Capítulo catorce: El principio del fin

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Belle Amelie...

El funeral se llevó a cabo por la sacerdotisa de la nación del agua al tercer día. Ella brillaba con la luna, con sus ojos grises como estrellas y el cabello negro como esa noche. La princesa sintió una punzada de celos al ver cómo Selene saludaba a Adam, como si fueran amigos de hace mucho tiempo, también por cómo ambos seguían sus pasos y encontraban sus miradas.

El cuerpo del general Sayu se encontraba dentro del río a las afueras de la capital. Estaba helado, ni siquiera el abrigo que llevaba encima podía hacerle frente a las frías corrientes de aire que envolvían sus alrededores. Su padre no le había permitido asistir, sin embargo, ella le insistió para así poder acompañar a William.

La princesa se encontraba justo detrás de la sacerdotisa y su padre y madre junto a ella. Atrás de Belle se encontraba el padre de William, acompañado de Lazlo en representación de su padre. El príncipe elemental se encontraba al frente junto con otro elemental de agua, elevando el cuerpo de su maestro sobre un manto de agua.

—Lysithea ha llamado a Sayu al reino de los espíritus —sus manos se elevaron, formando círculos con sus palmas y el agua se alzó a su alrededor —. Es hora de que comience su descanso eterno.

Todo brillaba, como si la luna estuviera bendiciendo el agua. Poco a poco una esfera se formó alrededor del cuerpo del general, cubriéndolo por completo. iluminando su alma.

—La diosa Lysithea te espera. —el cuerpo de agua volvió al río del cual despidieron destellos plateados que parecía una noche sin fin.

Del río salió el cuerpo del general Sayu, como si fuera un ser celestial. Sus rasgos parecían más jóvenes, como si los años nunca hubieran pasado por su cuerpo. Su rostro transmitía paz y serenidad, como de alguien que hubiera vivido una buena vida. Alzó su mano como si señalara a algo y después su cuerpo se desvaneció y en el río solo quedó un vacío donde estaba el recipiente de su alma.
La sacerdotisa bajó sus manos y todo había terminado. La princesa se acercó a William y lo tomó de la mano para regresar al castillo. De reojo vio cómo Selena tomaba del brazo a Adam y la escoltaba al castillo.

Dos caminos distintos.

***

Los días pasaron y su memoria se fue desvaneciendo poco a poco. Apenas y la princesa podía recordar cómo se veía el cuerpo del general antes de desvanecerse en el agua. El príncipe William apenas había salido de su habitación y ahora que el futuro de su entrenamiento era incierto, el príncipe era el único capaz de entrenarla. Sin embargo, aquello le daba miedo, le preocupaba el estado de su amigo y el poder provocarle un recuerdo de su pasado, le atemorizaba. Todos los días iba a verlo, era la única persona con la que hablaba. No decía mucho sobre la muerte de su mentor, mucho menos sobre cómo se sentía, pero a veces, tenía que abrazarlo por horas hasta que lograra conciliar el sueño.

El príncipe ya tenía mucho con qué lidiar, pero las malas noticias no dejaron de llegar tras el funeral. Primero se les anunció que todos los elementales presentes habían perdido su conexión con su elemento. Dejaron de poder controlar el agua y la tierra. Los únicos que habían salido aún con poderes, fueron Just y William, por milagro William, ya que los elfos le diagnosticaron algún tipo de envenenamiento por la herida que le fue provocada. Estaba estable, no obstante, Belle buscó en libros y en antiguas bitácoras suyas, algo que pudiera ayudarle, pero por más remedios que le aplicaba, la marca negra sobre su cuerpo no desaparecía. Los elfos intentaron curarlo, pero solo aminoraban el avance de la infección. No únicamente la princesa estaba intentando todo lo posible, también el príncipe elfo.

De acuerdo a un libro que había leído, quien controla los cuatro elementos, tenía mayores efectos curativos, sin embargo, su padre nunca aprendió sobre curación y con la poca habilidad que tenía, no logró hacer demasiado cambio, pero al menos parte de la marca había desaparecido. La sacerdotisa prometió consultar con los sabios algún antídoto antes de partir. A escondidas, vio cómo ella le daba un beso en la mejilla a Adam y se preguntó cómo se sentiría hacerlo. Se golpeó mentalmente y dejó que el corazón de Adam siguiera su rumbo.

La Marca de la HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora