10 - River (Pt. 1)

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Maki comenzaba a creer que los días en el pequeño pueblo se pasaban más rápido

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Maki comenzaba a creer que los días en el pequeño pueblo se pasaban más rápido. Le sorprendió saber que noviembre ya casi terminaba. O quizás solo estaba perdiendo la noción del tiempo.

Sus heridas estaban sanando, cicatrices se estaban formando rápidamente, lo cual la hacía sentir más aliviada. Ahora ya no cubría la marca que compartía con Nobara, no había ningún caso cubrirla con vendajes, lo cual al principio la hizo sentir un tanto expuesta, pero se acostumbró rápidamente. En todo el tiempo en el que había estado quedándose en el pequeño pueblo, en realidad nunca había salido mucho y nunca se había alejado mucho de la casa de la pelirroja, por eso ese día Nobara la había invitado a salir a caminar con ella.

No era tan tonta para decir que no a esa invitación. Le caería bien una pequeña caminata.

Escuchaba a la menor hablar sobre distintos temas de su interés, le contaba sobre sus amigos con nombres peculiares y un poco más sobre ella. Maki no podía estar más contenta de escucharla hablar, incluso si no lo demostrara mucho en su expresión. Ambas caminaban por las calles un tanto desgastadas del pueblo con tranquilidad, de vez en cuando Nobara saludaba a algunos vecinos con una pequeña sonrisa, y Maki solo se limitaba a quedarse callada. En realidad ella no era muy sociable.

No podía notar ninguna energía maldita, lo cual la tranquilizaba; seguía un poco confundida del porqué el otro día había un espíritu maldito, si en aquel pueblo no había ningún tipo de energía negativa.

— ¿En qué piensas? — de repente preguntó la menor, mientras la miraba con curiosidad.

Maki parpadeó un par de veces, para que después se formara una pequeña sonrisa en su rostro— En nada importante — simplemente dijo—. ¿Qué estabas diciendo?

— Decía que muy cerca de aquí hay un río muy bonito — respondió—, usualmente me acompañan Itadori y Fushiguro... ¿Por qué no vamos tú y yo ahora?

— ¿Yo? — parecía un poco sorprendida de la repentina propuesta.

Nobara soltó una pequeña risa— Si, tú — le respondió, con una sonrisa—. ¿No quieres caminar un poco más? Aún es temprano, ¿sabes?

— Ah... — la mayor apartó su mirada un momento, sintiéndose un poco avergonzada de su propia confusión a algo tan obvio—. Claro. Me gustaría caminar un poco más contigo.

— ¡Bien! Entonces vamos.

Antes de que la mayor pudiera decir algo, su mano fue tomada sin aviso por Nobara y tuvo que seguirla a su mismo paso acelerado. Claro que esa pequeña acción la tomó desprevenida, pero realmente no se quería quejar. No se sentía tan mal. Parecía que la menor estaba entusiasmada de pasar más tiempo con Maki fuera de su casa, y eso hacía la feliz.

Había pasado mucho tiempo desde que se sentía de esa manera, y le alegraba aún más saber que se sentía así por la pelirroja. Quizás eso de los destinados no era tan malo.

Maki realmente no sabía ni que hora era, pero no le importaba, no le importaba nada en esos momentos más que disfrutar su tiempo junto a Nobara. Incluso por un momento se le había olvidado que era hechicera de jujutsu.

— ¡Ya falta poco para llegar, Maki-san! — dijo la menor, sonando bastante contenta. Se podía notar el cambio del suelo, ya que el pueblo tenía suelos de concreto notablemente desgastado, pero ahora el camino era solo de tierra y unas cuantas piedras, lo demás rodeado de césped y algunas flores que adornaban el escenario natural.

Definitivamente, en Tokio nunca encontraría un escenario así, al menos en la ciudad. Nobara seguía caminando a paso acelerado, casi corriendo, hacia aquel río del que tanto había estado hablando, sin soltar la mano de la mayor en ningún momento.

— ¡Mira! — de repente hablo la pelirroja, sacando a Maki de sus pensamientos una vez más—. ¿Acaso no es bonito?

Maki miro hacia donde la menor había señalado; y si, el río era bonito. Agua casi cristalina, algunos peces pequeños nadando sin preocupaciones y el sonido del
agua corriendo y chocando contra algunas rocas era tranquilizante. Ahora entendía porque a Nobara le gustaba tanto venir con sus amigos.

— Claro que lo es — respondió la mayor, con una pequeña sonrisa en su rostro. Se dio cuenta como su mano seguía sostenida por la de Nobara, eso solo hizo que se sintiera más feliz.

— ¿Recuerdas que cuando despertaste ese día, te conté que Itadori, Fushiguro y yo te encontramos en la orilla de un río? — dijo, mientras miraba a Maki a los ojos—. Pues fue en este mismo río — al decir eso, sintió la mirada casi sorprendida de la mayor, lo cual le provocó una pequeña risa.

— ¿Ah si?

Nobara asintió— Fue más o menos por aquí — agregó, con una pequeña sonrisa—. Que suerte haberte encontrado. Quién sabe qué habría pasado si no hubiéramos decidido venir aquí.

La mayor soltó un pequeño suspiro, recordando la razón por la cual estaba tan mal herida aquel día— Tienes razón. Quién sabe qué hubiera pasado.

Ambas se quedaron en silencio por unos minutos, disfrutando del sonido que hacía el agua moviéndose y chocando con las rocas del río. Sobra decir lo tranquilizante que era todo en ese momento. En ningún momento Nobara soltó la mano de Maki; su agarre era suave, bastante cómodo, como si la menor sostuviera su mano toda la vida.

La idea de sostener la mano de la pelirroja lo que restaba de su vida no sonaba tan mal, de hecho. Aunque quizás eso se iba quedar más como una simple fantasía o como un sueño. Realmente no quería que se quedara nada más como un sueño.

— Maki-san — llamó la menor con voz suave mientras miraba a la más alta con sus ojos rojizos que aún se le hacían tiernos a la nombrada—. Realmente me gusta estar contigo — dijo, con una pequeña sonrisa en su rostro.

— ¿De verdad? — preguntó la mayor, sonando un tanto sorprendida, mientras un ligero y casi imperceptible sonrojo aparecía en sus mejillas. Había pasado tiempo desde que la última vez que se sintió así.

— Si, de verdad — respondió. Maki podía notar que lo único que había en la voz de Nobara era sinceridad. ¿Cuándo había sido la última vez que escuchaba a alguien hablar con tanta honestidad y sinceridad? No lo recuerda—. Es como si el destino hubiera hecho que nos conociéramos, ¿no crees? — soltó una pequeña risa—. Realmente me alegro de haberte conocido.

Maki se quedó con momento callada, repitiendo las palabras de la menor en su mente. No podía evitar sentirse más contenta de lo que ya estaba.

No quería que aquel momento acabara.

No quería que aquel momento acabara

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River || « Nobamaki » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora