❝ 𝐋𝐨𝐬 𝐛𝐨𝐬𝐪𝐮𝐞𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐢𝐝𝐨 ❞

꒰OO2꒱ ;; Promesas.

『••✎ Ship;; HifuGen
『••✎ Temática;; Fluff, ligero angst.

『••✎ AU;; Fantasía

│✧ ∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷∷

Como en todo tipo de artista, era común que tras finalizar un novela, Gentaro buscara inspiración para sus escritos ya fuera por medio de sus amigos, en los mismos habitantes del pueblo o realizando pequeños recorridos por el bosque, buscando el toque de la naturaleza que le rodeaba como fuente de ideas para sus novelas.

Sin embargo, su último y más reciente viaje había sido bastante peculiar. No solo había sido un viaje bastante productivo que le llenó de inspiración, sino que también le había hecho hacer un descubrimiento nuevo que no podía dejar que nadie más supiera de él.

─ ¿Cuánto llevas escrito? ─ Gentaro recibe un pequeño beso en el dorso de su mano luego de esas palabras. Sonriendo con cariño.

─ Ya lo he terminado, en realidad, mi inspiración fue tal que he decidido empezar a escribir una secuela ─ responde con alegría para luego revelar su propio teatro ─. Bueno, eso es una mentira.

Hifumi ríe volviendo a dejar un frío beso en la mano de Gentaro. Acercándose más a él con su otro brazo en la cintura del castaño. Ambos recostados entre las sábanas de la cama, siendo solo ellos dos en el vacío del castillo abandonado que les rodeaba. Gentaro puede sentir la fría piel de Hifumi en su cuello, dejando besos en éste con cariño, algunas veces puede sentir el roce de los dientes contra su piel, como si estuviera tentado a morderlo. Ésta vez no fue una excepción.

— ¿Y de qué trata? — Hifumi pregunta entre besos. Recibiendo un abrazo.

— De un par de amantes — responde alzando ligeramente su cabeza, dejando más expuesto su cuello al rubio y luego continúa —, pero ambos son de mundos muy diferentes, por lo que su amor no es bien visto ante los ojos de los demás.

Una trama extrañamente familiar, piensa Hifumi.

— Podríamos ser del mismo mundo sí así lo deseas — Gentaro quita su sonrisa sabiendo a lo que se refiere el rubio, pero que ya ha dado una respuesta antes. Hifumi nota su cambio de humor y como aparta la mirada de él, además de encogerse de hombros, ocultando su cuello —. No te voy a obligar, pero sabes que es solo una opción.

— Que te ame no significa que vaya a cambiar toda mi vida de un momento a otro.

Hifumi quiere responder, pero las palabras no salen de sus labios aunque quiere que lo hagan. Gentaro tiene razón en algo. No han llevado mucho tiempo de relación y sabe que por más que él ame al castaño, no debe obligarlo a dejar todo por él, pese a que Hifumi estaría dispuesto a hacerlo.

— . . . Sabes que te amo mucho, ¿Verdad? — tras notar el silencio, Gentaro habla tomando la mejilla de Hifumi, acariciándola aunque está fría.

— Tengo miedo de perderte — él confiesa como respuesta. Acariciando la mano de su pareja sobre su mejilla. Disfrutando del calor que le transmite —. No te quiero ver morir.

Gentaro aún sabe que es demasiado pronto para dar promesas esperanzadoras a Hifumi. Ser ambos vampiros no suena tan mal, pero significa que Gentaro tendría que dejar la vida que ya conoce de un momento a otro. Necesita tiempo para pensarlo bien.

— . . . Lo seguiré considerando, ¿Sí? — alza ligeramente el rostro de su pareja, besando sus labios con ternura —. Solo necesito tiempo para acostumbrarme bien a la idea.

Hifumi no está del todo convencido, pero no le queda de otra más que aceptar las palabras de su amado escritor. Es al menos un pequeño avance a lo que le gustaría tener junto al castaño.

— Te amo, mi hermosa violeta.

Gentaro sonríe mientras que Hifumi le regresa el beso, ahora proporcionando también una ligera mordida en sus labios.

— Eres bastante impaciente, ¿No es así? — ríe con diversión, de la misma forma, Hifumi corresponde su risa.

— Estaría mintiendo sí te lo negara, mi bella flor — Gentaro rueda los ojos antes de abrazar a su pareja, cubriendolos a ambos con las sábanas de la cama.

Las sábanas jamás han sido útiles para Hifumi, ninguna de ellas ha logrado transmitirle el mismo calor que pueden hacerlo los toques y brazos de Gentaro cuando duermen juntos. Un pequeño bostezo le indica a Hifumi que su flor está cansada, por lo que lo apega a su pecho, protegiéndolo en un abrazo con cariño.

— Descansa, mi amado Gentaro.