decisiones (rengoku x t/n)

capitulo 44

Íbamos llegando al bar, habían muchos guardias y muchos vehículos elegantes, Shinobu, Kanae y Mitsuri iban delante

Sanemi: así que… nos dejas

Kyojuro: es lo que tengo que hacer

Sanemi: no, no lo tienes que hacer.

Kyojuro: ya sabes lo que pasó la vez anterior por tenerla metida en medio de todo, no quiero perderla otra vez

Iguro: ¿Te has dado cuenta que ella siempre se mete en problemas? No creo que sea fácil mantenerla en una burbuja y cuidarla

Tokito: los problemas vienen a ella

Kyojuro: y ahí estaré yo para ayudarla a superarlo, pero ya no habrán más salidas nocturnas para arriesgar mi vida

Uzui: te extrañaremos

Tomioka: nos harás falta

Shinobu: ja! -dijo molesta- a ti es al que menos te hará falta, estás bien ocupado últimamente

Himejima: ¿Por qué dices eso?

Shinobu: ¿No le has contado de tu nueva aventura? -miró a Tomioka molesta-

Tomioka: no es problema mío que estés celosa -le dijo igual de molesto-

Shinobu: ¿Celo…?

Kanae: ya basta, estamos llegando, saca tus cosas

Shinobu se recompuso y sacó un pequeño bote del bolsillo, Mitsuri sonrió al guardia

Mitsuri: hola -trató de pasar pero el guardia le tomó del brazo-

Guardia: está cerrado por hoy

Mitsuri: pero yo escucho música

Guardia: es una fiesta priv…

Y no pudo decir más, Shinobu le rocío lo de la botellita en la cara y el guardia cayó desmayado, todos quedamos en silencio

Shinobu: ¿Qué?

Uzui: ¿Ves lo que provocas? -le dijo a Tomioka- ella es capaz de envenenarnos a todos al mismo tiempo

sabito y Tomioka escondieron el cuerpo del guardia en la oscuridad y entramos, ya no tenía que disimular, los chicos tomaron puestos.

Se formó un alboroto pero no me importó, subí las escaleras de dos en dos hacia la oficina de Shinji, cuando abrí la puerta lo encontré entre las piernas de… yuko, la otra chica que estaba trabajando con Liz

Shinji: ¿Qué mierda….?

Avancé hacia él sin importarme que estaba tratando de tapar la vergüenza que tenía en medio, yuko se bajó del escritorio asustada, la miré

Kyojuro: sal de aquí -la chica corrió fuera- así que te excita pegarle a una chica -lo tomé del cuello con fuerza, el trató de sacarme la mano- hice un juramento, nunca dañar a un humano, pero tú no lo eres, no cuando le pegas a una mujer… así que no me costará nada destrozarte la cara