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Pequeños ruiditos empezaron a escucharse, al inicio como si se encontraran a kilómetros de distancia, para pronto correr hasta posicionarse al frente suyo

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Pequeños ruiditos empezaron a escucharse, al inicio como si se encontraran a kilómetros de distancia, para pronto correr hasta posicionarse al frente suyo. En su cara. Siendo combinados por suaves toques intermitentes en esta misma.

Era incómodo y grato al mismo tiempo.

Quiso gruñir y retirar los golpeteos de su piel. Contrario a lo que hizo, al solo reír bajo y manotear sin fuerza ni sentido.

—Oye, bonito, despierta —la sensación se detuvo por los segundos que la frase se escuchó, continuando luego de ello.

Jungkook se removió nuevamente, reconociendo la voz y el tacto que recibía. Suave y delicado, terso y pomposo. Imposible no hacerlo cuando llevaba meses degustando la sensación.

Los labios de Taehyung piqueteaban su cara en un repetitivo ritmo.

Besos al despertar, dios, ¿Cómo reaccionaba a eso? Ni idea, pero agradecía que esta vez sí siguiera a su lado.

—Ya estoy despierto, deja —Lo tomó de los hombros, queriendo alejarse un poquito para observarlo, viéndose impedido cuando Taehyung se lanzó a sus labios.

Murmuró chillón ante el impacto sin aviso, recibiendo de respuesta una sonrisa en medio de los desincronizados movimientos. El sabor de Taehyung era dulce, pero no del dulce de la menta o del enjuague; se trataba de su sabor natural, sin nada más que su esencia pura que, por lógica común, debería no ser muy agradable.

Pero claro, era Kim Taehyung, ¿siquiera debía sorprenderse?

Sin embargo, él era nada más que un simple mortal, el cual no tenía esas cualidades mágicas y seguramente podría hacerlo sentir incómodo si llegaba a degustar algo no tan grato con su escurridiza lengua.

¡Dios, no! ¡Qué vergüenza!

Lo empujó como pudo tratando de pararse de su lado, siendo malinterpretado por este, quien al parecer creyó que quería cambiar de posición y lo giró hasta quedar encima suyo. Solo cuando sus pieles se rozaron de forma directa recordó que no traían absolutamente nada puesto.

Sus mejillas ardieron de repente y sus manos se sintieron cohibidas de tocar tanto como sus muslos y pecho ya lo hacían, prefiriéndolas acomodar al costado de sus costillas.

SEVEN DAY CHALLENGE [KTH & JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora