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—Otra vez está viéndonos tu gato...— Murmuro riendo algo apenada.

—No se va a ir de ahí, le gusta dormir en ese sofá.—

Después de aceptar ser novia de Jean, estuvimos atrapados entre beso y beso sobre el sofá, aunque en algún momento Romeo decidió ser espectador.

—Entonces nosotros podríamos ir a otro lugar.—

—¿Como a tu casa?— Frunce las cejas.

—No, yo me refería a un lugar como tu habitación.— Susurro y parece que casi se ahoga.

—¿M-mi qué?—

—Ugh, eres tan tierno.— Aprieto sus mejillas suavemente. —No haremos nada que tú no quieras, Jean. Sólo es ir a tu habitación a seguir dándonos besitos, ¿hmm?— Dejo un piquito sobre sus labios, aún atónito.

—S-sí sí, claro.—

Ambos nos levantamos y Jean sujeta mi mano guiándome—llevando una vela consigo y apagando la otra en la mesita—. Acabamos de pasar por un momento romántico así que no lo quiero arruinar con mi calentura de mierda, además, temo espantarlo. Jean es demasiado tímido aún en cuestión de ir más allá de besos, no lo culpo, las primeras experiencias siempre causan incertidumbre y nervios. Jamás lo presionaría a algo, el amor también es tener paciencia.

—Pasa.— Traga saliva en seco tras abrir la puerta y sonrío traviesa.

Coquetearle hasta verlo
nervioso no sería tan
malo, ¿verdad?.

—Linda habitación.— Comento viendo a mi alrededor. —La cama se ve cómoda.— Bajo el tono de mi voz.

—Lo es, compré un colchón matrimonial porque no quepo en los indivuales.— Dice completamente ajeno a mi indirecta, dejando la vela en la mesita de noche.

—¿Ah no?— Rozo un mueble con la yema de mis dedos, aún husmeando en su habitación.

—No.— Se sienta en el borde del colchón, "bingo".

—Bueno, es que eres bastante alto.— Ladeo sutilmente la cabeza. —Un chico grande, ah...—

—Mmjm.—

—A mí me gustan mucho de esos.—

—¿Los colchones matrimoniales?—

Inevitablemente suelto una gran carcajada y Jean me mira confundido, ni siquiera me frustro porque no capta mi intento de coqueto, de hecho me hace reír.

—Me refería a ti, Jean.— Camino hacia él y acaricio su cabello.

—Ah...— Sonríe tímido mirándome desde abajo. —Perdón, soy muy ingenuo para estas cosas.—

—Podemos arreglar eso.— Me siento sobre su regazo y se tensa por completo.

Que yo recuerde, ninguno de mis ex's novios me preguntó lo que quería realmente, sólo pasaron las cosas y ya. No es como si yo me hubiera negado o no quisiera, pero ahora que lo pienso, es importante asegurarse que ambos estén cómodos. Si yo fuera Jean supongo que me gustaría ir despacio, sentirme seguro y que respetaran mi ritmo, así que debo preguntarle si esta situación le agrada o no.

—¿Esto es demasiado para ti? ¿quieres que me baje?—

—N-no.— Niega rápidamente con la cabeza. —Está bien.—

—¿Seguro?— Murmura un "mmjm". —Porque si algo te incomoda o molesta necesito saberlo.—

—Estoy bien.— Contesta más firme. —En serio.—

new romantics | jean kirschteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora