Y dijo Dios: Haya un en medio de las aguas, y separe aquel las aguas de las aguas.
E hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban debajo del firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así.
Y llamó Dios al firmamento . Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Aquella noche Azirafel cerraba la tienda solo. Después tenía que tomar un taxi a casa. Tenía licencia para conducir, pero a falta de un vehículo propio, no esperaba nada mejor.
Bajó las verjas, cerró la puerta trasera y delantera, prendió la alarma. Dio un vistazo a la calle. Aún era temprano, pero no había movimiento.
Crowley le miraba fuera de su campo de visión. El chico rubio estaba llamando por teléfono, sin moverse de su esquina.
-¿Estás seguro de esto?- insistió Belzebú. No solían ser tan ambiciosos.
Crowley se fijó bien en el chico. Su sonrisa amable. Cuando había estado en la tienda le había tratado muy bien, ni si quiera le había seguido por todas partes, aunque sospechaba que no le quitaba el ojo de encima.
De todas formas, para él era solo un empleado de la mujer alta y pija. Él se veía de una calaña completamente diferente.
-Se va. Vamos por la puerta de atrás- fue su respuesta. Se colocaron unos buenos guantes, dispuestos a no dejar ninguna evidencia.
El teléfono de Azirafel comenzó a vibrar. Si quiera había dado la vuelta a la manzana y la alarma de la tienda salto en el móvil. Pensó que había sido un fallo suyo, y enseguida pidió que dieran la vuelta. No quería enfurecer a sus padres.
Crowley forzó la cerradura. Belzebú llevaba un gran bolso en el que comenzó a meter todas las decoraciones que veía. Se fijaría en su valor después, ahora tenían mucha prisa. Por su parte, Anthony comenzó a forzar la caja registradora.
Azirafel vio las luces de linternas que se asomaban desde el interior de la tienda a la calle sin precaución. Vio una figura al otro lado de los cristales, quitando de la exposición de estatuillas de su bisabuelo las más brillantes.
La cerradura de la caja fuerte cedió. Aunque no había mucho, a Crowley le bastaba. Agarró todos los billetes, con una sonrisa de victoria.
Azirafel rodeó el edificio. La puerta de atrás estaba rota. La empujó con cuidado, entrando a la trastienda. No habían tocado ninguno de los libros antiguos, los que valían una fortuna.
Debajo de la primera estantería a la izquierda se ocultaba un rifle. El tenía licencia desde los catorce, pues su padre era aficionado a jugar tiro al plato. El sonido del arma cargada llegó a Crowley. Se quedó muy quieto, girando la cabeza lentamente. El chico le estaba apuntando con una cara muy seria.
Belzebú se detuvo, dejando caer la bolsa. Aquello era mucho más ambicioso que robar carteras.
-La policía ya está en camino- mintió. No quería que su primer día solo con la tienda terminará en un atraco. Solo lograría demostrar a su madre que tenía razón, que no estaba listo. Crowley miraba su arma. Se veía asustado, pero muy rápidamente sonrió.
-No vas a disparar- dijo seguro. Azirafel tragó saliva.
-Por supuesto que sí-.
-Por supuesto que no-.
-¡No quieras probar lo que puedo hacer! Me... ¡Mendrugo!- Crowley sonrió más, negando con la cabeza, tranquilo. No iba a disparar.
-Mira- empezó a decir despacio, acercándose -Baja eso antes de que alguien se haga...- boom.
La bala la paso a varios metros de la cara, golpeando la pared. Azirafel tenía una puntería excelente, pero eso Crowley no lo sabía.
Se escuchó el ruido de la puerta de entrada. Belzebub se había escapado como una maldita cucaracha. Había dejado la bolsa en la tienda.
-Me has disparado...- murmuró Crowley de repente, regresando toda la atención a si mismo.
-¡Te dije que te quedarás quieto!- poco a poco se estaba armando de valor. Tenía el arma en las manos, jamás se le ocurría usarla en otra persona, pero Crowley no lo sabía, y lo comenzaba a dudar.
Obligó a Crowley a dejar el dinero de la caja sobre el mostrador. El agujero en la pared ya no se podía quitar. Estaba tan molesto con Anthony por arruinar su primer día solo, pero de alguna forma, pensaba que era culpa suya.
Sujetando el arma con una mano, llamó a la policía. Crowley no se movía, pero mientras veía como Azirafel se explicaba a la policía, se armó ligeramente de valor. Saltó tirando el arma hacía abajo, esta se disparó de nuevo, contra el suelo.
Azirafel gritó, Anthony gritó. El teléfono cayó contra el suelo. Ninguno se movió. Anthony sujetaba las manos de Azirafel, respirando nervioso. Levantó la mirada, los ojos azules denotaban una pizca de pánico. Era bueno, y le estaba jodiendo la vida, pensó, si continuaban así, era muy posible que uno de los terminará herido.
-Déjeme ir- susurró. Azirafel abrió mucho los ojos, su boca hizo una mueca confundida -No sabes quién soy. No se quién eres. Déjame ir y no volverás a verme-.
-Pero se quién eres- le interrumpió Azirafel -El otro día compraste un ejemplar de Drácula, tu número de teléfono está apuntado en el ordenador, lo recuerdo porque no mucha gente dice que se llama Al Cólico-.
En ningún momento se le había ocurrido que aquello podía suceder. Es cierto que se había inventado el nombre, pero el número de teléfono era el de verdad, por si necesitaba devolverlo.
-Haré lo que quieras- suplicó soltando sus manos, alejándose, comenzando a caer en el pánico -Lo que sea. Por favor, déjame ir, amigo-.
-¿Qué voy a querer?- dijo Azirafel confundido, retomando el poder sobre la escopeta. Sin embargo, no le apuntó.
-Lo que sea. Te lo prometo. ¡Ya tienes mi número!-.
Aziraphele le miró en silencio. No sabía que responder, que hacer. Si en algún momento lo había dudado, comprendió que estaba ante un chico de su edad, que no sabía lo que hacía, y se sintió triste por él.
-Te llamaré- dijo serio. Crowley le vio bajar el arma completamente, y corrió fuera de la tienda sin esperar más.
Aziraphele recuperó su teléfono del suelo y dejó la escopeta. Los luces de los vehículos de la policía se comenzaban a ver por los cristales. Iba a tener mucho que explicar.
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Good angels_ GOOD OMENS _Ineffable Husbands_ (Español)
FanfictionAziraphele y Crowley no se conocieron de la mejor manera posible. Son muy diferentes, pero eso no les aleja entre si. Aziraphele es un chico estudioso, de buena familia, que disfruta de pequeños placeres auto-otorgados con la más divina felicidad. C...