Después de una larga jornada en la pastelería, donde los aromas dulces y los sabores tentadores llenaban el aire, Minseok regresó a su apartamento. El reloj marcaba una hora indecentemente tardía, pero su mente zumbaba con una agitación que lo mantenía alejado del sueño. Los enfrentamientos cada vez más decisivos del equipo se avecinaban, y la presión comenzaba a pesar sobre sus hombros, llevando consigo una tormenta de pensamientos inquietos. El apartamento estaba sumido en la oscuridad cuando entró. Dejó caer su mochila en un rincón y se deslizó fuera de sus zapatos con sus pies doloridos. A pesar del silencio aparente, una sensación de zozobra resonaba con fuerza en su cabeza. Se dirigió a la reducida ventana de su habitación y observó las luces distantes de la ciudad que parpadeaban en la oscuridad de la noche, la ciudad nunca dormía, y parece que él tampoco podría hacerlo esa noche.
Se dejó caer sobre su cama y miró su teléfono por un rato, buscando alguna cosa en qué entretenerse e ignorar su nudo de pensamientos y preocupaciones. Una sonrisa se formó en sus labios mientras pensaba en una opción que le resultaba tanto intrigante como divertida. Minhyung, con su torpe encanto, siempre proporcionaba una distracción interesante. Aprovechando que al día siguiente ambos tendrían un descanso, abrió la aplicación de mensajería y escribió un mensaje en su tono usual, como si estuviera lanzando una orden más que proponiendo algo:
Minseok: Estoy aburrido. Iré a tu apartamento. Prepárate.
La pantalla de su teléfono mostró que el mensaje había sido entregado, pero la respuesta de Minhyung no llegó de inmediato. La falta de respuesta lo desconcertó, pues estaba acostumbrado a la prontitud del mayor en contestar sus mensajes sin importar la hora. El silencio se prolongó, y la inusual demora generó una sensación de malestar en sus adentros. "¿Acaso Minhyung ya estaba durmiendo o simplemente había decidido ignorarlo?" Minutos que parecieron eternidades transcurrieron antes de que finalmente el teléfono vibrara con una respuesta, y al leer el mensaje, una sombra de desconcierto cruzó sus ojos.
Minhyung: ¿A estas horas?
Minseok: Las horas son relativas. ¿Demasiado para ti? ¿Necesitas 12 horas de sueño como un bebé?
Minhyung: Por supuesto que no. Estaré esperándote.
Minseok se levantó de la cama con una sensación renovada de energía. Se encaminó hacia el baño para refrescarse, y mientras el agua caliente caía en la ducha, su mente estaba ocupada maquinando hasta donde llevaría esta vez su pequeño experimento. Se sentía complacido, pues sabía que tenía a Minhyung justo donde quería.
La noche estaba tranquila cuando llegó al edificio donde el otro vivía. Sin embargo, la tensión en el ambiente no coincidía con la calma externa. Había estado tantas veces allí que ya incluso conocía la contraseña de la puerta, por lo que ni siquiera se molestó en tocar el timbre. Entró con la misma confianza con la que solía hacerlo, como si el espacio estuviera tan familiarizado con su presencia como él mismo. Minseok se encontró con un ambiente tranquilo y oscuro donde la única iluminación provenía del televisor de Minhyung, quien estaba sentado en el sofá en pijama, mirando la pantalla con un aire ausente.
—Llegaste rápido —comentó, levantando la mirada hacia el otro con sorpresa en sus ojos.
—Bueno, no quería mantenerte esperando demasiado tiempo.—El más bajo se movió con gracia hacia el sofá, ocupando el espacio junto a Minhyung como si fuera su territorio predeterminado.
—No esperaba que vinieras tan tarde. ¿Tienes hambre o algo así? —preguntó, tratando de romper el hielo que se había formado en la habitación.
Minseok, con una sonrisa, negó con la cabeza. —No estoy aquí para comer. Tengo algo diferente en mente.
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Sour & Sweet ;; Keria x Gumayusi
FanfictionEn el mundo competitivo de los videojuegos, Minseok ve su reputación desmoronarse debido a fuertes rumores. Con la amargura como ingrediente principal, se une a un equipo menos destacado donde conoce a Minhyung, un novato dispuesto a derribar sus mu...