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—Muchas gracias por invitarme al centro comercial, Dotty

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—Muchas gracias por invitarme al centro comercial, Dotty. La verdad es que necesitaba un poco de distracción... —dije, sintiendo cómo la ansiedad se apoderaba de mí en cada palabra. La preocupación por Susan me pesaba en el pecho como una roca.

—Está bien, Pau. Además, era justo lo que necesitabas para despejarte un momento. Sé que estás preocupada por Susan, y yo también lo estoy, así que pensé que una salida nos vendría bien —respondió Dotty, su voz cálida y comprensiva.

—Sí... gracias —murmuré, pero en mi mente solo resonaba la inquietud por la ausencia de Susan. Era como si cada segundo se alargara, y la espera me consumía.

De repente, la Tierra comenzó a temblar. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, recordándome el horror que había vivido la última vez que esto sucedió. Sin pensarlo dos veces, salí del centro comercial corriendo.

—¡Ay no... un temblor! —exclamó Dotty, girando la cabeza hacia mí justo cuando me escabullía por la puerta. —¡Espera, Pau! ¡¿A dónde vas?!

Afuera, el suelo vibraba bajo mis pies, pero mis ojos se elevaron al cielo. Allí, a lo lejos, vi la nave, y un torrente de emociones me abrumó. Mis ojos se humedecieron al contemplar esa silueta familiar que había estado esperando tanto. Sin poder contenerme, corrí hacia la nave, cada paso lleno de esperanza.

La nave aterrizó suavemente y, al abrirse la compuerta, vi a Susan bajar, su rostro bañado en lágrimas que brillaban como estrellas. El aire se detuvo por un instante; el mundo a mi alrededor se desvaneció.

—S... Susan... —tartamudeé, incapaz de creer lo que mis ojos finalmente estaban presenciando. Mi corazón latía con fuerza, como si intentara salirse de mi pecho.

Ella me saludó con un gesto de la mano, su sonrisa iluminando el oscuro temor que había anidado en mi corazón. Sin pensarlo, corrí hacia ella y, en un impulso, salté a sus brazos. En ese instante, nuestras bocas se encontraron en un beso que no solo selló nuestro reencuentro, sino que encendió una chispa de pasión.

Sus labios eran suaves y cálidos, y el mundo a nuestro alrededor se desvaneció. Sentí cómo el tiempo se detenía, y todo lo que había esperado, todas las dudas y ansiedades, se disolvieron en ese instante. Fue un beso lleno de promesas, de anhelos y de un amor que había sobrevivido a la distancia.

Una Disculpa Sincera #1 [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora