El Imperio De Arbezela donde la belleza da más que los méritos.
Gobernado por el Invencible Emperador Jaider de Secramise, casado con la Emperatriz Roserice de Secramise, junto a dos concubinas de belleza única con las que tuvo tres hijos guapos...
El ruido no era fácil de bloquear. Toda la patria se encontraba celebrando el éxito de la Alianza con Grayscoll. Los ciudadanos iban y venían en los puestos de comida, ropa y accesorios. No eran los únicos, algunos miembros de la delegación Grayscoliana aprovecharon para tomarse un descanso del trabajo dado y mostraban su mercancía al pueblo de Marloe. Permitido por el Emperador, las ropas, accesorias y alimentos eran un éxito.
Sus singulares estilos, el aroma de cada comida y la belleza de cada joya era algo sin igual. Hasta los nobles se atrevieron a ver los puestos y ofertas del continente extranjero.
La fascinación por ver tales cosas era demasiada y por la apariencia única de cada ciudadano de Grayscoll, incluso algunos jóvenes intentaban coquetear con ellos. Tristemente fueron rechazados o con suerte algunos creaban amistades.
Los extranjeros también se abrían paso entre los puestos y tiendas del festival. Y algunos tomaron valor para mostrar representaciones artísticas en honor a su nación y para expandir sus horizontes.
Marloe parecía estar en un mundo de fantasía por ver lo muchos temían en aquella tierra.
Sirenas.
En las Tierras del Agua las sirenas eran vistas como monstruos sin corazón y sed de sangre. Se dejaban llevar por rumores y cuentos inventados para asustar a los niños. Era oportunidad de mostrar la realidad sobre estos encantadores seres marinos.
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La pluma se movía y las montañas de hojas se volvían cada vez más pequeñas. El omega Jade Meldea firmaba los papeles para poder relajarse esa bella noche o mejor dicho, negar el hecho de que en menos de unos minutos llegaría supuestamente, entrando por su ventana, El Gran Monarca Ciro Ambar De Ryk. Estaba muy cansado y frustrado.
-se escucha un suspiro de su parte~ *falta un minuto*-
La medianoche seria en solo unos minutos y Jade quería que el tiempo se detuviera, de verdad El Emperador Sin Igual, Monarca De Grayscoll vendría a buscarlo para recorrer Marloe?
Era una mala broma. Era mejor dormir y olvidarlo o eso intentaba. Su cama estaba a solo unos pasos.
~𝙽𝚘 𝚛𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚊𝚜 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚒𝚓𝚎-una voz lo hizo detener ~𝙹𝚘𝚟𝚎𝚗 𝙹𝚊𝚍𝚎-era una voz que lo congelaba-
El aire entró en forma de una suave brisa, el confeti callo en el suelo mientras un pie tocaba el suelo y el cuerpo se recargaba en la ventana. Su mirada era fija en el omega. No tenia su mascara.
~𝚃𝚞 𝚎𝚛𝚎𝚜?! -de verdad ese hombre de expresión juguetona era el hombre que vio en la cena y escucho en su oficina-
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