Capitulo 5

152 19 0
                                    

Peter

Fue el mejor sexo de mi vida y me es imposible sacarme a esa mujer de la cabeza, sé que tengo que matarla pero joder me tiene cautivado. El viernes después de la playa nos fuimos a un motel en donde cogimos en todos lados, en la cochera, en la cama, sobre la mesa, en el jacuzzi hasta en el baño.

Sus besos y sus mordidas aun los tengo en la piel, mi espalda quedo arañada y joder cada que me arde me hace recordar esa noche y me pone duro. Nos dormimos como a las 4:00am y cuando desperté ya no estaba pero dejo la habitación pagada, desde entonces han pasado tres días.

-Creo que alguien tuvo una noche candente – dice Enrico detrás de mí – solo ve cómo te dejaron la espalda, Jesús.

-No puedo quejarme – digo poniéndome en posición para pelar con él.

-No sabía que tuvieses mujer – dice tirando el primer golpe.

-No la tengo.

-¿Algo de una noche?

-No lo sé, no me he decidido.

-¿Por qué no lo sabes?

-Tengo que matarla – digo logrando golpearle la costilla.

-Bueno acostándote con ella no ayuda mucho – dice devolviéndome el golpe.

-Por eso te digo que no lo sé.

-Creo que deberías de conservarla.

Me detengo para tomar agua y él me sigue

-Si no la quieres para algo serio déjala para la cama.

No sé por qué se tengo el pensamiento de que es ella la que me usaría a mí.

_________________________________

-¿Qué afán tienes de salir hablar de negocios en lugares públicos? – bramo molesto.

-Cómo vas hablar de trabajos en donde tienes un sapo.

-Pero venir a una avenida.

-Nadie atacaría en un lugar público – dice – y les será más difícil saber que tienes compañía.

-Buen punto – digo – ¿Has descubierto algo?

-Sí, algo muy curioso. Tienes que ir donde a hablar con el Don de Holanda para confirmar una teoría. Si ellos atacan cuando no estés es posible que Holanda no tenga nada que ver.

-¿Esa es tu teoría? – digo sarcásticamente.

-Quien está matando a tus hombres no es un grupo de mercenarios es un solo hombre que fue entrenado en el mortal cage, un asesino de primera.

-También deduje que había sido expertos pero no puede ser uno porque mato a más de 35 exmilitares uno solo es imposible.

-No tientes a la suerte, esos hombres están mal de la cabeza – dice con gesto de asco – deja a Vladimir al frente en tu viaje y puedes contar con tu equipo sin falla, ellos te son leal por respeto no por miedo. Jamás te traicionarían.

Escuchar eso me reconforta no puedo hacer el trabajo yo solo y tampoco puedo andar desconfiando de mi alrededor. Seguimos hablando de negocios cuando una cabellera roja entra a una tienda de ropa y se claramente quien es.

-Es todo terminamos – digo cortando a Enrico – hoy viajo a Holanda.

No permito que diga nada más y entro a la tienda siguiendo a la mujer de cabello rojo y ojos hipnóticos que me tiene delirando. Al entrar veo que esta con dos personas que deduzco que son sus padres.

El hombre al verme rápidamente coloca a Lissa detrás seguido de su esposa.

-¿No es una coincidencia? – digo con burla.

-¿Qué haces aquí? – dice Robert en alerta.

-Tu hija y yo somos amigos – digo con burla – espero y eso no le moleste oficial.

Hace dos años el detuvo uno de mis cargamentos de droga y cuanto quiso hablar con su superior yo lo había sobornado, desde entones quiere cazarme y lo deje con vida porque gracias a sus movimientos estúpidos puedo darme cuenta que es lo que hace.

-Si tú le haces algo te juro.....

-El no hará nada – corta Lissa – es una persona muy ocupada.

-Lissa él es peligroso – dice su mamá.

-No lo es – camina hacia mí quedando de frente, guarda silencio siete segundos y dice - o no conmigo

Su última frase la dijo con un susurro que solo ambos pudiéramos escuchar, frase que me saca una enorme sonrisa porque no tiene idea de lo que puedo llegar hacer.

-Te veo después – dice Lissa a Robert – No te preocupes, no puede matarme. Aún.

Sale de la tienda y yo le dedico una sonrisa llena de burla y la sigo, una vez que estamos fuera de la tienda un disparo pasa rozando el cabello de Lissa e inmediatamente saco mi arma por inercia.

Ella no se mueve solo se queda paralizada mientras ve como la bala golpea la lámpara. Trato de agarrarla del brazo para tirarla al suelo pero ella rápidamente se estrella hacia mí haciendo que el arma se dispare.

El impacto le da a una mujer con una carriola que al verme comienza a correr dejando la carriola, corro detrás de la mujer mientras llamo dando mi dirección para pedir refuerzos. Cuando llego al callejón sin salida la mujer tiene una herida en el hombro derecho y ella al verme se dispara en la cien.

Quedo viendo el cuerpo inerte y puedo ver que es americana, tiene un teléfono descartable y cuando quiero hablar marcar me sale inválido. Mierda.

Lissa llega caminando tranquilamente hasta donde estoy y su serenidad me perturba un poco.

-¿la mataste antes de preguntar porque quería matarte?

-Ella lo hizo sola – digo – ¿estás bien?

-Sí no te preocupes. Tu CZ SHADOW2 es muy linda.

-¿Cómo sabes qué tipo es?

-Te lo dije – susurra con burla – soy asesina.

Ni en un momento serio ella deja de ser sarcástica, recuerdo que sus padres son policías y eso me calma un poco, le quito la vista y comienzo a revisar el cadáver cuando llegan dos de mis hombres.

-Jefe, atrapamos a uno vivo – dicen viendo a la mujer que tengo enfrente.

-Llévenlo al sótano y no lo maten hasta que yo llegue.

Asienten y se van, ella no se inmuta en moverse ni nada.

-supongo que tienes trabajo – dice – bien, me voy. Averigua quien quiere matarte, no quiero que me sigan pensando que soy la mujer de un mafioso y levanta el cuerpo, los niños juegan en las calles.

Ella se da vuelta y se va como si no ha pasado nada extraño, veo la forma en que el pantalón rosa pastel envuelve su trasero y me olvido por un momento como es que ella actúa con calma en una situación peligrosa.

SIETE SEGUNDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora