Jusqu'à ce que la gloire nous sépare {GeminiFourth}

Chapitre Onze

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R u a n (Normandía)

"Esta bien mamá. Ve a descansar un poco, llegarán en algún momento."

Earn tomó a su madre de la mano y trato de levantarla de aquel sofá qué daba al gran ventanal dándole una vista a la entrada principal de su gran mansión. El paisaje era otoñal, había pocas hojas verdosas, si es que se le puede llamar verde a ese color que portaban. El pasto era amarilloso, nada agradable. Y los montones de hojas secas en diferentes esquinas de aquel enorme patio qué los sirvientes habían recogido para luego ellos mismos juntarlos.

"Vete tú."

La morena sacó su brazo del agarre de su hija con cierta fuerza. Earn pujo al instante que fue aventada por su madre. Suspiro cansada y desvío su mirada al hombre que la miraba al otro extremo de la casa. Ella sonrió tranquilamente y con expresión en sus ojos le saludo.

Sin pensarlo en pocos segundos ya se encontraba delante de él. Sonrió con ternura y envolvió sus brazos alrededor de la cintura de su hermano más joven.

"¿Como estás? ¿Lo encontraste?"

La mujer mostraba cierta ilusión en su rostro, sin embargo el más alto mostró una mueca poco favorable. Earn se apartó de él frunciendo su entrecejo.

"¿Qué significa?"

"Pues..."

"Phuwin."

El recién nombrado rasco su nuca nada convencido, levantó su vista en dirección a la mujer que se encontraba viendo perdidamente por aquel ventanal. Su madre.

"Ohh... Ella, parece como si su conciencia su hubiera perdido en estos días. Deberías ir con ella. Talvez verte la controle un poco."

"¿Tan mal está?"

Earn no dijo nada, ambos hermanos se quedaron en silencio.

Luego de que Gemini se fuera junto con su prometida, ambas familias creyeron que habían huido juntos. No les molestaba en realidad, después de todo se casarían, pero les avergonzaba lo que la gente pensaría de ellos.

Phuwin había salido hace cuatro días a buscarlo en los pueblos más cercanos, Earn se había encargado de cuidar a su madre, quien fue la única que se había molestado por aquel hecho y no dejaba de decir frases insignificantes como "Dios los castigará por no llevar a cabo sus reglas. Han pecado gravemente y sin casarse seguramente estarán cometiendo actos de enamaciato. "Realmente creí que esa sinvergüenza era hija de familia." o también cosas como "Lo que hace el amor entre jóvenes sin experiencia." "Parece que realmente se aman y no pudieron soportar más."

Sin embargo su padre solo observaba a los tres integrantes de su familia presentes. La castaña casi podía ver en el rostro viejo de su padre un toque de burla y en sus ojos reflejaba la palabra "Tontos". Molesto. Demasiado molesto.

"¡¡Ha llegado!!"

Aquel grito espontáneo hizo que los dos hermanos presentes enfocaran su vista a la misma dirección que su madre. Earn fue la primera en alegrarse y correr a abrir ambas puertas del ventanal. Phuwin solo un gran suspiro de alivio y a pasos lentos se acercó a su madre quien se encontraba ansiosa esperando la llegada de su hijo mayor. Sus manos estaban juntas a la altura de su pecho, como si estuviera agradeciendo a Dios por traer al mayor de vuelta.