capitulo 9

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Lo dijo tranquilo y sin rodeos, casi se me sale un grito del miedo pero él continuó- ayer te estuvimos buscando por el bosque, ciento de nosotros y no te encontramos -estaba serio- pero creemos que hay algo que está… deteniendo la transformación 

T/n: ¿Qué cosa?

Rengoku: no lo sabemos, pero todo ha sido extraño -me quedé en silencio para que continuara- en nuestra experiencia las personas que han sido atacadas mueren casi al instante o a los pocos días, empeoran cada vez más, pero tú…

T/n: no estoy empeorando -terminé la frase- eso significa…

Rengoku: que no sabemos nada, esto es nuevo para nosotros como para tí, por que las personas que se convierten no se demoran tanto tiempo

T/n: no quiero morir -dije después de varios segundos en silencio- Rengoku no quiero…

Rengoku: eso no pasará, te lo prometo, solo confía -asentí con la cabeza- también te pedí venir a hablar acá por qué quería pedirte disculpas por lo de… -aclaró la garganta- la situación del closet, hoy mismo trasladaré mis cosas a otra habitación para que no vuelva a pasar…

T/n: ¡NO! -dije apresuradamente, él me miró divertido- osea… quédate, me siento más segura si estás cerca

Rengoku: nada te pasará en esta casa, estoy para protegerte

T/n: aún así, prefiero saber que estás a solo unos pasos de distancia -y no era mentira, me sentía más segura con Rengoku cerca ahora que sé que al parecer me voy a convertir en una de esas cosas- solo hay que colocarnos de acuerdo en ocupar el closet

Por unos segundos miró mis labios, pero volvió a mis ojos y asintió

Rengoku: Estaré siempre para tí, es una promesa.

No pude contestarle, me levanté para abrazarlo para convencerme que podía confiar, él se paralizó por unos segundos pero luego rodeó mi cintura con sus brazos y me acercó a él.

T/n: confío en ti

Rengoku: no te decepcionaré

Los días que siguieron fueron una verdadera tortura, los medicamentos que me administraba shinobu no hacían más que provocarme sueño, pasé casi dos semanas durmiendo y teniendo la misma pesadilla, el cuello de la chica partiendose en dos, y yo bebiendo de su sangre hasta artarme, pero no tenía las fuerzas necesarias para levantarme, o siquiera para despertarme. Vivía en un limbo entre estar consciente e inconsciente. Rengoku venía a diario a verme pero yo era incapaz de contestarle y él se quedaba a mi lado hasta que el sueño me volvía a ganar.

Todos los chicos venían constantemente a verme y escuchaba sus voces a lo lejos. Shinobu tomaba una muestra de sangre cada dos días.

Hasta que una noche la pesadilla fue tan real que me desperté en un grito y tomando las sábanas con fuerza, me tomé la cabeza sin poder dejar de gritar, sintiendo la sangre rodar por mi boca, sintiendo en mis manos el cuerpo de aquella mujer, y sin darme cuenta, Rengoku estaba en mi habitación rodeandome con sus brazos

Rengoku: estas despierta… ¿Que paso? ¿Estás bien? -yo temblaba, no podía contestarle- por favor respóndeme

T/n: no me dejes -logré articular- quédate aquí, conmigo

Rengoku: claro

Rengoku se recostó a mi lado y me abrazó hasta que logré conciliar el sueño otra vez, y al calor de su pecho no volví a tener pesadillas.
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Si bien el aroma de rengoku permanecía en esta habitación, ahora lo sentía más intenso, ya que estaba a mi espalda, abrazándome por la cintura, su mano debajo de mi camiseta apoyada en mi vientre y su cabello suelto. Podía sentir su respiración lenta y constante, supe que estaba dormido y quise quedarme un rato más así.

decisiones (rengoku x t/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora