𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐂𝐡𝐞𝐜𝐨 -𝘈𝘭𝘭𝘴 𝘣𝘺 𝘴𝘦𝘳𝘨𝘪𝘰

𝘊𝘩𝘦𝘴𝘵𝘢𝘱𝘱𝘦𝘯 3/?

📍 Presente
→Sala de juntas
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—Te dije que te encontraría.

Sergio sintió como su sangre se helaba en su cuerpo, tal vez por los nervios o por el instinto, fue que sintió una enormes ganas de huir, así como unas ganas de vomitar que lo estaban mareando.
Pérez apretó con fuerza su pecho, su corazón estaba latiendo increíblemente rápido, miro asustado a su alrededor, fácilmente habían unas veinte o treinta personas en esa sala, todas mirandolo con atención, pero no había ni una pizca de sorpresa en su mirar, era como si supieran que esto pasaría.

Nadie habló.

El silencio pulcro le hacía escuchar el latir de su propio alocado corazón, y lo único que su mente podía reproducir era la imagen de su hijo. Tragó con fuerza cuando recordó que...

Max no sabía de la existencia de Oliver.

Quiso gritar cuando esa realidad le golpeó, casi como una patada en el estómago que le hacía querer hacerse bolita para evitar el dolor, pero nada parecía calmarlo, nadie parecía tener intenciones de interrumpir.
Ahí se di cuenta de todo, fue sencillo conectar los puntos.
La manera tan sencilla en que fue admitido en una empresa europea siendo un mexicano (y de casta Omega), los comportamientos (para nada discretos) de Carlos y Charles, el como todos en aquella sala parecían conocerlo, y el nombre de la empresa.

"Companies and Industries -V"

Verstappen.

¡Era demasiado claro! si ahora se permite pensar y examinar con determinación. Solo que, admite que en el momento en el que, su solicitud fue aceptada y la notificación llegó a su correo, lo único que pudo sentir fue felicidad. ¡Nadie puede culparlo! Estaba demasiado contento por el hecho de que ahora podía darle más cosas a Oliver, y podría ayudar a Patricio en lo que necesitara, así que si, en ningún momento se puso a pensar sobre la enigma llegada de una industria a Londres, tampoco le dió importancia ¡Tenía el trabajo! Y la paga sería muy buena.
Ahora no llevaba ni un turno completo cuando ya quería aplicar su denuncia y esfumarse con las sombras.

—¡Sergio!—el llamado de su nombre en voz alta lo hizo saltar en su lugar y erizarse.

Max lo miraba con intensidad, una sonrisa estaba en su rostro.
Sergio había olvidado lo odiosa y bonita que era, una sonrisa tan orgullosa que le provocaba querer golpearlo y besarlo tan intensamente hasta que sus labios estén rojos e hinchados, se abofeteo mentalmente cuando ese tren de pensamientos nefastos y sin "sentido" pasaron por su cabeza.
El alfa se estaba acercando, cuando le prestó atención Max estaba a unos tres o dos pasos de el.

—¡No te acerques!—gruñó exaltado, sin importarle las personas a su alrededor, y retrocedió más de ser posible.

El alfa no se detuvo, y Checo retrocedió hasta sentir como una mano en su espalda lo detenía, volteó exaltado hacia el dueño de aquel tacto, y los ojos marrones de Carlos lo miraban con una mezcla de emociones.
Checo no pudo sentirse menos traicionado, esto se sentía como un circo, estaba haciendo el ridículo frente a todos, frente a su Jefe y ex-esposo.

—No huyas de mi, Omega.

Aquel llamado se sintió como su hubieran encendido un cartón repleto de fuegos artificiales, pequeñas descargas eléctricas recorrieron todo su cuerpo, extendiéndose por cada nervio, llendo directo a su corazón, que para este punto estaba a nada de salirse de su pecho. Sus piernas temblaron ante el inevitable reconocimiento de aquel llamado, era simple y sencillo. Max lo estaba proclamando en voz alta frente a toda una audiencia, sin vergüenza alguna, fue demasiado transparente que Sergio sintió sus ojos picar, y su garganta se cerró, un nudo en ella que le impedía si quiera responder.