Lissa
Bajamos del helicóptero en cuerdas y nos adentramos al viñedo, según nuestro informante hace 15 min entraron y hay más de 50 ex militares árabes y alemanes esperando a Peter. Seguimos el camino hasta que las balas comienzan a sonar.
Comenzamos a correr y llego antes al campo de batalla, le rompo el cuello a dos girando sus cabezas y desenvaino mi BERETTA FS con silenciador y comienzo a dar tiros entre ceja y ceja sin fallar uno solo.
Los demás llegan uniéndose a la acción y cuando veo a Manfred colocarle un dispositivo inmovilizador en el costado cerca del corazón a Peter, le disparo un dardo con un chip rastreador, al verme huye entre los tantos hombres.
Llego a ayudar a Peter quitándole el dispositivo y dándole un arma, a cómo puede se sienta y comienza a disparar en las yugular de los enemigos haciendo un mar de sangre, cuando el último hombre cae llega Enrico y nos apuntan hasta que ve que no somos holandeses.
Rápidamente se acerca a su amigo a preguntar si está bien y este me grita.
-Te pregunte que quien eres – dice molesto y con dolor.
Estoy dándole la espalda pensando que no me reconocería, pero ese hombre es muy astuto. Me quito la careta y mi cabello cae en cascada sobre mi espalda espero siete segundos y me giro a verlo.
Sus ojos están llenos de sorpresa y enojo al verme. En sus ojos violetas han tomado un color oscuro casi negros demostrando la rabia que siente.
-¿Me vas a disparar ya o estas dudando? – le digo con gracia sabiendo que él no podrá responder.
Peter
Si antes me hubiesen dicho que la sirena de ojos hipnóticos era la reina del mundo criminal me hubiese reído, pero escucharlo ahora no. Verla frente a mí vestida de negro y llena de sangre hace encender una furia incalculable dentro de mí. Simplemente fui una mentira, una estrategia, un peón.
Al llegar una tal Gaby me ha estado molestando que tienen que revisarme por el dispositivo que me arrancaron que tiene secuelas porque aún siento las descargas eléctricas, pero no es comparado con la rabia que tengo contra ella.
-¿Dónde está? - bufó molesto.
-¿Que acaso no entiendes que te tienen que revisar?
-Te pregunté que dónde está - le apunto con el arma al mismo tiempo que ella me apunta a mí.
Una segunda arma me apunta detrás de la cabeza y los tres hombres que están en la habitación apuntan hacia mi espalda mientras Guisella le apunta a Gaby.
-A mí no me amenazas - me dice tranquilamente como ella solía hablarme - no me toques los cojones porque si no tendremos problema.
-Princesa Guisella - dice Turán el jefe de la mafia de Arabia Saudí - usted mata a mi prometida y créame que no vivirá para contarlo y lo mismo para ti Peter.
Enrico aparece por el otro extremo con Robert y al ver el panorama se alarman.
-oigan oigan - dice acercándose - calmémonos todos sí.
-Princesa Gaby - dice Robert - ¿Todo bien?
-No te preocupes Robert - dice sin quitarme la mirada - que si me mata me lo llevo en el saco.
Una carcajada de odio y frustración sale del fondo de mi garganta resonando en toda la habitación, bajando el arma veo a Enrico que está de pie a la par de Robert.
-Ahora todos tienen corona - digo despectivamente - y aparte traes un policía a mí casa.
-Gaby es princesa de Holanda, heredera en primera fila al trono y próximamente Reina de Arabia Saudí y el policía ha sido el instructor de Lissa - dice Enrico.
La rabia me vuelve y camino frente a él y le pregunto.
-¿Dónde está?
Él me ve pero no contesta nada.
-En su apartamento - dicen detrás de él.
Salgo disparado de la sala cegado por la rabia y me dirijo a su apartamento, al entrar al edificio veo pisadas de sangre, deduciendo que son las huellas de sus botas. Llegó hasta el final de las pisadas y abro la puerta del apartamento sin detenerme a golpear la puerta.
Comienzo a buscarla por todo el lugar hasta que escucho la ducha abierta y voy hacia el baño, ella está desnuda de espalda bañándose sin inmutarse por el escándalo como si esperara que yo viniese.
Me quedo embelesado por su belleza que me causa rabia, entro a la ducha y la jalo del brazo dejándola frente a mí. Sus ojos hipnóticos se conectan con los míos y una media sonrisa aparece en su rostro.
-Si querías bañarte conmigo deberías quitarte la ropa - dice relajada.
-¿Por qué todo este teatro? - digo con enojo - Reina.
-¿Qué teatro? - dice desabotonándome la camisa.
-El que te montaste para cruzarte conmigo - digo molesto sin poder evitar que ella me desnude.
-No fue ningún teatro - dice - que me tropezara contigo fue casualidad.
-Mientes - le grito - todo lo planeaste.
-Te dije que no digo mentiras - dice volviendo a verme - apareciste cuando ni siquiera te contemplaba en mis planes.
-Tú eres la que ha estado matando a mis hombres.
-Sí, tienes un equipo muy bueno pero no excelente. Trabaja más en eso.
Ella me baja el pantalón junto con el bóxer y yo sigo sin moverme viéndola fijamente. Ella levanta la vista y no corta la mirada.
De un momento a otro la estrelló contra la pared del baño comenzando a besarla con deseo e ira. A través del beso le transmito mi enojo y ella lo recibe, muerdo su labio superior y el sabor a metálico no tarda en aparecer en nuestras bocas. De un tirón me saco el pantalón y la levanto para aprisionarla con mi cuerpo en la pared.
Ella enreda las piernas alrededor de mi cintura sin quejarse en ningún momento de la ferocidad. La ira crece con cada recuerdo que se me viene de ella, cuando me llevo a comer, el día del tiroteo, la noche de la playa, todo me molesta porque fue una jodida farsa.
La embisto con fuerza que ella grita, sus gritos no me importan la sigo embistiendo igual, dejo de besarla y busco sus ojos, ella los tiene cerrados con fuerza para no ocultar el dolor de mis embestidas.
-¡Mírame!- le ordeno, ella no lo hace más bien traga con fuerza -¡Que me mires maldita sea!
Ella me ve con unos ojos color azul intenso, sus ojos hipnóticos ya no están solo está un azul lleno de mentiras. La sigo embistiendo con fuerza que ciento que voy a romper la pared.
-¡Detente! - dice con dolor - ¡Maldita sea detente! - grita.
Hago caso omiso a sus palabras y hasta que me corro dentro de ella la suelto dándole la espalda inmediatamente. Salgo del baño y paso agarrando una toalla saliendo del apartamento aún lleno de rabia.
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SIETE SEGUNDOS
RandomEl rey de la Bratva rusa buscando al asesino que ha estado matando a sus hombres, hasta que aparece una sirena de ojos hipnóticos a desordenar su vida ¿siete segundos bastaron para descubrir la verdad? o ¿siete segundos a un paso del abismo?