𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐂𝐡𝐞𝐜𝐨 -𝘈𝘭𝘭𝘴 𝘣𝘺 𝘴𝘦𝘳𝘨𝘪𝘰

𝘊𝘩𝘦𝘳𝘭𝘰𝘴

Carlos estaba muy preocupado.
Su querido novio no contestaba sus mensajes ni llamadas desde la mañana, y ya eran las seis de la tarde.

Carlos era un estudiante de medicina un grado mayor que Checo.
Resumiendo los sucesos, ambos se conocieron en el baile de bienvenida que, como cada año, la universidad realizaba para aquellos nuevos alumnos.
Sencillamente, Sainz quedó cautivado por la gentileza y belleza física que el pecoso deslumbraba, y sin pensarlo mucho, lo invito a bailar.

De allí surgió su bonita historia de amor.

Regresando al presente, Sergio no daba señales de vida o de estar bien a su pareja.
Y eso tenía muy, pero muy, preocupado a Carlos.

El español se encontraba fuera de su aula, específicamente en el área del jardín, sentado en una de las tantas bancas del lugar, no había clases por alguna razón, pero tampoco podía salir así como así, de la institución.

Movía su pierna con ansiedad, Checo nunca lo ignoraba, ni mucho menos faltaba a Clases.
El tapatío era conocido por ser un alumno excepcional y con buenas notas.
Era extraño, incluso para sus amigos que el pecoso faltará.

-Deberias irte, Carlos.- la voz distintiva de su amigo francés-monegasco, lo hizo volver a la realidad.

-Me van a regañar, Charles.- dijo con obviedad.

-Solo di que te sientes mal..- sugirió.-Eres estudiante de medicina, cursas tu último año, lo cual significa más estrés y por lo tanto, cansancio físico.- añadió el monegasco.- Además no creo que haya más clases importantes, solo queda deporte, y sabes que el señor Wolf no se pondría a unos de sus mejores alumnos.-
Tentó, sonriendo con suficiencia.

-Bueno..-lo pensó un poco.-De acuerdo, solo acepto por qué en verdad necesito ir a ver a Sergio.- soltó aire, que hasta ahora no se había dado cuenta que lo retuvo.

Charles sonrió victorioso, después de todo Pierre tenía razón.
Era bueno tentador.

-¡Perfecto!- apoyó animadamente.
-Ahora ve por tu dulce Julieta, Romeo.- añadió, con algo de burla y emoción.

Carlos esbozó una sonrisa y asintió.

El español se levantó, y antes de retirarse del lugar se despidió brevemente del Monegasco, agradeciéndole por la sugerencia.

Carlos camino hasta su aula, tomo sus pertenencias y salió, llendo directo hacia el Señor, Wolf.

-Sr. Wolf-llamó, atrayendo la atención del austriaco.

-¡Joven Carlos!, ¿Qué lo trae por aquí?, aún falta media hora para la sesión.- le recordó. Extrañado por la visita de su estudiante.

-Es solo que...no me siento muy bien, tengo mucho sueño y dolor de cabeza, ¿Podría retirarme?- el español sacó sus mejores dotes de actuación.

El austriaco se lo pensó, pero no por mucho.
-De acuerdo, recupérate, Sainz.- aceptó, amablemente.

Carlos sonrió con malicia por sus adentros, después de todo, servía ser un alumno excepcional.

-Gracias, Sr. Wolf.- agradeció, retirándose a paso rápido del lugar.

Torger miro la silueta del español desparecer entre los pasillos.
Suspiró y dió media vuelta para hablar con un británico.

Carlos ya estaba por salir de la institución, a una cuadra estaba el edificio donde los estudiantes se hospedaban.
Al salir de la universidad, saco su móvil y por decimosexta vez, marcó al número de su novio.