Hijo De La Luna

Convencimiento

- ya tenemos los planos, así que vamos a empezar a dividirnos - Malek eta quien se encargaba de dirigir el plan, después de todo el y su esposa eran los mejores guerreros de la aldea, seguidos de sus dos hijos.

- la base es grande, eso lo hará difícil, mi plan es atacar todos a la vez, aun que uno de los grupos será el encargado de liberar a los prisioneros - Hablo Azahara con seguridad.

En aquella habitación no estaban todos, aun no querían incluir a Yunuen, no sabían si dejarlo participar o no, después de todo era un tanto débil.

- yo los liberare- Se ofreció Halim capturando la atención de todos.

- no, tu eres muy crucial para las peleas, yo lo haré- ahora fue Lina quien hablo.

- pero yo ya entre una vez, yo puedo guiarlos- renegó el pelirrojo, para el era más fácil hacerlo, no por que no quisiera pelear, si no por que se lo debía a su novio.

-Lina tiene razón Halim, no podemos desperdiciarte, si, enviaremos peleadores con Lina por si acaso pero su parte del plan tiene que ser la más calmada, no queremos que alguno de las personas ahí salgan lastimados- Dijo Hazan mientras anotaba en una hoja como iban a quedar las cosas -entonces Lina, tu te encargaras de los prisioneros-

-si señor- respondió la chica asintiendo con la cabeza.

- los demás nos dividiremos en grupos, todos vamos a atacar pero cada grupo va a llegar de direcciones diferentes- explico Azahara mientras señalaba en el mapa como iban a llegar los grupos.

- y que pasa si encontramos a Zita? -Nadia se ganó la atención de todos al mencionar a aquella mujer, hubo un silencio por unos segundos y Hazan carraspeo la garganta para insinuar que iba a hablar.

- a ella no la maten, la traeremos de vuelta, no digo que la perdonaremos pero vamos a castigarla como corresponde- dijo aquel hombre con seriedad viendo como algunos bajaban la mirada.

- otra cosa, aun no esta definido quien se encargara de Adil pero en cuanto uno de ustedes tenga la oportunidad... acaben con el - Dijo Azahara mientras comenzaba a cerrar los planos - eso sería todo, Hazan va a ordenar los grupos, Lina llama a todos los del pueblo a la plaza central, Halim y yo iremos a avisarle a Yunuen - después de decir eso, camino hacia la salida junto con su hijo.

-el va a querer ir -Halim hablo mientras caminaban hacia el hogar del albino, se le podía escuchar preocupado, cosa que su madre notó.

- lo se, pero no se si sea buena idea llevarlo, el no sabe pelear muy bien - suspiro la mujer, viendo como las personas comenzaban a ir hacia el centro de la aldea.

- pero es terco... y si lo dejamos aquí solo y vienen por el?... no es mejor traerlo con nosotros? - su preocupación persistía en su forma de hablar.

- tal vez... pero allá también corre mucho peligro - verdaderamente ninguno de los dos sabían que hacer, y si Yunuen quería ir no iban a poder negarselo, solo podían tratar de convencerlo de no arriesgarse tanto.

Luego de unos minutos caminando llegaron a la casa del de ojos grises, tocaron la puerta recibiendo un "adelante" por parte del chico quien estaba cociendo, se relajaba haciendo eso.

- Hola Yuni- Halim fue el primero en saludar, además de que fue y se sentó al lado del albino en la cama de su habitación.

-Hola pequeño, veníamos a decirte que los planes ya están casi terminados -Menciono Azahara viendo como el más bajo se tensaba un poco.

- y... entonces qué voy a hacer yo? - Yunuen levantó su mirada con incertidumbre hasta chocar con la de la mujer.

- bueno... aun no lo sabemos... que... que quieres hacer? - Dijo la pelirroja con duda.

- que quiero hacer? -aquella pregunta lo había tomado desprevenido pero el sabía que es lo que quería hacer -quiero ayudar, quiero ayudar a liberar a los demás- la duda pareció desvanecerse, opacada por la seguridad que ahora demostraba.

-enserió quieres ayudar? Yuni... te pondrás en peligro -Halim admiraba que el chico quisiera participar, pero su preocupación era más grande.

- eso no me importa, además ahora que se que puedo curar... no sería de mucha ayuda? Yo podría curarlos si algo pasa -un escalofrío lo recorrió al recordar lo que le pasó a Halim y como casi muere en sus brazos - no quiero que nadie muera por hacer lo correcto-su mirada bajo por un momento pero la seguridad regreso cuando sintió la mano del pelirrojo sobre la suya.

- te pondremos en el grupo de Halim, es el central así que podrás llegar facil de un lado a otro si alguien se lastima -suspiro la guerrera, supo que no podía apagar esa llama de seguridad en el albino, y por más que les preocupara no podrían detenerlo - pero necesitamos que entrenes, que nos demuestres que te puedes defender - puso de condición.

-lo haré, mañana empezaré a entrenar! - aseguro el albino con una sonrisa llena de confianza.

- yo te ayudare -Halim se ofreció recibiendo la sonrisa por parte del pecoso.

-entonces así quedaría... iré a ver como va tu padre -dijo mirando a su hijo, dándose la vuelta- y ustedes solo preocúpense por entrenar, las armas y lo demás lo haremos nosotros, esperemos poder partir pronto antes de que ellos vengan -sin decir otra cosa más, camino hasta salir de la casa e irse-

- ey... en verdad estas seguro de que quieres ir? - Halim intento una última vez alejarlo del peligro - no... no quiero que nada te pase y...-

- voy a estar bien, tu vas a entrenarme y todo va a salir bien, además... si algo te pasa yo quiero curarte... tampoco quiero que te pase nada - hablo con suavidad mientras miraba de frente al más grande.

- no voy a poder convencerte de no hacerlo cierto yuni? - sonrió de lado, tomando las manos del contrario, no sabía si en un futuro tendría más momentos así con el, y odiaba pensar que no sería así, sabía que su corazón no soportaría vivir sin él albino.

- no, no podrás- soltó una risita, risita que fue callada por un beso de piquito que el oji verde le dio haciéndolo sonrojarse al instante.

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