Chapitre Trois (Partie 2)

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Only Gemini.

6  d e  O c t u b r e  1 8 8 3 - Mont saint michel.

La fuerte bofetada rezono en su rostro haciendo que este se girará por el impacto, apretó su puño conteniendo su furia, después de todo no estaban en un lugar privado para que el comenzará una pelea con su padre.

"¡Cuatro días Gemini! Cuatro días, los cuales llevas huyendo como un cobarde, haciéndote demostrar lo poco hombre que eres"

¿Tan poco tiempo? Sonrió con total descaro al recordar lo bien que se la paso estando en ese lugar, su padre seguía maltratando y arrugando su ropa, ¿pero que más daba? El nunca había sido tan feliz en toda su vida, nunca había visto la vida color de rosa.

Una bofetada más hizo que saliera de aquel trance lleno de felicidad haciendo que sus ojos se pasarán en los más apagados y arrugados, dio un gran trago amargo de saliva preparándose para retar groseramente a su progenitor.

"¿Qué haces aquí? Pareces un perro en busca de su amo"

A este grado ya no sabía cuantas bofetadas había recibido su rostro, y no es como que le encantará estar recibiendo golpes y más golpes, aunque desde pequeño había sufrido de estos, nunca se acostumbró como muchos otros, pero ya no era un niño para ponerse a llorar. Te odio tanto.

¿Porque amarlo?

Gemini no tenía ninguna necesidad de amar a un hombre tan malo, no tenía ningún recuerdo bonito de él, ni siquiera de niño, lo único que su mente recordaba era la imagen de su madre tirada a un costado de la cama con moretes por todo su cuerpo,su vestido desgarrado y mientras tanto sus hermanos pequeños escondidos del hombre por miedo a ser golpeados.

"Mañana, volverás conmigo a Ruan antes del amanecer, la familia de tu futura esposa vendrá personalmente a verte ya que su prometido no lo a hecho"

Fue lo último que dijo el hombre mayor antes de irse con un aura de furia por todo su cuerpo. Si que sabía como arruinarle la felicidad a su propio hijo.

Gemini porfin levantó su mirada haciendo que se encontrará con unos hermosos ojos color avellana, sintiendo como todo su cuerpo se tensaba haciendolo sentir pequeño.

Maldita sea.

¿En que momento aquel hombrecito comenzó a espiarlo? Talvez lo estuvo esperando porque...

CARAJO!

Olvido por completo que había prometido ayudarlo con las tareas de la cocina, seguramente salió a buscarlo y miro toda la escena.

Totalmente humillante.

No le quedaba de otra más que aceptar que se había visto vulnerable por primera vez ante los ojos de un extraño, pero si era un extraño... ¿Porque demonios le importaba?

En los últimos cuatro días desde la noche en la que intercambiaron palabras, ambos se había vuelto cercanos; si es que se puede llamar así. Preparaban las tres comidas del día, hacían pan, recolectaba los frutos de la huerta, e incluso baño a su propio caballo con sus propias manos. Si lo piensa bien... Se a humillado aún más estando con Fourth qué con su padre.

Volvió a sonreír, esta vez con ternura, si alguien de confianza estuviera frente a él probablemente le diría que parece un idiota enamorado.

Que mierda...

No. El no estaba enamorado, el no era un enfermo trastornado para sentirse enamorado... De un hombre ¿Porque jodidos su mente tuvo ese pensamiento tan desagradable?

Esta vez lo dejaría pasar, por ahora tenía que ir con el chico lindo a ayudarle. Espero no hayas hecho nada aún.

[. . .]

H

an pasado talvez... ¿30 minutos? No lo sabía, pero lo único que corría por su mente en estos momentos era la dudosa cuestión de saber donde demonios se encontraba ese monje escurridizo, estaba seguro que lo vio esta mañana saliendo de la cocina con su bonita canasta de paja.

Fue al pequeño pueblo, nada.
Fue adentro de la catedral, nada.
Fue varias veces a la cocina, nada.
Fue al huerto y nada, nada, nada, nada. Estuvo en todos los lugares a los que Fourth recurre con más frecuencia durante todos los días, pero simplemente no había ninguna señal de él por ningún lado de la abadía.

¿En donde estás?

Suspiró pesadamente, estaba algo cansado de perturbar cada rincón del lugar, no sabía donde más buscar, Fourth no podía salir fuera así que sería totalmente absurdo. Olfateo su brazo, apestaba terriblemente mal ¿cuando fue su último baño? Hace dos días más o menos...

Eres un asqueroso, Norawit.

Movio su cabeza burlándose de si mismo mientras se aproximaba a la parte lateral de la catedral, había un hueco ahí que el mismo había hecho, pues detrás de todo había una zona segura con árboles y un pequeño yacimiento de agua, ahí se había bañado la otra vez y sentir su cuerpo tan pegajoso lo llevo a ese grado. Romper la pared.

Fourth había lavado su traje anterior, así que probablemente ese se pondría después de la ducha, si es que se puede llamar así.

Paso la abertura en el muro sin ningún problema, tiro su saco sobre una piedra y comenzó a desabrochar cada boton de su blanca y reluciente camisa hasta poder sacarla y sobre ponerla donde estaba su otra prenda.

Sus oídos fueron perturbados por un ligero chapoteo y su curiosidad definitivamente lo atrapó, su cuerpo quedo estupefacto ante la aquella escena, piel blanca y totalmente limpia, no había si quiera un pequeño vello perturbando alguna zona, la espalda terriblemente ancha y bien marcada hizo que su cuerpo tambaleara y su corazón se acelerara con descaro, podría decir que pronto saldría de su pecho si no lo bloqueaba con su propia mano.

Gemini estaba seguro que nunca había visto el cuerpo de un hombre, tan perfecto como era el de Fourth.

{...}

Mames... Me tarde un chingo. 😔
Una disculpa y como siempre, gracias por leer! 🌷

Jusqu'à ce que la gloire nous sépare {GeminiFourth} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora