Solo era cuestión de tiempo para que encontrara a su destinado.
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- Historia situada en un universo alternativo (Soulmates AU)
- El dibujo de la portada no es mío, si alguien conoce al autor, hágamelo saber!
- La trama es de mi auditoría, pero l...
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Ser un Zen'in dentro del mundo de Jujutsu era difícil. Ser parte del clan Zen'in era difícil si no contabas con una técnica ritual poderosa, o si no contabas con las técnicas hereditarias del clan; si no contabas con una técnica ritual como las Diez Sombras, o la Técnica de Proyección, no tenías ningún futuro. Y definitivamente alguien como Maki no tenía ningún futuro, al no tener ninguna técnica ritual, y carente del poder maldito necesario para un hechicero.
Su tiempo dentro del clan fue horrible, ella y su hermana gemela sufrían de discriminación por otros miembros del clan, sobretodo de Naoya, su irritante primo.
Golpeada constantemente debido a su comportamiento "rebelde", siempre terminaba con moretones o dolores que no se iban hasta dos días después como mínimo. Maki no tenía miedo de decir lo que pensaba en realidad, no tenía miedo de romper las reglas ni de las consecuencias que tendría después, era completamente opuesta a Mai.
Mai era más cuidadosa, tenía miedo de las posibles consecuencias si hacía algo que iba en "contra" de las reglas, y trataba de no meterse en peleas.
La mayor siempre era la que terminaba golpeada, la que terminaba castigada casi todos los días. Tenían que escuchar los constantes comentarios hirientes, comentarios que al principio de verdad les afectaba, especialmente a Mai, pero hubo un momento en el que a Maki le dejaban de importar todo lo que dijeran de ella.
Que si no tenía futuro como hechicera de Jujutsu, que estaba condenada a ser una sirviente más en el clan Zen'in, y que no servía para nada.
Pero a pesar de eso, Maki no dejó su sueño de convertirse en hechicera, quería probarles que estaban equivocados, quería convertirse en la cabeza del clan, incluso si eso significaba más burlas y golpes por parte de Naoya.
Y para seguir su propio camino, terminó expulsándose a sí misma del clan Zen'in. Eso ocurrió poco después de cumplir catorce años. Y ahora tenía diecisiete años. No se arrepentía de nada, ni de las quemaduras que sufrió en el incidente, ni de las demás cicatrices permanentes en su cuerpo. Lo que siempre la perseguiría era la muerte de su hermana, pero al menos, ya lo había superado un poco.
Ser una Zen'in es difícil.
Cuando alguien que sabía del clan Zen'in conocía a Maki, preferían alejarse, o se volvían agresivos; no a todo el mundo le agradaba el clan, debido a la terrible historia que este tenía con otros clanes importantes, como el clan Kamo o el Gojō, que actualmente ya no existía. Con el mundo de la hechicería de Japón en crisis en muchas partes del país, maldiciones más sueltas de lo normal, y varios enemigos tras de ella, estar cerca de Maki no era lo mejor.
Era por eso que no quería quedarse junto a Nobara; no quería lastimarla, ni emocionalmente ni físicamente. Era muy posible que algunos miembros del clan Zen'in con las cuales había peleado hacía unos días llegarán al pequeño pueblo y la encontrarán, ya que la zona en la que Nobara la había encontrado casi muriendo estaba muy cerca de ahí.
