Rude||°Wade x Ember°

8

Esa tarde se tornó oscura y lo último que todos aquellos ciudadanos presenciaron fue como una irradiante y caliente luz se desplazaba por la arena hasta sumergirse en el mar(bueno, en el agua).

Ember no regresó a su hogar ese día, durante lo que quedó de noche, ella y Wade se unieron en un acto de puro amor, caminando sobre la arena, dejando ir figuras de humo al libre cielo, contando las estrellas y encontrando pequeñas conchas ocultas debajo suyo.

Ahora eran las 2 de la madrugada, la pareja de agua y fuego se encontraba echada sobre una sábana a prueba de fuego, mirando el cielo oscuro acompañado de la luna y su manto de estrellas, la cabeza de Wade descansaba sobre la de Ember, sus manos unidas y sus dedos estaban delicadamente entrelazadas.

—Y ese es el Tsunami.-señaló Wade hacia el cielo donde según él se encontraba cierta constelación.

—si es un Tsunami, supongo que él es el responsable de las lluvias aqui en ciudad Elementos.-Ember respondió divertida.-Las nubes son las esponjas que recogen el desastre y luego lo dejan sobre nosotros.

—ay, tenias que mencionar a las esponjas?.-pregunto Wade, desviando su mirada con vergüenza.

—solo bromeo amor.-Ember respondió, su fuego ahora alumbraba con más fuerza por la oscuridad presente.

Cada hora que paso frente a las olas y el cálido suspirar del viento ella agradecía que Sarah la hubiera salvado con otra mentira.

—¿Qué lindas son las noches en la playa?.-Ember pregunto.-en barrio de fuego nunca se han visto así. Es como si el cielo se prestara solo en los lares de los afortunados para brillar.

—¿nunca habías visto esta parte del cielo?.-pregunto Wade a su novia.

—En Barrio de Fuego nunca se asoman de esta manera, mi ventana no las atrapa, estirando sus brazos hacia el cielo, como si así pudiera caber todo.-afirmó Ember encantada.-pero aquí todas brillan de una manera tan cegadora, como si fueran diamantes...son hermosas. Esto es lo que necesito, tu y todo esto.

Ella quería explorar ese mundo con su único amor y futuro esposo, quería tenerlo junto a ella en su vida, para siempre. Ser hermosos, como esos diamantes en el cielo.

Wade en cuestión de segundos quedó disperso...le bastaba con tan solo regresar a ver a su amada tan jovial mientras demostraba su admiración a ese mundo en el que vivían para que su rostro se enterneciera y su corazón volviera a golpear tal cual baqueta en un tambor.

—Ember ¿quieres que nos casemos en la playa?.

Apenas escucho esa pregunta, la adrenalina corrió por todo su pecho. Los ojos rojos de la fogosa se abrieron como platos y su corazón tocó fondo. Sobre sus mejillas y nariz se expandio una calida luz de amarillo palido.

—¿es en serio?.-Ember volvió a ver a su amado con una genuina alegría.

—bueno, si eso deseas, lo haremos.-Wade aseguró con timidez.

—¡Ay por supuesto que me encantaría! .-Ember se lanzó sobre él, abrazándolo por el cuello, la alegría brotaba en sus llamas.-hay una tienda de vestidos de bodas en barrio de fuego que están preciosos y los trajes de los novios son para morirse, también podemos conseguir algunas Vivisterias y con ellas decorar el altar y podría ser en el atardecer cuando las estrellas empiezan a caer y-

Wade cayó en la fantasía que Ember pintaba, sosteniéndose cuidadosamente de su cadera, manteniéndola cerca.

Y se quedaron dormidos en la playa.

No se iba a rendir, no importaba lo que su suegro dijera, ni las barreras que se opusieron. Odiaba hacer esto pero Bernie no le dejaba opción.