Tomó, pues, Dios al hombre y lo llevó al jardín de Edén, para que lo labrara y lo cuidase. Y mandó Dios al hombre, diciendo:
"De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás; porque el día en que comieres de él, morirás sin remedio".
Crowley se graduó del curso de Ingeniería de vehículos un viernes, en el auditorio de su escuela. Sus compañeros organizaron una gran fiesta.
Aziraphele estaba muy contento. Crowley se sintió avergonzado de verle sentado entre el público durante la graduación.
-¿Vamos a la fiesta?- preguntó Aziraphele mientras todos salían juntos del auditorio.
-¿Quieres ir?- le sorprendía que Aziraphele quisiera ir de fiesta. Prendió un cigarro que guardaba en su bolsillo, y Aziraphele le miró mal.
-No deberías fumar, y sí, puede ser divertido-.
-No puedo dejarlo, y no me apetece ir. No me cae nadie bien-.
-Oh, vamos Crowley, vamos a celebrar- insistió. Crowley le miró de lado, ocultó tras sus gafas de sol. Aceptó.
-Pero mi punto es... las serpientes- dijo Crowley bastante afectado por la bebida. Aziraphele estaba igual que él, sino peor. Estaban sentados en las mesas de un bar, de fondo se escuchaba el cambio de canciones que estaba haciendo el DJ.
-¿Qué les pasa a las serpientes?- preguntó Aziraphele posando su vaso contra la mesa.
-¡No tienen brazos!¿Como puede existir un animal que vive en todas partes y no tiene brazos?-.
-Pues porque no les necesitan-.
-Y son jodidamente feas- dijo Crowley enfadado.
-No son feas- respondió Aziraphele a la defensiva. Por alguna razón sentía la necesidad de defender a las serpientes.
-Sí lo son, todo escamosas y serpenteantes... Buah- Aziraphele suspiró ante la insistencia de Crowley, y tomó un trago pensando.
-Podría ser peor, piensa en... en... ¡las ballenas se están extinguiendo!-.
-Puffff... Pero las serpientes están condenadas a existir siempre igual-.
-Quedan muy pocas ballenas en el mundo-.
-Serpenteando y mudando de piel-.
-Pobre pobres ballenas...-.
-A la puta mierda las ballenas. Pobres putas serpientes-.
-¡Crowley!- le regañó rápidamente -No insultes a las ballenas y a las serpientes, no son putas-.
-Agh... Maldita sea Aziraphele- le respondió riendo.
Se miraron unos segundos. Aziraphele sonrió y miró sus copas, sintiéndose bastante triste de repente.
-¿Te apetece ir a comer algo?- preguntó Crowley -Salir de aquí-.
-No creo que siga nada abierto- respondió volviendo a verle. Crowley lo pensó unos segundos, mientras se levantaba y recogía su chaqueta.
-¿Puedo invitarte a comer a mi casa?-.
-¿A tu casa?- respondió en un tono muy bajo Aziraphele. Crowley no le miraba, sino que veía la salida a la que se dirigían.
-Belzebub no iba a estar hoy, entonces tengo la casa sola. Podemos ir, ver un poco la tele, cenar una pizza-.
-Mmm...- Aziraphele lo comenzaba a dudar. Sabía hacia donde conducía aquello, y no sabía si era lo suyo.
-No pasa nada si no quieres, te acerco a tu casa-.
-Creo que pediré un Uber- dijo Aziraphele. Crowley le miró muy alterado, sintiendo que había arruinado algo -Estás borracho, no puedes conducir-.
-Oh...- respiró aliviado -Pero no quieres... ¿no vienes a comer una pizza?-.
-No, Crowley- Aziraphele miraba su teléfono mientras pedía el Uber -Creo que no nos estamos entendiendo-.
-Que no nos... ¿Cómo?-.
-Vas demasiado rápido para mi- le contestó. Se quedaron callados, mirando la carretera a su lado, sin saber que podrían decirse.
-¿Qué quieres decir...?- preguntó algo mareado, tambaleándose un poco. Aziraphele sonrió y agarró su brazo para que no tropezara, acercándose ambos al muro de la discoteca.
Crowley se apoyó de espaldas, y Aziraphele le miró en silencio. No podía, no debía, no sabía, pero se acercó sujetando su rostro con una mano. Crowley le miró en silencio, no se alejó, no hizo un mal gesto, es más, se inclinó hacia él, pidiendo que por favor terminará con aquello.
Rozó con gentileza sus labios, unos segundos, con la suavidad más exquisita. Aziraphele sintió la ligera presión, y pensó e imagino que así debía de sentirse la primavera. Aquella debía ser la razón por la que Hades robaba la primavera cada año, pese a toda destrucción, para poder sentir el roce de sus besos.
Crowley pensó en el algodón de azúcar.
-Vayamos despacio...- susurró frente a sus labios, alejándose.
El Uber llegó a los pocos minutos, parando frente a ellos.
Crowley sentado a la derecha, Aziraphele en el lado izquierdo, no se dijeron una palabra más en todo el camino.
-¡Demasiado rápido!¡Voy demasiado rápido!- gritaba caminando acalorado por su casa. No había nadie, solo el cactus y el potus que cuidaba.
Lanzó un cojín de un extremo del sofá al contrario, tirándose en él.
-Maldito ángel...- maldijo mirando el potus -¡Maldita sea, Aziraphele!-.
No estaba enfadado con él. Estaba enfadado consigo mismo. Eran grandes amigos, y podía haberlo arruinado todo. No sabía si quería arruinarlo todo. Sabía lo que sentía, lo que quería, y lo que le había sucedido a Belzebub.
-Al demonio...- se dijo. Y sacó de un armario la botella de vino que estaba guardando para navidad.
Aziraphele llegó a su casa y su madre le esperaba despierta en el salón. Estaba enfadada por algún motivo, pero no le quiso decir.
Entró a su cuarto, con la sensación de fracaso más agotadora, y el recuerdo de su madre gruñendo ahogado en su garganta.
Se miró en el espejo de su cuarto, sentándose en la cama, y permaneció quieto. Repaso con cuidado cada rizo y cada trozo de tela. Sus ojos y sus dedos. Repaso y repaso su cuerpo con la mirada para asegurarse de que seguía igual. No se sentía igual.
Lo que había hecho no estaba mal. Si alguien no quería estar con alguien esperaba sinceridad, comunicación. Pero no entendía porque, si tanto quería a Crowley, no se sentía preparado para estar juntos.
Pensó agobiado en su amistad, que era demasiado importante para ser arruinada por una noche de borrachera. Aquél era el problema, Crowley solo le quería porque estaba borracho. Se arrepentiría.
Aziraphele pensaba y pensaba, sin escuchar nada salvo a sí mismo.
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Good angels_ GOOD OMENS _Ineffable Husbands_ (Español)
FanficAziraphele y Crowley no se conocieron de la mejor manera posible. Son muy diferentes, pero eso no les aleja entre si. Aziraphele es un chico estudioso, de buena familia, que disfruta de pequeños placeres auto-otorgados con la más divina felicidad. C...