Peter
Estoy en mi apartamento y veo el folio que tengo en mis manos "Lissa Amelia Bosman Pamphili" tiene unos apellidos muy peculiares para ser una persona corriente. Lástima que tendré que matarla, me estaba empezando a caer bien.
-Egor, necesito que busques información de alguien - digo por el teléfono - te mandé su nombre, te esperaré en la línea.
-Solo dame un momento - escucho tecleando y un silbido sale de su boca.
-Lissa Amelia Bosman Pamphili, tiene 23 años, es recién graduada con honores de la carrera de Gestión empresarial y economía, tiene muchos cursos referente a economía, trabaja en la constructora Omega Home, trabaja en el área de contabilidad, va a una academia de baile todos los días por las noches y por lo visto no hace nada fuera de lo normal.
-Qué hay de su familia.
-Eso es extraño, tiene un apellido de la realeza Holandesa y el otro de la Nobleza negra pero es casualidad, su papá no existe pero tiene padrastro que es policía y su mamá también solo que trabaja como psicóloga forense.
-Mándame la dirección de su casa y de su trabajo - finalizo la llamada.
Hija de policías, mierda estoy en problemas tendré que matarla antes de que abra la boca, lo último que necesito es tener a la policía detrás de mí. Mañana le pongo fin a esto.
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Otra masacre más y eso me llena de rabia porque no sé quién está matando a mis hombres y quien está jaqueando mi sistema de inteligencia, estoy comenzando a creer que el traidor lo tengo adentro. Llamo al jefe de la mafia italiana para que me preste sus servicios, hace años nos hicimos aliados y desde entonces nos ayudamos entre sí, no le dije mucho por teléfono por si mi teléfono está interferido.
Llego al café donde está uno de mis hombres que anda vigilando a Lissa, al saber quiénes son sus padres no puedo darme el lujo de que abra la boca. Podría haberla matado y ya pero tengo ganas de jugar un rato.
-Dime todo lo que ha hecho - digo sentándome junto al que mande a seguirla.
-Salió de su casa a las 6:00am hacia el gimnasio, estuvo hasta las 7:20am hasta que se fue caminando en su trabajo, pasó comprando café con donas y está ahí en la empresa.
-Bien, puedes irte.
Él se va y yo me quedo viendo la empresa esperando que sean las 12:00 para verla no tan casualmente, reviso mi teléfono y reviso como va todo para quemar tiempo. Terminó todo y aún falta 40 minutos. Sin poder estar más tiempo ahí me dirijo a la empresa y pregunto por ella en recepción.
-Anna - dice saliendo del ascensor - ¿cómo estás? ¿Sabes quién me busca?
La recepcionista señala a mi dirección y ella voltea a verme y sonríe.
-Viniste a matarme para que no revele tu identidad ¿cierto? - dice acercándose.
-Acertaste - digo -no puedo dejarte viva.
-Es una lástima - dice con fingida tristeza - la próxima semana sale la nueva película de los avenger.
-¿Por qué usas gafas en el trabajo?
-La claridad de la computadora me afecta.
-Me parece que mientes - digo - tal vez tus ojos son como imanes que pueden atraer a cualquiera y por eso no quieres que los demás los vean.
Ella guarda silencio un momento y hace una pequeña sonrisa.
-Eso suena muy cliché - dice - pero me han dichos que mis ojos son muy hipnóticos, así que mejor hay que prevenir, una sola mirada puede llevarte a la muerte.
-Quizás - digo - me dejaste tu preciado título universitario.
Ella agarra el folio y lo queda viendo sin abrirlo confiando que su título está ahí.
-Gracias - dice - pensé que tendría que solicitar otro de reposición.
Se gira y le da el folio a la recepcionista y su vestuario me saca una sonrisa, anda un pantalón formal suelto color crema con una camisa corta de color café claro y sus zapatos son los mismos converse blancos, si no recordara el color de su ropa hubiese jurado que lleva la misma.
-¿Nos vamos a almorzar o seguirás viéndome?
-¿Por qué usas pantalones formales sueltos?
-Mis pantalones de poliéster algodón son cómodos para cualquier cosa.
-¿cómo qué?
Ella comienza a caminar a la salida y la sigo.
-Si alguien quiere matarme tengo agilidad para defenderme – dice con ironía - o para correr aunque no suelo hacer eso.
-¿porque alguien querría matarte?
-¿Por qué quieres matarme? - se detiene y siento su mirada.
-Porque sabes quién soy y no puedo permitirme eso.
-Entonces eso responde tu pregunta - dice siguiendo caminando hasta entrar a un Subway.
Ella entra y pide dos sándwiches sin preguntarme si yo quería o no. Nos sentamos a comer y algo me llena de curiosidad de esta mujer y no sé qué es.
-¿Qué haces en la empresa? - pregunto para romper el silencio.
-Te apareciste en mi empresa y me dirás que no investigaste que hago.
-Esa información no la pude encontrar, perdón - digo con falsedad.
-Tu equipo no es tan bueno como alardeas - dice con cierta burla - lavó dinero.
-Impresionante - digo con falsa impresión - con que eres una estafadora.
-Sí, descubriste mi secreto - dice bebiendo refresco - tu eres un mafioso peligroso que usa jeans, camiseta y tenis y yo soy una estafadora que usa pantalones de poliéster algodón.
Una carcajada sale de mi garganta, su ironía suena tan real que cualquiera puede creerle.
-Si tú eres un mafioso yo puedo lavar dinero y estafar una empresa.
-Entonces creo que somos unas personas muy malas - digo.
-Así parece - contesta.
-¿Qué haces en tu tiempo libre?
-Asesino personas – sigue burlándose - también bailo pero asesinar personas es mi hobbie.
-Con que una estafadora y asesina, eso no se escucha muy bien.
-Te impresionará saber cuántos billones pueden pagar por asesinar a alguien.
-No lo sé, yo no tengo necesidad de pagar para desaparecer a alguien, lo puedo hacer yo mismo.
-Es una lástima - dice con fingida tristeza - te iba a pasar mi tarjeta de presentación por si requerías mis servicios.
-Perdón por rechazarte pero si necesito ayuda te llamaré.
-Eres tan considerado - dice con voz falsa que me hace sacar una sonrisa.
-Eres una mentirosa y puede que eso me guste.
-Me siento alagada - dice levantándose - y me temo que tengo que irme, hay miles de dólares que tengo que lavar.
-Pensé que tenías un trabajo donde te pagaban billones.
-Sí, pero también tengo que cumplir con mi trabajo, no puedo hacerme millonaria de la noche a la mañana. Hasta los grandes criminales trabajan.
-Quizás tengas razón - digo sonriendo - nos vemos mañana, no lleves ropa blanca sería una pena manchar la prenda con tu propia sangre.
-Es un honor ser amenazada por uno de los mafiosos más temidos, pero tengo planes para mañana, el viernes tengo libre por si no tienes que matar a alguien o lo que hagas como jefe de la mafia.
Una sonrisa cubre mi rostro mientras la veo salir del restaurante, la inocencia y su ironía me causa gracia que se le permito que se burle de mí, termino de beber mi refresco, dejo un billete de $100 y me voy a trabajar con una estúpida sonrisa en el rostro.
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SIETE SEGUNDOS
RandomEl rey de la Bratva rusa buscando al asesino que ha estado matando a sus hombres, hasta que aparece una sirena de ojos hipnóticos a desordenar su vida ¿siete segundos bastaron para descubrir la verdad? o ¿siete segundos a un paso del abismo?