Jusqu'à ce que la gloire nous sépare {GeminiFourth}

Chapitre treize

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Levantarse y ver el sol en alto y el cielo azul, no precisamente significa que sería un buen día. Gemini había despertado con parte de su rostro hinchado y con la presión de su madre y gente extraña sobre él.

Hoy sería su boda...

Y la frustración en su ser era tan evidente.

"¡Gemini! ¡Dios mio levántate ahora!"

Los gritos de su madre solo podían frustrarlo más, el dolor de cabeza se volvía tan insoportable que incluso podría desquitar su furia con ella.

"Ve con Earn... te maquillara para que ese horroroso golpe se desaparezca"

Cansado se sentó en su cama pasando con frustración sus manos por su lacio y oscuro cabello.

"¿Qué pasa con Phuwin? También esta lastimado..."

Freen bufo y rodó sus ojos con burla.

"Amor... El no es tan importante, quien está a punto de casarse eres tu."

Gemini molió sus dientes y apretó sus manos en puño. Ahora se daba cuenta que era verdad cuando sus hermanos mencionaban que su madre solamente se enfocava en él.

Pero... ¿y si realmente todo eso era su culpa?

No mencionó nada y se levantó yendo directamente a la habitación qué le habían otorgado a su hermana.

Al llegar a ella inhalo una gran bocanada de aire y luego, exhalo...

Con sus nudillos toco la puerta recibiendo al momento un simple y apagado.

"Adelante"

Gemini entro a la habitación encontrándose con su hermana cerca de un tocador de madera. Earn se acercó a él tomándolo del brazo y llevándolo cuidadosamente a donde anteriormente se encontraba. La situación ahora era demasiado incomoda Gemini podía ver como a su hermana le temblaban sus manos y no sabía si se sentía nerviosa o simplemente ella... le tenía miedo.

Sintió una gran opresión en su pecho haciéndolo sentirse aún más débil.

"Earn..."

"¡Earn! ¡He vuelto! el carruaje esta fuera de la posada y..."

"Oh..."

Phuwin había entrado más que eufórico a la habitación de su hermana, sin embargo ver a su mayor no había sido para nada bueno. El semblante de Phuwin había cambiado drásticamente, estaba demasiado molesto.

"¿Qué haces aquí?"

Sus palabras fueron como una puñalada en su pecho. Jamás pensó que en algún momento de su vida, su presencia sería una total molestia para sus hermanos. Su menor se acercó a él y tomándolo del cuello de su camisa le amenazó.

"He dicho... ¿¡Qué haces aquí¡?"

"¡Phuwin!"