca?

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Narrador omnisciente.

Alexandria había hecho un trato con los del basurero, se estaban preparando para poder darles lo que piden y que ellos los ayudarán.

Ya era de noche. Rick se encontraba con michonne en la sala de la casa.

Carl se encontraba en su habitación leyendo algunos cómics.

Judith dormida plenamente en su cuarto.

Rebeca: si preciosa—mira a su hija con una sonrisa—vendré ahora y dormiré contigo.

Alexandra: ¿lo prometes mamá?—se sienta y la mira—por que no podré dormir si no vienes.

Rebeca: tengo que ir a la enfermería y hacer algunas cosas—acaricia su mejilla—pero vendré ¿esta bien?—alexandra solo asiente.

Rebeca suspira y se pone de pie, sale de la habitación y baja las escaleras, en la mesita junto a ella toma su cinturón y sus armas.

Rick: vas a algún lado?—ella voltea a verlos.

Michonne: por qué es muy tarde para salir—se acerca a ellos y sonrie.

Rebeca: tengo que hacer algunas cosas en la enfermería, vendré pronto.

Rick: esta bien señorita—los tres sueltan una risa.

Rebeca sale de la casa sonriendo y suspira al ver el cielo estrellado, pensando en cuanto le gustaría verlo junto a su mejor amigo y hermano glenn.

Camina por las calles de alexandria viendo a su alrededor, no hay nadie pero en algunas casas las luces están encendidas.

Llega a la enfermería y abre la puerta, entra y cierra. Pone su cinturón y su arma en la mesita y se acerca al estante.

Mira las pocas medicinas que le quedan y suspira. Los salvadores no les dejaron nada y lo único que tienen es muy poco.

Se sienta y empieza a escribir las cosas que necesita para la enfermería y para las casa.

Aunque sabe que si vienen los salvadores se quedarán otra vez sin nada.

Y ahora lo que quiere es estar cerca de daryl lo extraña demasiado, quiere abrazarlo, sentirlo, besarlo, tocarlo.

Siente que la puerta se abre y se vuelve a cerrar, voltea pero no hay nadie, sigue en lo que estaba haciendo.

Rebeca: hay alguien ahí?—voltea al escuchar unos pasos—por que esta cerrado—se pone de pie—aunque puedo hacer una excepción—nadie responde.

Camina y se acerca a la puerta pero no hay nadie, no le da importancia a eso y se vuelve a sentar.

Paso un rato desde que rebeca esta en la enfermería, organizando algunas cosas y guardando otras.

Se siente cansada y los ojos le pesan, solo espera poder terminar para ir a dormir con su pequeña hija.

Siente como algo le toca la espalda e intenta girar un poco su cabeza pero una mano no se lo permite.

Mark: no grites—abre sus ojos y mira al estante en busca de algo—por fin te tengo—susurra en su oído.

Rebeca: Mark... por favor—no encuentra nada—¿que estas...?

Mark: no hagas preguntas—ella solo asiente varias veces—iremos a...

Eres tu, Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora