Una Vez Mas

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- ya se tardaron en traer a 10 - dijo la pequeña Léa con preocupación.

-tranquila nena, seguro que ya casi lo traen- Enise acaricio la cabeza de la niña para tratar de calmarla el ambiente era muy tenso y era lo único que podía hacer en ese momento.

La puerta del calabozo se escucho y entro uno de los guardias arrastrando a Yunuen a quien se le podían ver moretones y cortadas. Arrojo al albino a su celda y salió bajo la atenta mirada de todos.

-10! Estas bien?! -exclamó Samir con preocupación mientras se acercaba al mencionado.

- s..si - soltó un quejido cuando intento sentarse.

- no, quédate recostado o te lastimarás más - regaño Samir arrancando un trozo se tela de su pantalón para poder envolverlo sobre la cortada más grande que tenia Yunuen.

- gracias...- suspiro el más chico cerrando sus ojos por el cansancio pero sin quedarse dormido. - cuanto tiempo van... a seguir ha..haciéndome pruebas? -

- no van a dejar de hacerlo... cada día se llevan a alguien y le hacen esas pruebas... intentan ver si tus lágrimas sanan heridas o si tu saliva lo hace... incluso tu sangre - dijo Samir desanimado.

- pero si ya vieron que... no puedo sanar... por que siguen haciéndolo? - Yunuen pregunto mientras abría sus ojos llenos de lágrimas para ver a Samir.

-lo hacen por que tal vez aun no se manifiesta el poder... por eso siguen y siguen, esperando a ver cuando se manifiesta- explico en un tono serio.

-como van con el nuevo?- se escucho una voz fuera del calabozo lo que llamo la atención de todos

- aun no hay avance señor - se escucho una voz más joven.

La puerta del calabozo se escucho y entro Malek con un semblante serio que ocultaba su enojo, se paro en frente de la celda de Yunuen y miró con odio al de ojos grises.

-señor? Que piensa hacer? - pregunto el joven guardia llamado Yusaf, el chico tenia fama de ser el más amable con los prisioneros o al menos solo los albinos sabían eso ya que si alguno de los guardias se enteraban terminarían por matarlo.

- estábamos seguros de que eres tu! Así que por que mierda no lo admites! - grito Malek abriendo la reja e ignorando a Yusaf.

- n..no soy yo, ya se los dije - susurro Yunuen debido a su falta de fuerza.

Malek tomo a Yunuen del cabello y lo miro a los ojos, gozando del dolor del más chico.

- tal vez lo importante son tus ojos - con su mano libre Malek tomo un cuchillo y lo puso sobre la mejilla de Yunuen.

Samir quería interponerse pero si lo hacia a ambos les iba a ir peor por lo que solo se limito en observar.

- debería sacartelos- amenazo el hombre mientras apretaba el cuchillo contra el pómulo del de ojos grises.

-n..no por favor no lo haga - Yunuen  se quejo con un gran nudo en la garganta.

- señor llegaron los cargamentos -interrumpio Yusaf

Malek miró al guardia y luego vio a Yunuen como ira.

- te acabas de salvar fenómeno - arrojo al albino hacia el suelo- todos prepárense para trabajar! - ordenó.

Cada semana llegaban cargamentos de cortezas de árbol con las que ponian a los prisioneros a tejer canastas o sombreros que luego se vendían en los  mercados cercanos.

Hijo De La Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora