CAPITULO 24

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JUNGKOOK

Entró en Forbidden Ink y Maddox levanta la vista y deja de hacer lo que está haciendo al verme. Parezco un desastre.

Paré una vez, unas horas para dormir un poco y luego seguí conduciendo. Ni siquiera había ido a mi apartamento, y he hecho el trayecto de diecisiete horas en quince.

Paso junto a los clientes y entro en la trastienda, donde él me sigue.

-¿Qué ha pasado? -Maddox pregunta, con esa voz de timbre bajo, los ojos entrecerrados. Dispuesto a cubrirme las espaldas.

Después de trabajar juntos durante años, por ayudarme a sacar la cabeza del culo, nos habíamos hecho íntimos, algunos dirían mejores amigos.

-Tengo que volver -Paso-. Zane tiene cáncer. Ha estado pidiendo verme. Ruby quería decírmelo y papá no la dejó -Me giro para mirarle-.¡Me he comportado como un maldito imbécil! Cada vez que intentaban contarme algo de casa -me froto la cara con una mano-. Me lo callaba, no les hablaba y los alejaba más. Mierda, soy un idiota.

Maddox me deja despotricar, esperando a que termine. -Zane es tu antiguo jefe, ¿verdad? -Se sienta más recto-. ¿Es malo?

-No conozco todos los detalles. Zane me dio una oportunidad que la ciudad no me daría. Lo respeto muchísimo, y si pregunta por mí... - Trago saliva, incapaz de decir adónde va mi mente.

-¡No vayas por ahí! -Maddox me suelta-. Si fuera tan grave, Ruby lo habría dicho, ¿no?

-Supongo -respondo, sorprendido por su reacción. Maddox nunca levanta la voz. Es la personificación de la calma y la serenidad.

-¿Estás bien?

-Sí, sí, estoy bien.

Él agita su mano alrededor. -Jungkook, no eres el mismo tipo. Date un respiro. Has superado tu mierda.

Asiento con la cabeza. Siempre había sido sarcástico, pero ya no apartaba a todo el mundo.

-¿Cuándo te vas? -pregunta.

-Lo antes posible. Tendremos que cubrirnos durante unas semanas. Arreglar lo de mis clientes y mi apartamento. Reservar los billetes. Será más fácil volar y conseguir un alquiler.

-No vas a hacer nada tan tarde. Vete a casa y duerme un poco. Pareces muerto de cansancio -Maddox se acerca y me aprieta el hombro, dándome la tranquilidad que no sabía que necesitaba.

Me paso una mano por la cara y asiento, sabiendo que hoy no serviría para nada.

-Gracias, amigo.

*******

Salto al oír los golpes en mi puerta y gimo. Ni siquiera llegué a acostarme, solo caí en el sofá y mis ojos se cerraron antes de que mi cabeza golpeara la almohada.

-¡Ya voy! -grito mientras continúan los golpes. Abro la puerta de un tirón y veo a Maddox, Caine y Ajax.

El olor a queso y hierbas llena mis fosas nasales. Normalmente, me alegro de verlos a todos. Nos reuníamos en mi apartamento varias veces a la semana, pero esta noche no.

-Y yo que pensaba que te caíamos bien -Caine sonríe, pasando con tres grandes cajas en las manos. Caine me recuerda a mí, por la forma en que estudia a todo el mundo con los ojos entrecerrados.

Ajax me agarra del hombro. -Maddox nos lo ha dicho. Espero que tu amigo esté bien -dice con voz suave.

-Gracias -Ajax es callado, no habla mucho y se esconde detrás de su flequillo rubio y su ropa demasiado grande.

Ámame otra Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora