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Estoy pensando seriamente en poner metas de actualización a ver si así comentan porque si no les amenazó ustedes no funcionan 👹👹👹
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-Yo estoy muy bien- Sunoo caminaba por su habitación, era la tarde de ese mismo día en el que había despertado luego de un mes sin señales de algo.
-Prefiero que te quedes descansado, al menos unos días más- Ni-ki lo levantó en brazos parque no caminara.
-No me duele nada- el Rey suspiró.
La cicatriz que tenía, no dolía como pensó que iba a doler era como una molestia, como cualquier cicatriz en la última parte de sanación.
-Unos días más- Ni-ki lo acostó en la cama -al menos dos.
-Pero--
-Tres días.
-Ni-ki, estoy bi--
-Cuatro días.
Sunoo se quedó callado, se cruzó de brazos y suspiró en su lugar.
En el tiempo que estuvo "dormido" ¿Quién había suplido su lugar? Aún no lo sabía, talvez Jungwon, aunque podría ser que no, le dijeron que su amigo estaba casi todo el día pendiente de los sueros inyectados, de su vestimenta, siempre estaba ahí, entonces ¿Quién?
-Quédate aquí- Ni-ki besó su frente.
-¿Porqué? Yo igual quiero hacer mi parte, yo--
-Su majestad Ni-ki- tocaron la puerta y Ni-ki abrió.
-¿Pasa algo?
-Necesitamos su autorización, la plantación del sur quiere poner árboles de durazno en las faldas de la colina.
-Ah, no creo que el durazno tenga muchos frutos en esas áreas, pero la tierra es ideal para los tubérculos, los duraznos pónganlos más al este, mezclen la tierra negra y...
Sunoo escuchaba todo desde su lugar ¿Su Majestad Ni-ki? Oh Dios, él se había hecho cargo de todo, todo ese tiempo.
Luego una imagen llegó a su cabeza.
Ni-ki, con una corona hecha a su medida, con un Hanbok negro, una espada envainada y una capa hecha con la piel de ese lobo híbrido que había matado.
Sus mejillas se tornaron rojas solo con pensarlo.
Si Sunoo no fuera Rey y Ni-ki sí lo sería... oh... él traje le quedaría tan bien, la corona sería perfecta, su espada no temblará al enfrentarse a alguien.
Sus piernas temblaron.
Mi chico es tan genial.
-Gracias, Majestad- el guardia se fue, dejando a Sunoo y Ni-ki solos otra vez.
-¿Pasó algo?-Ni-ki miró a Sunoo y este tenía las mejillas sonrisadas, apretando sus piernas contra su pecho, mientras cubría algo de su rostro con sus manos.
-¿Majestad?- Sunoo lo miró con una sonrisa.
-Les dije muchas veces que no me llamaran así pero no hacen caso, me rendí- se sentó en la cama.
-Te queda bien- su mano se guió hasta la de Ni-ki.
-¿Me queda bien ser de la realeza?- sonrió.
-Bastante- se atrevió a sentarse en su encima.
Ni-ki sujetó la cintura del Rey con sus manos, mientras esté se acomodó entre sus brazos.
-Majestad- Sunoo habló -¿Podría darme un beso?
Ni-ki de inmediato entendió el cambio de roles que hizo Sunoo con esa oración.
-Yo haría lo que sea por mi pueblo- sonrió -¿Esto haría que se sintiera mejor?
Y Sunoo asintió rápido y varias veces.
-Entonces puedo conceder ese deseo, haga como si fuera un favor real.
Sunoo, sintió los labios contrarios encima de los suyos, percibiendo pronto la lengua del híbrido dentro de su boca, jugando con su lengua, provocando con cada toque.
-Majestad... por favor... Un poco más- Sunoo se aferró a él, meneando sus caderas mientras suspiraba fuerte en el oído del más alto -Ni-ki...
-¿Ni-ki? Que falta de respeto llamar así a alguien de la realeza- El más alto estaba muy metido en ese personaje en ese momento, usualmente no le agradaba mucho que lo llamaran "Majestad" pero viniendo de Sunoo, podría escucharlo todo el día.
-P-perdón, su majestad- Sunoo sentía una fuerte corriente recorriendo su espalda, Ni-ki siempre fue una clase más baja que la suya y ahora ese juego de roles lo ponía más abajo de Ni-ki, era emocionante -Perdone mi insolencia... puede castigarme si es que lo merezco.
-Humillación pública sería poco para tal insolencia ante alguien de la nobleza- sus manos se guiaron hasta dentro del pantalón contrario -unos azotes sería lo indicado ¿no crees?- susurró en su oído.
¿Azotes? Ni-ki nunca había hecho eso con Sunoo, pero de todos modos, la idea era totalmente agradable para él.
-Sí... aceptaré el castigo- se quitó el pantalón él solo, luego, fue levantado por Ni-ki y colocado boca abajo encima de sus piernas.
-Serán siete, tienes que contar bien o empezaré de nuevo.
El autocontrol que Ni-ki tenía, había desaparecido por completo.
La cabeza de Sunoo estaba mareada, imaginar a Ni-ki con una corona y un Hanbok ceremonial negro, oh, pero que bien se vería así.
Pero sus pensamientos se interrumpieron, un azote le fue proporcionado en sus nalgas.
-¡Ah!.
-Te dije que contarás.
Oh, cierto.
-Empezaré otra vez- Ni-ki habló.
Le proporcionó otro azote fuerte y directo, haciendo que sus nalgas tomen un color melocotón muy rápido.
-¡U-Uno!- Sunoo exclamó desde su lugar.
Luego, otro más, sus manos se formaron en puños, apretando la sábana de su cama.
-D-dos...- ardía, pero de todos modos, quería otro más.
Otra vez, esta vez un poco más fuerte.
¿Cuántos iban? Ya no recordaba.
-Empezaremos de nuevo- tomó el mentón de Sunoo entre sus manos, obligando a que lo mire -cuenta bien.
-S-sí, su majestad- sonrió -lo haré bien.
Pese a que dijo eso, su cabeza perdía la cuenta luego del cuatro, ya iban repitiendo eso por al menos unas tres veces.
-S-su majestad... no más... por favor... duele...- sus ojos lloraban, pero no era por dolor.
-¿Qué debería hacer? No cuentas apropiadamente.
Y sin aviso, otro azote, fuerte y conciso se posó en sus nalgas ya rojas por tantos azotes.
-¡P-por favor!- sus brazos temblaban, pero pudo posicionarse hasta estar de frente con Ni-ki.
Se miraron por un momento, antes de que sus labios se encontrasen en un beso apasionado y lento.
-Ni-ki...
-¿Si?
-Tu quisieras...
Era algo que Sunoo estuvo pensando los últimos cuatro meses, investigando si era posible, viendo si podría o no ser una variable antes de proponerlo y ahora que sabía que sí podía ser cumplido, preguntó.
-Tu quisieras... ¿Casarte conmigo?
Cami~
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MONGREL- Sunki♡
Fiksi PenggemarUna tierra, dividida en híbridos y normales. Los híbridos eran "bestias" hombres y mujeres que mutaban de su forma humana a lobos, leones, tigres, básicamente depredadores y los normales, gente corriente liderada por un sabio hombre y su esposa, que...