1. Lewis Hamilton

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georgerussell63 ha respondido tu historia:

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¿Cuándo le dirás que te gusta?

Cuando realmente tenga una oportunidad y sepa que siente lo mismo que yo, ósea, nunca.

➪Eres muy ciega aveces.
seen.

Llevaba varios años sintiendo una atracción hacia Lewis, mi mejor amigo. Nos encontrábamos en Inglaterra cenando juntos ya que hacía tiempo que no nos veíamos debido a que el está viajando el mundo entero y yo me mantengo estudiando. Al verlo, mi corazón saltó de alegría, alegría que no es correspondida. Al menos no de esa manera.

—Alisa—su voz me sacó de mi trance.

—Perdón, me perdí en tiempo y espacio, ¿qué decías?

—Te preguntaba si irás conmigo a Monza—colocó su mano sobre la mía. Esta acción provocó las famosas mariposas en mi estómago.

—Te prometí que si iría.

Su sonrisa creció, la mía igual.







Aterrice en Monza el miércoles por la noche luego de unas horas de viaje. Le había texteado a Lewis cuando aterricé y me contestó diciendo que saldría por mi.

Al salir, me fuí a una esquina esperando por él. Unos minutos más tardes, llegó —como no— en un mercedes. Se bajó del auto cubierto de pies a cabeza seguramente por si hay fans. Se acercó a mi y su perfume llegó a mis fosas nasales. Me sonrió y me abrazó fuertemente.

—¿Tienes hambre?— me preguntó.

—En realidad no. Solo estoy cansada.

—Bien, iremos al hotel.

Dicho esto asentí; el agarró mi maleta y nos dirigimos al auto. Al entrar en este, Lewis me dejó poner algo de música mientras llegábamos al hotel. En algunas paradas abría la boca como si quisiera decir algo pero al final no decía nada.

Llegamos al hotel y vi como Carlos y Lando salían del hotel. Me apresuré a bajarme del auto y caminé hacia ellos.

—¡¿Alisa?!— Exclamó Lando.

—¿Dónde?— preguntó Carlos buscándome con la mirada.

Ambos al verme me dieron un gran abrazo.

—He extrañado tanto tus chismes— dijo el británico al separase de mi—. ¿Haz venido con Lewis?

—Si, me ha invitado esta carrera porque dice que me quiere cerca. Ya sabes, hace tiempo no nos vemos.

—Yo opino que le gustas—contestó el español.

—Opinó igual.

—No...

—Buenas noches— dijo Lewis detrás de mi. Me iba a mover un poco hacia atrás pero no pude ya que estaba pegado a mi espalda. Muy pegado diría yo.

—Buenas noches— contestó el dúo—. Bueno, nosotros nos vamos, iremos a cenar—comenzó Carlos—. Avísame si quieres algo.

Yo asentí, me despedí de ellos y seguí a Lewis adentro. Este se había quitado la enorme chaqueta que le cubría la mayoría de la cara. Por suerte no habían muchos fanáticos en el hotel. Lewis tenía unos pantalones anchos y una camisilla de manguillos que resaltaba sus fuertes brazos y sus tatuajes. Y sus manos...

—...enserio debes dejar de distraerte tanto y prestarme más atención—dijo este alzándome el mentón por la diferencia de altura. No me di cuenta de la cercanía, tampoco que estábamos en el ascensor. Automáticamente mis ojos se dirigieron a sus labios y luego a sus ojos—. ¿Algo que me quieras decir, Ali?— trague fuerte antes de contestar.

—No, Lewis.—El ascensor se abrió en el piso correspondido y este me guió a la que iba a ser mi habitación. Me dejó allí, me dijo buenas noches y luego se fue a su habitación, que estaba unos cuartos más lejos de la mía.








El sábado de Clasificación no estuvo nada mal. Lewis clasificó P8, Carlos P1 y Lando P9. Me había reunido con los otros pilotos luego de varios meses que llevaba sin verlos. Daniel no pudo correr debido a su fractura. Más tarde lo llamaría. Estaba caminando por el paddock hablando con George. Este estaba muy empeñado en que le dijera a Lewis mis sentimientos hacia él.

—¿Qué pierdes? Dignidad no tienes— lo miré con la boca abierta antes de echarme a reír.

—Alisa, Lewis te busca. Está en su cuarto de descanso.— Un mecánico de mercedes me informó antes de irse a no se donde. George me miró y me sonrió.

—Déjame quieta, tal vez no sea nada.

—Anda Julieta, ve con tu Romeo.—Rodé los ojos y empecé a caminar al motorhome de mercedes. Entré y los mecánicos que quedaban ahí me saludaron.

Frente a la puerta de Lewis dudé si entrar o no. Luego de unos segundos, toqué varias veces. Como no hubo una respuesta inmediata, abrí la puerta.

—¿Lewis?— no pude continuar. No pude.

Encajó sus labios con los míos en un beso que llevaba tiempo esperando. Sentí sus manos en mi cintura e instantáneamente pasé las mías por su cuello. Fue aquí cuando me di cuenta que no tenía su camisa. Me hizo entrar al cuarto y cerró la puerta detrás de mi. El beso no tuvo ningunas otras intenciones aparte de transmitir lo que llevábamos tiempo guardando.

Nos separamos por falta de aire. El no dudó en dejar otro pequeño beso en la comisura de mis labios.

—¿Ali?

—¿Si, Lewis?

—¿Hay algo que me quieras decir?—Yo sonreí.

—¿Te puedo volver a besar?

—Soy todo tuyo.—Yo sonreí antes de juntar nuestros labios nuevamente.












n/a
-pequeño recordatorio de que Lewis tiene 38 🤠

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