Ámame otra Vez

CAPITULO 11

SEOOKJIN

—¡No puedes seguir haciendo esto! —Ashley escupe.

Maldición, Casper tiene razón. Suena como un gato chillando. ¿Cómo no me había dado cuenta? La agarro del brazo y me alejo de la casa.

Sus labios se curvan. —He oído hablar a nuestros padres.

Casi se me rompen los dientes. —Sí. Y tú tienes que recordar que tu trabajo es callarte y estar guapa.

Sus ojos se entrecierran, sus labios se tuercen mientras se acerca.

—Tienes que parar. Ha ido demasiado lejos.

—Cállate —digo con desprecio—. Si dices una palabra, todo el maldito pueblo sabrá que tu papá va a quebrar.

Ashley se queda boquiabierta, parpadeando con ojos grandes.

—No lo harás —jadea.

Levanto la ceja y sonrío. —Pruébame.

Los labios de Ashley se entrecierran mientras me mira fijamente antes de dirigirse a la camioneta de Jasper. Él empuja el capó para agarrar a Ash, sin embargo, ella pasa de largo.

Jasper me sostiene la mirada mientras cruza la distancia, con la cabeza ladeada.

—Ash siempre acaba llorando contigo —Sus ojos se clavan en la casa del rancho, inflando las mejillas con el ceño fruncido.

Me muevo para bloquearle la vista. —Y tú siempre estás ahí para enjuagarlas. ¿No es eso lo que quieres? Dime, ¿también las usa para lubricarte la polla?

Se queda boquiabierto, los ojos se le abren de par en par y da un paso atrás, lo que me hace sonreír. Me ha visto actuar así con mucha gente, pero nunca me he vuelto en su contra.

—¿Creías que no lo sabía? —Le dirijo una sonrisa enigmática y enarco una ceja.

Se frota el cuello. —Es... es... —Se le van las palabras y mira al suelo.

—Es... es... —Copio su tartamudeo—. Exactamente lo que parece. Al menos, ten las pelotas de decirlo. Ves, Jasper, por eso ella nunca te querrá—Dejo que mis ojos lo recorran—. Porque eres débil como tu viejo.

Sus fosas nasales se encendieron, sus ojos se empañaron. —Soy tu mejor amigo —gime.

—No, estás en esto por el nombre de Kim, como todo el mundo. No sabes nada de mí —Mientras digo las palabras, me doy cuenta de lo ciertas que son. No somos amigos. Nunca hemos hablado por teléfono más de un segundo. Todo es cuestión de imagen. La élite pertenece a los mismos círculos sociales y eso significa tener amigos, en el lugar adecuado, que te serán útiles más adelante en la vida.

Hace un gesto con el brazo hacia la casa del rancho: —¿Y él lo hace?

Siento el pulso en la sien mientras acortó la corta distancia que nos separa. —No te metas en algo de lo que te arrepentirás —gruño.

—¡Estamos hablando de Jeon Jungkook! ¡El solitario, el pobre chico gay al que nos hiciste intimidar durante años! ¿Qué demonios está pasando, Kim? —El vómito sube al recordar lo que todos hicimos mientras Jasper ladea la cabeza, frunciendo el ceño. El miedo se apodera de mí cuando sus ojos se abren de par en par y sus labios se curvan. Sacude la cabeza como si sus pensamientos le repugnaran. Una parte de mí quiere que se dé cuenta y diga esas palabras en voz alta.

Le clavo el dedo en el pecho. —Vete.

—Te arrepentirás —gruñe, dándose la vuelta.

Le tiro del hombro para que me mire. —Jasper Carmichael, ¿estás amenazando a un Kim?