Summer love [Bakudeku]

[DOS]

¿Saben? Despertar al haber sido arrojado de una cálida cama al frío y duro piso de madera, es posiblemente una de las peores formas de despertar. Pero el universo había elegido a Izuku como el afortunado candidato para que eso suceda.

–¡Mierda!– Escucha a bakugo maldecir. Sin embargo el, con la mejilla contra el suelo. (Y ya sea por la somnolencia nebulosa o por otra cosa) No puede sentir el impacto contra el suelo. Aunque sin duda, sabe que va a doler más tarde.– Idiota, ¡¿Estás bien?!

De pronto izuku siente unas manos sorprendentemente suaves que agarran sus brazos de la manera más torpe posible, eliminando la delicadeza y volteándolo. Por lo cual se prepara mentalmente para el impacto de su cráneo contra el piso, pero en cambio, su cabeza aterriza en algo blando.

La situación aún no lo ha alcanzado a él o a su mente muy cansada. Pues se acurruca en la suavidad. Presiona su nariz contra algo y suspira. Una mano vacilante descansa sobre su cabeza y suspira de nuevo, lentamente comenzando a caer bajo el hechizo del sueño.

–Imbécil, ¿intentas tomar una siesta? ¡Te acabas de levantar! Y saca tu nariz de mi pecho, eso es jodidamente raro.

Izuku murmura algo y sale aún más ahogado debido a la tela que presiona contra su boca.

Espera...

¿Tela...?

Parpadea para abrir los ojos y se encuentra con una tela roja sólida. Retrocediendo un poco, mira hacia arriba y se encuentra con unos ojos del mismo color. Unos ojos los cuales le están mirando con una expresión de molestia y vergüenza, además de una mano que todavía reposa en su cabeza.

Oh. Su cabeza está en el pecho de bakugo. Cierra los ojos y se da vuelta, con la nariz presionada contra su pecho otra vez...

Espera....

Su cabeza está en el PECHO de katsuki bakugo.

Se levanta disparado, dando pasos torpes y tambaleantes hasta quedar sentado en una silla de el escritorio que hay en ese lugar, con la cara del mismo color que la camiseta sin mangas de katsuki. El rubio, por otra parte. Se encuentra sentado con las piernas cruzadas en el suelo detrás de él, gruñe mientras aparta la mirada.

–¿Finalmente despiertas, inútil?– bakugo logra preguntar. Izuku se gira para mirarlo por encima del hombro y comienza a ponerse de pie.–

–¿Por qué me despertaste de una manera tan "amable"?- pregunta el peliverde caminando hacia la mesita de noche y agarrando su teléfono que se estaba cargando ahí mismo para posteriormente desconectarlo. Son solo un poco más de las nueve de la mañana según su reloj.–Un poco temprano para vacaciones, ¿no crees?

Bakugo se encoge de hombros.

–He estado despierto desde las seis y nada mejor que molestarte para alegrar mi mañana.