capitulo 8

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Rengoku puso sus manos una a cada lado de mi cabeza para alzarse mientras miraba de reojo hacia abajo, sus mejillas se sonrojaron, mi pulso llegó a mil, se quedó ahí por unos segundos abriendo su boca unos centímetros

T/n: ¿Qué mierda estás haciendo? -lo empujé, tuve la sensación de que el bulto que sentía se volvía cada vez más grande- ¡sal de encima!

Rengoku se puso de pie y tomó una de las toallas que estaba más a mano para pasármela, la tomé tratando de cubrirme lo más posible mientras trataba de no mirarlo cuando se puso de pie como dios lo mandó al mundo y tomaba la toalla para colocarla en su cintura

Rengoku: no sabía que estaba despierta

Lo miré, por fin estaba cubierto y me puse de pie

T/n: ¿esa es la excusa para entrar a mi habitación?

Ok, sé que no es MI habitación, pero el me la había cedido

Rengoku: no entré a su habitación -dijo con una sonrisa- entre a nuestro closet

T/n: a nuestro....

Y recién me dí cuenta que en la mayor parte del closet había ropa de él, no recordaba haberlo visto el día anterior.

Rengoku: lo siento pero tuve que improvisar, hoy arreglo todo, pero me estoy quedando en la habitación de al lado que tiene una puerta directa al closet. Pensé que estaba durmiendo, por eso me tomé la libertad de entrar.

T/n: bueno -arregle el pelo que se me pegaba a la frente- no sabía que te levantabas tan temprano

Rengoku: de hecho, vengo llegando -fruncí el ceño- este trabajo es nocturno

"El trabajo"... Arriesgarse por esas cosas que casi nadie sabe que existen.

T/n: oh, pues... -no supe que decir, todo aún era surrealista- disculpa, yo me voy para que puedas... -miré la toalla que tenía en su cintura- me voy -puse una sonrisa inocente

Rengoku: espere -se acercó, ver su torso bien tonificado y con gotitas de agua por todo su cuerpo hizo que una corriente recorriera todo mi cuerpo- déjeme ver su herida

Sacó con mucho cuidado el vendaje que estaba empapado con agua mientras yo miraba la sonrisa que se le dibujaba en la boca que supongo (dios, escúchame) que es por nuestra cercanía, sonrisa que se le borró de un golpe

T/n: ¿Rengoku? -no habló- ¿se vé muy mal?

Se puso tenso, dió un paso hacia atrás y tomó mi rostro con ambas manos

Rengoku: vaya a vestirse, tengo que llamar a los chicos

Salió del closet a toda prisa por la puerta que estaba al otro lado, confundida me fui a la habitación y me detuve en el espejo que había ahí, me miré la frente

Nada... ni siquiera una cicatriz.

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Era la tercera vez que shinobu veía mis ojos con una pequeña linterna, la tercera vez que dejaba que me cortaran el dorso de la mano con un pequeño bisturí, la tercera vez que todos ignoraban mis preguntas mientras hablaban entre ellos

T/n: ¿Qué es lo que pasa? -dije tratando de limpiar la sangre que brotaba de mis manos, las tres heridas aún estaban abiertas y dolían mucho

Saneni: ¿Deberíamos llamar a Tamayo?

Shinobu: ¿Y qué le diremos? No tenemos nada, es mejor enviarle las muestras de sangre

Tomioka: ¿Ya tomaste una muestra?

Mitsuri: la tengo -dijo agitando un botecito con mi sangre- la enviaré de inmediato

T/n: alguien me puede decir que es lo que...

Iguro: ¿Tendremos que decirle al patrón?

Himejima: ¿Es para preocuparse? Mejor averiguamos bien que es lo que pasa antes de darle un informe

Uzui: estoy de acuerdo, esto es nuevo

T/n: chicos...

Sabito: ¿Cómo van las heridas? -miró mis manos- la herida de la cabeza era aún más grande, estás ya debieron sanar

Tokito: ¿y si le partimos la cabeza de un golpe a ver si sana rápido?

Mi corazón dió un salto

Uzui: claro -rodó los ojos- o mejor le cortamos el cuello y vemos si sigue hablando

T/n: ¿¡ME PUEDEN ESCUCHAR TROPA DE IMBECILES!? -Todos se quedaron en silencio ante mi grito- me están tratando como a una rata de laboratorio.

Iguro: estamos tratando de salvarte la vida -arqueo una ceja-

T/n: oh, pues gracias -sonreí irónicamente- entonces trae tu espada y cortarme el cuello a ver si se rebana igual que el de aquellos demonios -les mostré las heridas en mis manos- ¿Ves esto? -la sangre empezó a correr por ellas- me han cortado las manos tres veces y no dejan de sangrar y nadie me ha prestado atención, duelen y mucho, pero estoy tratando de colaborar, espero lo mismo de parte de ustedes.

Nadie se atrevió a contestar, pero quién se movió fue rengoku, tomó algunas telas y las puso delicadamente en mis heridas

Rengoku: ¿Tienes algo para el dolor? -le dijo a shinobu-

Shinobu: si, claro -le dijo ella que sacó una pastilla de una cajita- ten

Rengoku: vamos a mi despacho -me miró después de tomar la pastilla- tenemos que hablar

Caminó, todos se quedaron en silencio y lo seguí, fue en silencio y yo a su lado por su gran casa, pero me detuve cuando escuché algunas risas.

Rengoku: tranquila, son amigos de mi hermano, después se los presento, también son cazadores.

T/n: ¿Cómo pueden tener a niños tan pequeños haciendo algo tan peligroso?

Rengoku: los menores de edad solo se encargan de la limpieza posterior, los que van a la pelea son los chicos que son mayores, por cierto ¿Cuántos años tiene?

T/n: ¿Acaso no lo sabes?

Rengoku: solo quiero confirmar la información que ya tengo de usted

T/n: 20, y deja de decirme usted, soy menor que tu

Asintió con la cabeza mientras sonreía

Llegamos a su despacho, un lugar grande con un escritorio de madera negro, sillones del mismo tono, todo era extremadamente elegante

Rengoku: tenga -me extendió la pastilla con un vaso de agua- es para el dolor

La tomé y está vez si me la tragué, me senté en un sofá y rengoku se sentó al frente mío encima del escritorio

T/n: dime qué está pasando

Rengoku: el caso es que... -suspiró- ni siquiera nosotros sabemos señorita... -alcé una ceja y él se corrigió- t/n, así que te pido tiempo

T/n: dime lo que ya saben

Rengoku: al parecer te estás convirtiendo en demonio...

t/n: ¿q-que? ...

decisiones (rengoku x t/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora