Capitulo 15

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–Con Naraku–

Naraku: (viendo a Kagome usar la llave del corredor infinito) ¿Que no esa cosa solo se usa gracias a las almas de los seres humanos que mueren y son atrapados para ser su energía?

Kagome: Si y no, la llave si necesita de una gran cantidad de almas para ser usadas como energía, pero no necesariamente necesitan ser humanos, pueden ser de otros seres como las criaturas de la noche, humanos, animales o demonios. (mirando de reojo a Naraku) Los demonios como Berunel que se alimentan de almas de otros seres son la mejor opción.

Sin poder evitarlo me recorrió un escalofrío en todo mi cuerpo ante tal respuesta, pero dejando a un lado al igual que los demás seguí a Kagome dentro del portal y esta vez sin rechistar, no estaba dispuesto a caer en algún lugar como en el anterior y sin la forma de salir, ni con la Perla de Shikon, aunque esto último lo estaba dudando pues podría ser un maldito manipulador, pero no era estúpido, y poner a Kagome en mi contra era una mala jugada.

Sesshomaru: ¿Dónde conseguiste tantas almas?

Kagome: Algunas las conseguí de Naraku y las demás de los pedidos que la Bruja Malphas me hizo a cambio de los hechizos para liberarlos.

Sesshomaru: ...

Sesshomaru:

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Cuando salimos del corredor infinito el lugar no era el que yo esperaba, un bosque muerto como una pintura siniestra a blanco y negro

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Cuando salimos del corredor infinito el lugar no era el que yo esperaba, un bosque muerto como una pintura siniestra a blanco y negro. A pesar de que era un bosque no se sentía vivo, ni una cambo de batalla lleno de cadáveres humanos se sentía tan vacío, el aire era frio y pesado, cada paso que dábamos me provoca que mis entrañas se estrujaran, aunque no sabía si era por el ambiente tan hostil que se sentía o porque, aunque odio admitirlo me empezaba a dar algo de recelo. Voltee a ver a Sesshomaru y note que no estaba mejor que yo, mire a los niños y ellos apenas y podían caminar además de que note que en algún momento Kana y Haku se habían aferrado a la tela de mis pantalones y el pequeño zorrito se había subido a Sesshomaru y se aferraba a él. A pesar de todo no sabía que más me podría perturbar si el hecho de que el lugar se sintiera así o que Kagome actuara como si nada, era como si a ella no le afectara la energía que despedía este mundo.

Kagome: Sera mejor que nos demos prisa en encontrarle, o ellos nos encontraran a nosotros.

Sesshomaru: ¿De quienes hablas miko?

Kagome: De las almas que habitan este mundo. Ellas no son muy amistosas y si nos encuentran primero, sería una pelea de nunca acabar.

Naraku: Esta bien, pero es algo difícil moverse en este sitio.

Kagome: Tienes razón, pero será peor con cada minuto más que estemos aquí.

Shippo: (temblando) Kagomesita, este sitio no me gusta, me da miedo, no quiero estar aquí.

Kagome: (acercándose a los niños y suspirando) Lo siento, olvido que ustedes no tuvieron el mismo entrenamiento que yo.

Una vez que termino su frase se acercó a los niños y beso sus frentes, dejando una pequeña estrella rosada brillante que lentamente fue envolviendo los para segundos después desaparecer.

Kagome: ¿Como se sienten ahora?

Shippo: (dejando de templar y respirando más tranquilo) Me siento mejor, ¿qué hiciste?

Kagome: No mucho en realidad, solo les puse un sello de protección, eso los ayudar en este lugar.

Shippo: ya veo, ¿por qué no le das esa misma protección a Lord Shesshomaru y a Naraku también?

Kagome: (indiferente) Ellos son demonios poderosos, no tendrán ningún problema lidiando con este lugar.

La indiferencia que portaban sus palabras no me hiso sentir bien, era como si no le importara lo que nos pasara y aunque no la culpo por actuar de la misma forma que yo lo aria aun así me molesto.

Kagome se empezó a convertir en pequeños murciélagos y se elevó, Sesshomaru y yo le seguimos, en ese lugar era difícil el hacer algo tan fácil como volar y al cabo de unos minutos me empecé a sentir más y más cansado y pesado a pesar que lo único que llevaba cargando eran los dos niños, cosa que en otro sitio no sería problema, un par de minutos después empecé a sudar y jadear, Sesshomaru estaba mejor pero incluso él se notaba que se estaba esforzando por las dos pequeñas gotitas de sudor que le escurría de la frente, odiaba admitirlo pero ese perro demonio tenía más resistencia que yo, sentía que cualquier momento me caería así que cerré mis ojos para tratar de tranquilizarme cuando de la nada sentí los labios de alguien en mi frente, abrí mis ojos debido a la impresión pero casi al instante los cerré de nuevo al sentir una refrescante brisa recorrer todo mi cuerpo.

Cuando abrí mis ojos una vez más me sentía mejor, vi a Kagome besar a Sesshomaru en la frente y así como a los niños la luz lo envolvió.

Kagome: Bueno los dos son realmente increíbles, sobre pasaron mis expectativas, toleraron el doble tiempo de lo que yo lo hice la primera vez que vine a este mundo.

Sesshomaru: ¿Entonces no es tu primera vez aquí?

Kagome. No, la primera vez que vine lo hice con mi padre.

Shippo: ¿Cuándo fue eso?

Kagome: (desinteresada y siguiendo su vuelo) Ya tiene algún tiempo... creo tenía como siete u ocho años, no me acuerdo muy bien.

Con eso dicho y dejándonos algo atónitos la seguimos, al cabo de unos minutos empezamos a ver un gran grupo de lo que parecían muertos viviente yendo a un solo punto, Kagome se apresuró y la seguimos de cerca para llegar al centro de lo que parecí...

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Con eso dicho y dejándonos algo atónitos la seguimos, al cabo de unos minutos empezamos a ver un gran grupo de lo que parecían muertos viviente yendo a un solo punto, Kagome se apresuró y la seguimos de cerca para llegar al centro de lo que parecía un campo de guerra, en medio de todos ellos estaba un hombre de largos cabellos y armadura negra quien peleaba contra todos los muertos que lo atacaban.

Kagome: Esperen aquí, sin importar que pase; no intervengan.

Kagome ni bien nos terminó de decir su oración y se dirigió a donde estaba ese hombre. 

Por el día naranja

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Por el día naranja. 

Saludos. 

SANGRE INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora