Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.
Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.
Y fue la tarde y la mañana el día quinto.
No era lo suficiente mayor como para tener demasiada experiencia en el amor. Además, a Crowley jamás le había atraído la estética del romance.
Para él, era algo sencillo de entender. Chico quiere chica, suceden cosas, chica se da cuenta que chico es lo más, y terminan juntos. Chico podía ser chica, y chica podía ser chico, pues el género y Crowley no se entienden mutuamente.
Sabía lo que era la atracción, también había tenido catorce años como todos, y sabía lo que era el sexo, porque conocía a mucha gente guapa.
Azirafel entraba dentro de gente meh. No era un pibón, estaba algo gordo, pero no era feo. Le gustaba, no le atraía como tal. Alguna vez había mirado sus labios con mucho detenimiento, preguntándose si le gustaría besarlos, y no tenía claro si lo tenía claro.
Pero le gustaba. Aunque era muy pijo. Estaba mucho por La Casa de Campo, con sus trajes de bordados extraños, o sus jerséis de viejo. A veces usaba gafas, otras mantenía los ojos azules mirando el suelo. Crowley se colaba en el resort para verle. Decía que era porque le gustaba colarse, pero solo lo hacía para hablar con Azirafel. Siempre se escandalizaba. Cómo te metas en problemas... Decía nervioso, y le ayudaba a esconderse. ¿Por qué le ayudaba a esconderse? Crowley no lo entendía, por lógica deberían llevarse mal.
-Azirafel- le llamó mientras veían juntos hacia las mesas del comedor, sentados en una esquina de un salón repipi con decorados de plata.
-¿Qué?- preguntó sin mirarle. Porque veía hacia las mesas, preocupado de que los vieran.
-¿Quieres ir a tomar algo?- esperó mientras apretaba el brazo del sofá ansioso.
-¿Quieres que vaya a pedir algo a la barra?- preguntó ingenuo. Crowley bufó antes de insistir.
-Quieres tomar algo fuera de aquí, en algún sitio normal- le miró callado, pensando.
-¿Los dos solos?-.
-Claro-.
-¿Dónde?-.
-Un bar normal-.
-Bueno, pero ¿sucede algo o...?-.
-No, nada realmente. Pensé que tú y yo pasamos mucho tiempo aquí, cuando vengo, y podríamos tomar algo tranquilos- como no le respondió continúo hablando -Sin el miedo constante de que me expulsen de por vida por colarme y ser pobre-.
-Podemos ir a tomar algo... un día- murmuró en respuesta, mirando sus manos. Crowley vio como jugaba con sus dedos nervioso.
-Pronto-.
-¿Pronto?-.
-Sí, pronto- estaba un poco escandalizado. Le gustaría saber que pensaba Azirafel de él, porqué parecía estar cómodo a su lado, y espantado al mismo tiempo.
-Bueno, pues pronto- murmuró volviendo a ver el salón. Crowley asintió lentamente, y volvieron a quedarse en silencio mientras pasaba la tarde, uno junto al otro.
Si estaba nervioso o no, era su problema. Se duchó y afeitó, aunque no solía molestarse en una de las dos cosas. Buscó sus gafas de sol y las llaves más tiempo del necesario, y al final se atrevió a mirar la hora. Aún quedaban veinte minutos para salir.
Volvió al baño, se lavó los dientes una segunda vez, y después regresó a mirar la hora. No quería llegar y esperar a Azirafel como tonto, parado en una esquina, pero quería salir ya. Se probó sus cazadoras y optó por una vaquera, pero la descartó antes de salir, y regresó a por una de cuero que se había comprado en Pull&Bear.
Cuando abrió la puerta se le ocurrió que podía llevar algo más fino, pues tampoco hacía tanto frío como para llevar la chaqueta negra de piel de plástico, y regresó otra vez al apartamento. Nada parecía apropiado. No podía ir arreglado, porque iban a un lugar modesto, pero tampoco tenía nada elegante en caso de ir a un lugar especial. Pero no quería vestir como siempre, ni tampoco demasiado diferente.
Al final tomó la cazadora vaquera y salió de casa enfadado, jugando con las llaves y preguntándose qué importaba todo aquello. Fue caminando hasta el metro, muy molesto por todo el tiempo perdido en las chaquetas. Escribió a Azirafel que ya estaba de camino, y a los pocos segundos recibió una carita sonriente.
Miró el teléfono en silencio. Miró la foto de perfil. Le hubiera gustado ver una foto de su amigo, pero Azirafel era muy tímido para ello, y tenía la foto de un paisaje de montaña. Crowley se preguntó dónde estaría aquello, y si realmente Azirafel le consideraría un amigo de vuelta o estaba forzando aquella situación.
Llegó a la calle de encuentro. Se sentó en un banco y espero mirando a sus lados. Un coche negro se detuvo a sus espaldas, no se giró, pues no se le había ocurrido que Azirafel pudiera venir en coche.
-Buenas tardes, Crowley, que buen tiempo hace hoy- escuchó a su espalda. Se giró para verle acercarse, llevaba uno de sus jerséis de viejo, y un bolso de cuero, posiblemente cuero real.
Crowley se levantó mientras se miraban. Sonrió y murmuró algo así como hola, pero menos conciso. Azirafel sonreía contento, y le preguntó que pensaba hacer.
-Pensé tomar algo y hablar, no lo se- respondió encaminándose por la calle.
-Sin duda ese era el plan, ¿pero dónde?-.
-Hay un bar... Un bar que me gusta un poco, y suele estar limpio- añadió pensando que la mayoría de los pubs y discos que frecuentaba tenían cierto aroma a vómito.
-Un detalle muy importante- puntualizó su compañero riendo. Le miró de lado, seguía sonriendo.
-¿Qué te apetece tomar?- decidió elegir según su respuesta.
-Oh, no lo se...- dejó de sonreír, Crowley no quería que dejará de sonreír -Ya que es una ocasión especial podríamos tomar algo especial-.
-Mmm... ¿Qué es especial para ti?-.
-Cualquier cosa con alcohol es especial para mi- confesó avergonzado, Crowley sonrió.
-Que sea especial pues-.
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Good angels_ GOOD OMENS _Ineffable Husbands_ (Español)
FanfictionAziraphele y Crowley no se conocieron de la mejor manera posible. Son muy diferentes, pero eso no les aleja entre si. Aziraphele es un chico estudioso, de buena familia, que disfruta de pequeños placeres auto-otorgados con la más divina felicidad. C...