F1 One-shots

14. Lewis Hamilton

A todos nos chocó la noticia de Lewis yéndose de Mercedes hacia Ferrari. A mi no me podía afectar tanto por ser piloto rival de Lewis. Aún me quedaban 2 años más con Mercedes.

Me encontraba en la central de Mercedes, en unos días se haría la revelación del carro nuevo, y como no, nosotros los pilotos estábamos tirándonos fotos  en el traje nuevo y nos enseñaron parte del monoplaza nuevo.

—Es... increíble—dije maravillada con el diseño trasero. Era negro y tenía varios diseños los cuales no podía explicar por lo maravilloso que se veía.

Sentí un cuerpo detrás del mío. Gire un poco la cabeza para ver a Lewis sonriéndome.

—Se ve rápido—comentó el.

Yo volví a mirar hacia la pantalla al notar la cercanía que había entre ambos. No estaba bien que me gustase alguien 7 años mayor que yo, ¿verdad? Aparte que era mi compañero de equipo.

Estaba tan sumida en mis pensamientos, que no sé en qué momento Toto Wolff nos empezó a hablar.

—Mikaela, ¿escuchaste lo que te dije?

—Si, si—mentí—fuerte y claro.

Toto asintió no muy convencido y se alejó.

—No escuchaste nada, ¿cierto?—Lewis me preguntó

—Ni un pelo—respondí yo.

—Para tener casi 32 años eres muy distraída—comentó.

—¿Me estás diciendo vieja?

—Nunca podría—me sonroje por sus palabras y no tengo idea por qué—. Toto dijo que el día de San Valentín, que también es el lanzamiento del carro, tendremos una cena a las 8:00 p.m.

Yo asentí y el se alejó dejándome con un pequeño vacío de su presencia. No debería sentirme así.

Me cambie de ropa y me senté a ver lo que tendría en las próximas semanas. Añadí la cena de Mercedes y verifique un par de emails que tenía sin leer.

Cuando estaba apunto de irme, Lewis me agarro de un brazo delicadamente, como si me fuera a romper.

—Mikaela, ¿de casualidad tienes algo el 14 por la mañana?—me pregunto mirándome directamente a los ojos.

—¿San Valentín?—fruncí el ceño. Acaso...

—Claro tonta, ¿que otro 14 conoces?

—Marzo—respondí muy segura.

—Muy graciosa. ¿Te gustaría ir a desayunar?—Yo me quede con el ceño fruncido mientras analizaba un poco. Me estaba invitando a salir a desayunar un 14 de febrero—. Por si las dudas, si es como una... cita.

—Lewis Hamilton, ¿me estás invitando a una cita?—se le formó una gran sonrisa—. Dime hora y estaré lista.

—Pasaré por ti a las nueve en punto—yo asentí y me dio un beso en la frente y se fue.

Yo me quede ahí plantada analizando lo que acababa de suceder hasta que Susie, la esposa de Toto, me interrumpió los pensamientos.

—El amor es joven y tú aún tienes una vida por delante—dijo ella. Yo fruncí el ceño.

—¿Perdón?

—Lewis y usted, Mikaela. Los vi hablando muy cerca.

—Puede que me haya preguntado si quería ir a desayunar con él—una pequeña sonrisa se me formó en el rostro. Susie y Toto eran como mis padres.

—No le digas a Toto, sabes que no quiere que nadie se te acerque. Eres como su hija.

—¿Quien se te acercó?—llegó el mencionado. Susie y yo nos miramos para luego mirarlo.