Summer love [Bakudeku]

NUEVE

Esa misma noche del día quince, izuku se levanta de su cama y se viste con jeans y camiseta. Se pone una sudadera con capucha y no se molesta en arreglarse el cabello. No hay necesidad, en realidad.

Baja las escaleras en silencio y no se sorprende al ver a katsuki todavía despierto en la sala de estar. Las líneas de agotamiento son pesadas debajo de sus ojos, pues sabe que aquel rubio no está para nada acostumbrado a dormir después de las ocho.

–kachan.

Llama desde el arco y el estremecimiento es pesado en katsuki. El ojiruby mira hacia arriba, y parece que quiere gritarle que no le llame de esa manera. Su boca se tuerce hacia abajo y parece enojado, pero sus ojos revelan la verdad. Está infinitamente triste y cansado.

–¿Que quieres? –Pregunta después de un pesado momento de silencio.-

–Vistete, vamos a dar un paseo.

Katsuki mira la hora en su teléfono. Son más de las once.

–¿Tu quieres ir? ¿ahora?

–Ahora es el momento perfecto para ir.

–Es terriblemente tarde ¿Lo sabes no idi...?

–kachan

Repite, interrumpiendo al cenizo antes de que este dijiera algo de lo que posiblemente se podría arrepentir. Su mirada se suaviza, y sus ojos se vuelven más tristes.

–Por favor...

Duda antes de levantarse.

–Está bien. Ve a encender el auto, saldré en un minuto, no es complicado.

–Gracias.

Y entonces él va y hace exactamente eso. Fiel a su palabra, unos minutos después, katsuki sale de la casa y se sube al auto. Lleva su habitual camisa negra con una sudadera de capucha y vaqueros. Zapatillas esta vez en lugar de sandalias o sus típicos zapatos.

–¿Dónde está nuestro, eh...? ¿Destino?

Katsuki pregunta y izuku puede sentir su tensión. Ya sea por la proximidad o por el hecho de que el peliverde tomó la iniciativa en todo, incluido cualquier plan que katsuki tenga dentro de su cabeza, a izuku realmente no le importa. Tiene un plan vago y se apegará a él.

–Vamos a conseguir comida rápida.

–¿Encerio?– pregunta el cenizo incrédulo.

–Vamos a conseguir comida rápida y luego nos vamos a sentar en el estacionamiento hasta que resolvamos lo que sea que sea este maldito problema en el que estamos.

Katsuki parpadea de nuevo y se queda en silencio. Su rostro se oscurece un poco y se vuelve hacia el parabrisas. Comienza a conducir.

Después de unos minutos, bakugo habla.