CAPÍTULO DOS.

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¿Por qué no puede de dejar de pensar en ella? Ni si quiera le pidió el número para disculparse de ella y para que no se lleve una mala impresión de él, aunque Manuel piensa que ya se la llevó. Él considera que lo odiará de por vida, ¿por qué tuvo que ser tan terco y tratarla así? Así que decide buscarla en Instagram, le manda solicitud, ansioso, esperando que lo acepté en la red social y pueda disculparse, si no, ojalá venga mañana a ver a sus hermanos, porque él estará toda la semana y quizás pueda tener la oportunidad de hablar y pedirle perdón. Deja de pensar en María cuando ve una llamada de Luciana...

—Hola bebé, ¿cómo estás? —escucha la voz chillona de su novia.

—Hola Lu, ¿bien y tú? —dijo con una voz de cansado, la verdad es que hoy fue un día largo para él.

Luciana es una mujer muy guapa, se gustaron al instante. Ella es rubia, de ojos azules y tiene algunas ondas en el pelo, casi siempre se maquilla. Son novios de hace dos años, se conocieron desde pequeños, ya que los padres de ella trabajan con los padres de Manuel, y empezaron a conocerse y después se empezaron a verse de manera diferente mutuamente.

—Bien amor, tuve un día muy largo.

—Sí yo igual, me caí en la... —Luciana lo interrumpe.

—Mi día fue muy aburrido, estuve todo el día acompañando a mis padres en el matrimonio de mis padrinos...—y se lleva contando lo aburrido que fue su día toda la llamada.

—Bueno bebé, me iré a dormir. Descansa, te quiero.

—Descansa—dijo Manuel y corta.

Manuel siente que su relación con Luciana ya no es la misma que antes, siempre que cuando él trata de contarle algo, ella lo interrumpe o le dijo, "ay amor, eso es aburrido", y cuando Manuel le cuenta algo que no fue muy bueno para él, Luciana dijo "estás exagerando". Comentarios que le hacen darse cuenta que no está cómodo en una relación así.

Manuel siente que no es él mismo cuando está con ella, piensa que no es la persona que realmente es, que el verdadero Manuel nunca ha estado en los momentos que han estado juntos. Hace un buen rato no siente el mismo sentimiento que el primer día que comenzaron su relación, pero no se atreve todavía a cortar con ella.

***

María despierta a las 6:20 AM, para poder comenzar su día de buena manera. Tiene una trotadora en su pieza, así que decide hacer ese día en particular veinte minutos de trote antes de empezar su día, porque normalmente lo hace en la tarde-noche después del colegio y organizar su tarde. Se pone sus zapatillas, sus calzas deportivas, peto deportivo y se sube a la trotadora.

Mientras está trotando, responde los mensajes que no ha respondido anoche, le llega uno de su mejor amiga, Valentina, preguntando qué novedades le tiene que contar hoy. María le responde que sea paciente que se lo contará cuando llegue al colegio. Se mete a Instagram, y se da cuenta que le llegó una solicitud de Manuel, lo cual lo deja sorprendida, ya que no se lo esperaba "¿querrá pedirme perdón? ", piensa. La verdad es que no debería emocionarse, pero, se emociona de porque le haya llegado esa solicitud, no significa nada, pero no puede parar de pensar en ello. Así que decide seguirlo de vuelta.

Luego de arreglarse y dirigirse al colegio, en el auto repasa lo último para la prueba de álgebra que tiene ese día. María considera que el profesor de la asignatura es muy pesado. Ella encuentra pesado a todo el mundo, casi a todos, a pocas personas soporta, que es a su grupo de amigos. Una vez hicieron una prueba digital en la sala de computación con ese profesor, y María se da cuenta que no le aparece la prueba, le comenta al profesor que no se muestra la prueba y el profesor le responde que reinicie la plataforma. María hace eso varias veces, y no da resultado. Lo cual después el profe se da cuenta que no le compartió la prueba, y perdió veinte minutos de examen y no pudo rendirlo de buena manera, lo hizo apurada, por eso le tiene tanta bronca.

—¿Tienes prueba? —pregunta su padre Manuel —sí, se llama igual que el ciclista pesado—.

—Sí, de álgebra. Con el profesor que tuve el problema de la prueba digital, ¿te acuerdas? Fue hace como dos años.

—¿Iván Meza? —preguntó su padre.

—Sí, él mismo.

—Me avisa, para ir a hablar con él y que le ponga la nota máxima altiro. —bromea su padre.

María se ríe, él siempre le hace esas bromas. Le encanta que su padre sea así. Él tiene cincuenta y dos años, es alto, mide alrededor de un metro ochenta, tiene aspecto canoso, usa lentes, pero la verdad María piensa que no tiene aspecto de la edad que tiene, sino más joven. Es jardinero y fumigador desde que ella nació, empezó trabajando en el vivero de sus abuelos, y después pudo crear su propia empresa da jardinería y fumigación.

—No es necesario, papá. Pero gracias, estuve estudiando mucho para la prueba. —confirmó ella.

—Yo sé que le irá bien. —dijo su papá.

Llegan al colegio de María, es grande, tiene estacionamiento, casino, canchas de vóley, básquetbol y fútbol, y un gimnasio.

—Chao papá, te amo. Dame suerte.

—Yo igual, ¡Suerte! Le irá súper —le dijo levantando los pulgares hacía arriba en señal de aprobación y motivación. María se ríe.

Cuando María llega a su colegio siempre piensa en su madre, Isabel, ya que ella trabajó durante más de diez años en esta comunidad educativa. Cada rincón le recuerda a ella y nunca olvidará cuando trabaja aquí y podían pasar más tiempo juntas.

Sin embargo, entre las adversidades de la vida ocurrió algunas tragedias para la familia Criado, y entre esos inconvenientes lo mejor para ella era que dejara de trabajar en la escuela. Como consecuencia para la madre de María esto fue lo mejor para ella. Según lo que ha podido observar y analizar en el momento que ha crecido. Los profesores, trabajadores y docentes conocen desde pequeña a María, en ese colegio se siente protegida y sabe que siempre puede tener el apoyo de los amigos de su madre.

María llega a su sala, saluda a los compañeros que llegaron antes de ella y se da cuenta que su mejor amiga la mira con una cara de enfado.

—Ojalá que sean buenas novedades, María Margarita, ¡me dejaste con el chisme a medias! —dijo Valentina.

—Después me agradecerás de haber esperado, es mejor contar estas cosas en persona.

—Más te vale —da un abrazo—, cuéntame.

—Ayer choqué en el auto, y bueno. Le choqué a un ciclista... —dijo María media avergonzada.

Los acordes de cómo nos enamoramos.Where stories live. Discover now