Rude||°Wade x Ember°

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—¿estas segura de esto Em?.-pregunto una insegura Sarah,poniendo una mueca en su rostro.-si esto fracasa,tu papá va a matarte...y de seguro hasta del testamento te borra.

—Estoy completamente segura, Sarah; es ahora o nunca —respondió la dama con pasión, moviéndose de un lado a otro en su habitación, realizando acciones que ni siquiera su propia amiga podía comprender.-Wade me enseñó a luchar por el amor, y si es por el nuestro, cada segundo valdrá la pena.

—No lo se Em. Esto ya es muy extremo, sabes que te he apoyado hasta en las más grandes locuras pero esto ya sobrepasa los limites.-la chica de fuego respondió abrazados a sí misma, con mucha duda en su cara.-¿Y si sale todo lo contrario? Tu papá está ya muy enojado y no olvides que hacer algo así no se logra de la noche a la mañana.

—Entonces será mejor que lo hagamos empezando aquí.-afirmó Ember determinada ahora con una pluma y papel en mano.

Enseguida sacó una pequeña revista que se encontraba en el cajón del tocador de su espejo,metió su mano ahí, esculcando con mucho ruido. Pasaron unos cuantos segundos antes de sonreír al encontrar lo que tanto necesitaba y se lanzó a su cama, donde se encontraba sentada su amiga.

—Me canse de vivir la vida que me otorgaron sin poner ni un pero, quiero tenerla con Wade,para siempre. Como nos lo prometimos y si no puedo obtener ese si por parte de mi ashfa por la paz...pues lo haremos por la fuerza pero no podré hacerlo si tu no me ayudas con ello.-Ember miró a su amiga, poniendo algo sobre su regazo para que ella lo viera bien.

Con solo ver la portada se daba a entender que trataba de moda y vestidos para celebraciones especiales. La amiga trago, algo le decía que ambas iban a quedar jodidas.

Sarah desvió la mirada,evitando encontrarse con la de su amiga, pero pareció inutil.

—esta bien, le entro.-ella suspiro rendida, provocando un emocionado chillido a su amiga y tirándose para abrazarla.

—¡No tan rápido, jovencita!.-Una voz femenina mucho más mayor se hizo oír por el otro lado de la habitación.

—ay brasas...-Ember susurro con temor.

Ambas chicas se dieron la vuelta lentamente, viendo que se trataba de Cinder.

—ni creas que vas a elegir tu vestido sin tu Ashma.-le respondió Cinder con una maliciosa sonrisa, señalando a su hija con su dedo.

—Ma...-Ember rodó los ojos.