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—¿Te refieres a cómo se veían fisicamente o cómo? —preguntó ella, y yo negué con la cabeza.

—No, quiero saber... ¿cómo las trataban a ti y a Susan? —respondí, sintiendo que tenía que saber para averiguar lo que verdaderamente fue el pasado de Susan.

La pelicastaña me miró confundida, como si no se esperara mi pregunta tan directa y yo la mire algo apenada.

—Mm... ¿Por qué te interesa eso? —me dijo, frunciendo el ceño.

—Solo... necesito saber algo. ¿Cómo eran ellos? —insistí, aún algo apenada sintiendo cómo si la obligara a hablar.

Pero puedo ver que logre convencerla de hablar al ver como ella respira hondo, como si estuviera recordando algo desagradable.

—Bueno... a mí y a Susan nos hacían cosas terribles. Cosas que preferiría no recordar —dijo, con voz temblorosa.

—Tú... ¿sabías que iba a venir aquí? —pregunté, dudando si sus palabras eran ciertas.

La pelicastaña negó con la cabeza.

"No lo sé, no estoy segura", pensé, mientras me frotaba la cabeza, sintiendo una mezcla de confusión y ansiedad. ¿Y si esta chica era parte de un plan de Susan para hacerme caer en su trampa? ¿Una cómplice?

Pero también pensé: "¿Y si estoy juzgando mal?"

—Bueno... muchas gracias —dije, dando la vuelta para irme.

Mientras caminaba, me sentí un poco culpable por cómo había tratado a Susan. Tal vez había dejado que el pasado nublara mi juicio. ¿Y si realmente había cambiado? Quizás mi mente estaba inventando problemas debido a los malos recuerdos que tenía de ella.

La Susan que conocía jamás se habría humillado ni habría insistido tanto en que la perdonara. Ya no sabía qué pensar.

Perdonarla no sería fácil. Pero tal vez, solo tal vez, valía la pena darle una oportunidad. Aunque, para ser honesta, estaba lista para cualquier cosa; si era una broma o un juego, no quería caer de nuevo en eso.

Al día siguiente, decidí que debía hablar con Susan. Así que le envié un mensaje:

Pau: Susan, ¿podemos vernos hoy en el mismo parque?

No recibí respuesta de su parte, así que pensé que quizás no vendría. Sin embargo, fui al parque de todos modos. Cuando llegué, vi a Susan esperándome. La ansiedad comenzó a invadirme.

Me acerqué a ella, sintiéndome incómoda.

—Lo siento —dije, con un nudo en la garganta—. Sé que me he comportado muy mal contigo y ni siquiera te he dado una oportunidad.

Susan bajó la mirada, visiblemente avergonzada.

—Está bien, lo entiendo. Te hice mucho daño y no puedes confiar en mí. También sé que he sido insistente y molesta.

El silencio se hizo presente entre nosotras, como si las palabras estuvieran atrapadas en el aire.

—Lo siento —dijimos las dos al mismo tiempo, rompiendo la tensión.

—No te preocupes por eso —respondió Susan con una pequeña sonrisa—. Si quieres, podríamos ser amigas y dejar todo esto en el pasado.

Aún sentía desconfianza, pero decidí darle una oportunidad.

—Aún desconfío un poco... pero está bien —le dije, respirando profundo—. Susan, hoy decidí darte una oportunidad para que me demuestres que realmente has cambiado. No la desperdicies.

Ella sonrió y asintió, y por primera vez, sentí que tal vez había un pequeño rayo de esperanza.

Cuando la luna empezó a ponerse, nos dimos cuenta de que era hora de irnos.

Esa noche, me costó dormir. Mis pensamientos no dejaban de girar en mi cabeza.

¿Habría hecho lo correcto al darle una oportunidad?

Estaba confundida, preguntándome si había caído en un juego de Susan o si de verdad había cambiado. No lo sabía. Tal vez sí era correcto darle una oportunidad; la gente crece y cambia. Pero era difícil de creer que la misma Susan que había arruinado mi infancia ahora estuviera genuinamente dispuesta a ser diferente. Esa duda seguía atormentándome, y en medio de esa confusión, la noche se alargó mientras intentaba encontrar respuestas.

 Esa duda seguía atormentándome, y en medio de esa confusión, la noche se alargó mientras intentaba encontrar respuestas

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Una Disculpa Sincera #1 [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora