Pandemia de amor

Atenolol

Semanas después

Grace

Las cosas con Anderson estaban un tanto complicadas, manteniamos comunicación pero no nos veíamos ambos trabajábamos mucho y me habían puesto en muchos turnos extras por lo que con suerte tenía tiempo para mí. Ahora estaba saliente de turno por lo que decidí darme un baño antes de tomar desayuno, puse mi play list y al momento de entrar en la ducha mi teléfono vibraba a cada rato,termine de ducharme después de 20 minutos, desbloqueo mi teléfono y veo mensajes de Anderson.

Anderson: cuando me ibas a contar que además de estar conmigo estabas con otra persona?

Anderson: eres una mentirosa

Anderson: te pediré un último favor, si , me ves en la calle o en el trabajo no me saludes y haz de cuenta que no me conoces

Quedé en shock al leer esto sus palabras eran un corto punsante en mi corazón dejando una enorme hemorragia y posteriormente un corazón sin vida.
Hace un mes y fracción termine con Lucas pero era obvio que era obra de él. No me molesté en escribirle, ya me había bloqueado de todas las redes sociales y así con un vacío en mi corazón tuve que ir a la cama ya que en la noche igual tenía turno.

— Grace ya levántate

Escuchar la voz de mi mamá me hizo volver a mi realidad, prefería volver a mi sueño al menos ahí Anderson estaba conmigo. Me dolía la vida en realidad nunca me había sentido así y no quería ir a trabajar pero no es una excusa válida. Ojalá estubiera permitido faltar al trabajo por tener tu corazón roto.

— Grace, ya pu tienes que comer. No te mueves de aquí sin comida

Me levanté con las pocas fuerzas y la poca dignidad que me quedaba.

— mamá no tengo hambre

— es que no te pregunté si tenías hambre o no. Te sientas

Ante su voz autoritaria no me quedaba otra cosa que hacer, me tomé un café y comí un pan para dejarla tranquila.

— ¿a dónde vas tan apurada?

Sentí que me jalaron de la muñeca y al oír la voz de Lucas me paralice.

— suéltame y no me vuelvas a tocar -dije soltandome de su agarre-

— tenemos que hablar aún te faltan 20 minutos

— ya y ¿De qué quieres hablar? -hice una pausa- ¿De cómo me mentiste todo el tiempo que estuvimos juntos? Ah ya sé ¿De cómo le contaste mentiras a Anderson para que se alejara de mi? O tal vez de ¿Cómo querías quitarlo del camino para así tu tenerlo libre? -le dije irónica-

— te pasó por meterte con él

— si entiendes que no estábamos juntos y que no te tengo que dar ningún tipo de explicación. Tu y yo no tenemos nada de que hablar.

Dicho esto ingresé a mi lugar de trabajo, cambie mi ropa de color por mi uniforme azul pero no podía quitar la tristeza que sentía por Anderson. Solo quería mi cama ver Netflix y un litro de helado pero¿Cómo les explico a mis pacientes que me rompieron el corazón?.

Para variar era la encargada de turno por lo que cualquier cosa era mi responsabilidad y solo esperaba que no pasara nada porque probablemente Anderson igual está de turno y no quería verlo. Más bien no quería que el me viera en este estado.

Me tocaba preparar insulinas y para no confundirme escribí los nombres al reverso del envoltorio. Posteriormente inyecte a cada una de la mejor manera posible para evitar que se me notrara que estaba triste, pero aún así mi turno pasó demasiado lento.