CAPÍTULO CUATRO.

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Los lunes Manuel tenía como rutina salir a correr, pero no pudo hacer aquellos planes debido a que su tobillo estaba muy adolorido. Decidió hacer el reposo que le dejó la "mala conductora" para que pueda sanar rápido, aunque ha desinflamado, todavía le causaba dolor. Al despertar por la mañana, revisó su celular y se dio cuenta de que María había aceptado su solicitud en Instagram, lo que le sacó una sonrisa pícara, pensando: "No pudo resistirse a mis encantos". Sin embargo, al recordar por qué le había enviado esa solicitud, decidió escribirle:

Manuel: Hola María, sé que te parece raro que te escriba, pero quería saber si el jueves vendrás a ver a mis hermanos.

En unos segundos María le responde:

María: Sí, la verdad me parece raro que me escribas, pero sí, hoy día iré a ver a tus hermanos, les prometí que íbamos a preparar pizza hoy.

María no puede negar, que se emocionó por aquel mensaje, ¿qué le está causando aquel hombre? Se supone que es su enemigo y más encima que conoció ayer, si la trató mal ella, no se quiere ni imaginar a las demás personas que él conoce.

Manuel: ¡Me alegro! Nos vemos en un rato.

Oh no, eso sonó muy interesante, o como si fuera un niño de quince años, pensó Manuel.

María: Ya.

Manuel lo que pretende hacer cuando llegue la conductora que le rompió la bici, —sí, el pesadito es muy terco y no se olvidará fácil de eso— es pedirle perdón por haberla tratado así ayer, sabiendo que lo único que quería María era ayudarlo, aunque ella le haya chocado sin querer. En unos minutos, María le vuelve a escribir.

María: ¿No le habrás dicho nada a tus padres?

Manuel: No, no les he dicho nada.

María: No sé si fiarme de ti, la verdad.

Manuel: Bueno, no lo hagas.

María: Ya.

¿Qué tiene María con el ya? Le deberían pegar un papel en la frente que diga: María, la niña del "ya", pensó él.

Manuel decide subir una historia mostrando su pie hinchado mientras juega fifa. Hoy no ha hablado con Luciana, y la verdad no le apetece mucho, bueno, no le apetece nada. La relación con ella ya no es la misma que antes. No siente la misma conexión que el primer día,

Estaba jugando play, cuando le llega una llamada de Luciana, lo cual responde altiro.

—Amor, no me dijiste que tenías una lesión anoche, cuando estuvimos en llamada.

—Lo hubieses sabido si no interrumpieras siempre Lu —expuso Manuel, con un tono más cortante.

—No te pongas a la defensiva, amor. Solo quería contarte mi día —comentó Luciana. Manuel ya se imagina la sonrisa inocente que hace en aquellas situaciones su novia.

—Yo igual quería contarte mi día.

—Lo siento amor, ¿me perdonas?

—No lo sé —pensó.

—¿Harás algo importante el jueves? —preguntó su novia.

—No, nada. No puedo hacer mucho. —Manuel levantó sus hombros.

—El jueves pasaré a verte. Le diré a mi papá que me vaya a dejar, es lo mínimo que puedo hacer.

—Está bien —dijo Manuel no muy convencido.

—Nos vemos amor, el jueves. Te quiero.

—Nos vemos.

Volvió a tomar el mando, le dio iniciar al video juego, y se acuerda que María también vendrá el jueves a su casa, pero en este caso, a ver a sus hermanos, no a él, ¿ahora como pretendía pedirle perdón en persona si estará Luciana?, pensó Manuel. Esto será muy interesante.

Los acordes de cómo nos enamoramos.Where stories live. Discover now