Corazón de roca (Severus X Tn)

Vivo o muerto

El silencio era fuerte, tan fuerte como las miradas alrededor y el latido del corazón. El anillo frente a la mujer relucía, allí estaba la decisión de su vida. Miró a su alrededor, a Harry se le caía la boca de la sorpresa al igual que a Ron. Minerva tenía las manos en la boca y Severus parecía sonreír deformando la forma de la larga barba. Todos esperaban su respuesta, incluso ella, no sabía que decir. Había esperado tanto tiempo, había querido el amor de Severus por tanto tiempo. Tenerlo ahí, frente a ella, humillándose. Ella sólo pudo retorcer la cara y llorar asintiendo.

-Si quiero- Fué casi un hilo de voz que desató el ímpetu de la ovación. Severus se levantó con la sonrisa más grande que podría tener en la cara. La mujer era un sueño borroso finalmente aclarado. Ella sólo pudo resistir que le pusiera el anillo en su mano temblorosa antes de lanzarse entre sus brazos buscando ocultar el rostro. Severus te escondió en su pecho y dió un beso en tu frente antes de que pudieras levantar el rostro para permitir un beso corto. Ambos se lograron retirar de la pista para llegar a donde los maestros esperaban para abrir el baile a todos los faltantes. Dumbledore y Minerva caminan al centro de la pista invitando a todos a bailar. Te limpias las lágrimas y te posicionas junto a Severus para vigilar el bals. Estudiantes a tu alrededor te felicitaron y a él también aunque le siguiesen teniendo mucho respeto y miedo. Ambos sonreían frente a todos, con las manos agarradas por primera vez.

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-Moore- Ambos reían estando algo embriagados. En los pasillos solo estaban sus manos entrelazadas y sus risas. Algunas pinturas los hicieron detenerse para que les contaran lo que había pasado en el baile y si era verdad lo que habían escuchado. Ellos reían y afirmaban los rumores con felicidad.
-Ven aquí- Reían mientras a veces chocaban el uno con el otro, Severus no quería soltarte. Por fin, esta noche había bailado contigo, se había atrevido a lo que llevaba pensando dos años, y se había divertido. Aunque la diversión no paraba ahí.

-Te amo- La chica estaba radiante a pesar de que su cabello no estuviera como cuando empezó la fiesta, el traje ya tuviera dos botones sueltos y los tacones colgaran de su mano.
-Te amo tanto- Severus sonríe abrazándote tras los hombros. Por fin, la habitación estaba cercana, habitación que invitaba a la intimidad. Un par de besos los adentraron a la habitación. El resto del mundo se iba con el cierre de la puerta. Las manos del hombre eran las que buscaban dominar. Severus te empuja haciendo que caigas en la cama, ríes te empiezas a quitar las joyas. Severus sonríe empezando a quitarse los botones de la camiseta y lo necesario para despejar el abdomen. Los besos fueron muy necesarios, tuvo que agacharse y besarte dejando el cosquilleo apoderarse de tí. Te bajas una tira del vestido pero Severus te detiene.

-No te quites el traje- El susurra en tu oreja antes de pasar la mano por tu muslo dejando que aquel roce áspero dejara la imaginación inocuar. Los besos lo arrastran a quedar encima tuyo, acorralándote así contra la cómoda cama. Los zapatos de Severys caen al suelo y sus labios caen en tu cuello repartiendo mordiscos que hacían salir un gemido de tu boca. Las manos de Severus exploran tus curvas hasta llegar a los pechos que decidió apretar con tal de hacerte morder tu labio inferior. Luego, los sacó de aquel escote dejando el deseo de tenerlos entre labios cumplirse.

Empezó con besos que atrapan secciones de tus senos los cuales seguían presos de sus manos. Luego el pezón era la víctima, sufriendo de los mordiscos y retortijones que le daba Severus. Tu cuerpo reacciona haciéndote jadear y suspirar de manera pesada. El hacerlo con el vestido definitivamente era un toque. Ríes juguetona mirando al techo hasta que sientes uno de esos mordiscos en el que el placer y el dolor hacen una mezcla en la que no puedes decidir si pedirle que pare o pedirle que siga. Entre la confusión solo salían balbuceos a los que Severus les hacía oídos sordos.