Capitulo 3

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Peter

Maldita sea, ver la masacre de sangre que hicieron me llena de rabia que siento que en cualquier momento voy a explotar. Veo cuerpos decapitados, sin extremidades, vísceras de fuera y cuerpos sin corazón. Quien sea que haga esto lo disfruta.

-¡Será que alguien quiere decirme si tienen una pista de quién es este hijo de puta que me tiene de las pelotas!

Nadie habla y solo bajan la cabeza porque es obvio que no tienen alguna información, la desesperación me tiene al borde y siento que en cualquier momento puedo matar a alguien.

-Dejaron un mensaje - dice uno de los hombres.

Lo sigo hasta el final del callejón, en la pared hay una frase escrita en sangre "Я перед тобой, хватит меня искать" debajo de la frase están las partes del cuerpo que fueron quitadas a los cuerpos de la calle de enfrente.

¿Qué significa esto? ¿El traidor estará en mí clan? ¿Qué mierdas está pasando?

-¿Alguien quiere decirme qué mierda es esto?

Todos niegan la cabeza y se disponen a ver la pared.

-Quiero que levanten los cuerpos ahora y voy a decir esto solo una vez si el traidor está en mí clan entre alguno de ustedes, rogaran no haber nacido ni ustedes ni sus familias.

Salgo del callejón con alma que lleva el diablo esperando que hoy llegue Enrico. Llegó a la oficina y ni las mamadas de la secretaria me quitan el estrés que tengo encima. Me encierro y comienzo a revisar expediente por expediente de todos los que trabajan para mí.

Mi tarde se va en eso hasta que suena el teléfono y contesto de mala gana.

-¡¿Qué?! - grito.

-Esa no es manera de hablarle a un amigo - dice Enrico del otro lado de la línea - deja el estrés y vamos a cenar.

-No estoy de humor para ir a comer, anoche masacraron a mis hombres, no puedo quedarme sentado haciendo nada.

-Yo los seguirán masacrando, así que más te vale que vengas ya porque la pasta se come caliente.

Me corta y veo que me manda la dirección de dónde está, agarro mi saco y me dirijo al restaurante

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-Peter amigo mío - dice abriéndome los brazos Enrico - tanto tiempo sin vernos.

-No creas que voy a tocarte.

-Tan amable como siempre - dice riéndose - ¿dejaste tu teléfono en el auto?

-Sí, no traje ningún dispositivo electrónico.

-Bien, entonces hablemos. ¿Qué ha pasado?

-Hace dos meses hice negocios con la Cosa Nostra de Sicilia, todo lo que tiene que ver con armas y drogas. El cargamento fue interceptado cuando iban para mis bodegas, hicieron una masacre con mis hombres y desde entonces cada día que hay cargamento hacen lo mismo.

-Supongo que las cámaras de vigilancia son reemplazadas por grabaciones anteriores ¿O me equivoco?

-¿Cómo sabes eso?

-En Holanda pasó lo mismo hace dos años, quisieron derrocar a la Cosa Nostra y sucedía lo mismo, cada cargamento era interceptado, drogas y burdeles eran vaciados y fue cuando mataron al hijo de Manfred. Muchos dicen que fue para asesinar al heredero y que Manfred volviera a quedar al frente del negocio.

-¿Para qué? ¿Matarlo? Ya lo hubiesen hecho.

-Puede que sea una venganza - dice Enrico - Manfred tiene negocios con prostitución y trata de blancas y cada embarque que hay son interceptado, es como si los tuviesen vigilados. Sé que tienes negocio con él, quizás por eso te están tocando las pelotas.

-¿Por qué actuar ahora?

-Porque eres el único que le queda para pasar drogas y armas, Nueva York le cerró las puertas cuando cambiaron de Don que es la fecha y nadie lo conoce. Unos dicen que es un hombre de 50 años, otros dicen que es un lisiado y por eso no quiere salir y otros dicen que es una mujer.

-Sí, eso oí pero tenemos negocios y nunca he tenido problemas, mis armas llegan en tiempo y forma y la calidad es indiscutible.

-Yo igual tengo negocio con ellos pero es extraño que nos entendamos con el segundo al mando más nunca con el jefe y también que Nueva York le cerrara todas las puertas de negocios a Holanda.

-¿Crees que debería de hacer lo mismo?

-Creo que Holanda tiene algo que ver con lo que te está pasando.

-Tu teoría es extraña y no conecta con la mía - saco el folder que llevo en el saco - observa.

Enrico abre el sobre y ve el mensaje en la pared escrito en sangre.

-¿Y eso qué significa? - dice Enrico.

-"Estoy frente a ti, deja de buscarme"

-Eso no tiene sentido.

-Por eso creo que alguien está pasando información de adentro hacia afuera por eso necesito que averigües quién es.

-Haré lo que pueda traeré a mi equipo y te daré una mano extra, tienes la ventaja que los mercenarios que tienes en el culo no saben que estoy aquí.

-Visitaré a Manfred para ver que averiguo y si tiene algo que ver con esto juro que lo asesinaré.

-Hazle honra a tu apellido - dice en modo de burla.

-Por cierto hay uno de tus hombres que estaba en un lugar donde mataron a un senador y me di cuenta que media entidad policial lo está siguiendo.

-Federicco, es un completo hijo de puta – brama molesto – si puedes matarlo hazlo, es un maldito soplón de mierda y no lo puedo matar yo porque es familia.

-¿Habló algo de ti?

-Me vendió con la policía italiana solo porque no lo deje hacerse cargo de unos negocios, el idiota no sabía que tengo a la policía en mi bolsillo y se fue con la interpol. Cuando quise matarlo porque ya todos andaban cuidándole el culo.

-¿Por qué no deshiciste de él hace tiempo?

-Porque es mi primo, maldita rata asquerosa, soy capaz de contratar un asesino y pagar por su cabeza.

Sus palabras me recuerdan a dicha mujer de cabello rojo y una sonrisa se me escapa.

-¿Qué? ¿Porque te ríes?

-Por nada – digo sin querer revelar mi pequeño secreto.

SIETE SEGUNDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora