Solo era cuestión de tiempo para que encontrara a su destinado.
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- Historia situada en un universo alternativo (Soulmates AU)
- El dibujo de la portada no es mío, si alguien conoce al autor, hágamelo saber!
- La trama es de mi auditoría, pero l...
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Ya habían pasado dos días, en los cuales se había quedado en cama, desde que Nobara había encontrado a Maki, la había curado, y dejado que se quedara en su casa hasta que se recuperara. No podía dejar de pensar que en cualquier momento, la mayor se tendría que ir, y quizás nunca la volvería a ver.
La actitud de Maki hacia Nobara era gentil y amable, muy diferente a cómo normalmente se comportaba con sus compañeros Inumaki y Panda; seguramente si la vieran, estuvieran confundidos. En parte era porque estaba agradecida con la pelirroja, y la otra razón no la podía explicar, simplemente era mucho más gentil con ella que con los demás.
A la menor no le importaba las cicatrices de quemaduras en la parte derecha de su rostro, que se extendía hasta su brazo derecho y esa misma parte de su torso, tampoco le importaba las tantas cicatrices que tenía; muchas personas del pueblo juzgaban silenciosamente y discretamente (en realidad era un poco notorio) a Maki por su "extraña" apariencia, pero a esta no parecía interesarle ni un poco.
— ¿Quieres que te ayude con eso? — preguntó la mayor, acercándose a Nobara, quien estaba cargando unos baldes llenos de agua.
La presencia de Maki en esos momentos era inesperada para ella, ya que no se había percatado de que se había acercado. Dio un pequeño salto en su lugar, y soltó una risita nerviosa al girarse.
— ¿Que haces aquí, Maki-san? — preguntó—. No deberías de estar de pie, ¿sabes? Aún tus heridas no cierran del todo — le dijo, dejando los baldes de agua en el desgastado piso de concreto, con algunas pequeñas hierbas saliendo de este.
— Lo se — simplemente respondió, acercándose de todas maneras a la chica—. Pero me siento mejor ahora — su rostro estaba adornado por una pequeña sonrisa, muy rara de ver en ella—, además parece que necesitas ayuda con eso.
Nobara la miró a los ojos ( o bueno, al único ojo que no tenía cubierto por una venda ), fijándose un poco más en el cálido color miel que estos portaban. Era algo en la chica, que fácilmente podía quedarse viéndola por un buen rato.
— No te preocupes, realmente no la necesito, de verdad — trato de convencer a la mayor, pero parecía que no estaba funcionando— ¿Por qué no regresas a acostarte? Deberías tener mucho cuidado y no hacer tanto esfuerzo.
— Insisto, déjame ayudarte... — Maki de todas formas, se acercó, y casi de inmediato tomó los dos baldes llenos de agua con facilidad.
— ¡M-Maki-san, no hagas tanto esfuerzo! — le dijo rápidamente.
— Estoy bien — respondió, con una sonrisa tranquila—, no me estoy quejando, ¿ves? — y en realidad no mentía.
Nobara se quedó callada un momento, buscando algo con que replicar, pero lo único que pudo pensar en ese momento fue: "Es muy fuerte..."
