NARRA GABRIEL
No puedo quitar mis ojos de ella, como baila y ríe junto a las chicas, como de vez en cuando me mira tímida y deja de hacerlo cuando la pillo mirándome. Marta la coge de la mano y la hace girar y la atrae hacia donde yo estoy, me tiembla todo el cuerpo. Apoyo mis codos sobre la barra tratando de hacerme el interesante, de aparentar que no me pone nervioso y bebo del cuarto o quinto cubata de la noche.
— Mis niños, necesito veros bien — sus brazos rodean mi cintura y la de Nicole, nos mira a los dos y sonríe. Se nota que ella también anda pasada de copas como nosotros dos. — ¿Van a seguir distanciados?
Miro a Nicole, la cual a pesar de tener más alcohol en sangre que otra cosa, se tensa y aparta la mirada.
— Me gustaría que todo fuera diferente Marta, pero no es así — dice ella y se va. Recoge su abrigo del perchero de la entrada, se lo pone y sale a la calle.
Marta se queda mirándome.
— Nicole es una niña que merece la pena, no sé que sentirás por tu novia, pero por lo que sé y por mi experiencia, si una persona te hizo daño, por mucho que te esfuerces en volver a confiar y te empeñes en intentarlo, no suele funcionar — me acaricia la mejilla.
— Ya no estoy con Agustina — miro al suelo pero Marta alza mi cabeza y sostiene mi rostro entre sus manos.
— Inténtalo, sé que lo vuestro es algo bonito, y es solo el comienzo. Te he visto como alma en pena estos días y como sonríes cuando estáis juntos, os tengo tanto cariño que no os quiero ver mal — me abraza y un par de lágrimas rebeldes se resbalan por mi mejilla las cuales limpio rápidamente para que no me vea Marta.
Acabo con el cubata, busco el último cigarro que me queda en la cajetilla y salgo a la calle con la esperanza de encontrarla fuera.
Tirita del frío que hace a estas horas y no dudo en acercarme a ella.
— Parece que ha resfrescado bastante ¿no? — que manera más tonta de romper el hielo.
Asiente y agacha su cabeza, es incapaz de mirarme o al menos lo evita todo el tiempo. Me siento en el borde de uno de los grandes maceteros que hay en la entrada del local, tomo su mano y tiro de ella posicionándola entre mis piernas.
— No estoy con Agus, no podía estar con ella si a cada rato pensaba en ti — sus ojos azules se clavan en los míos y no logro descifrar que me quieren decir hasta que se dibuja una leve sonrisa en su boca. — He sido un gilipollas por buscar lo fácil y no arriesgar.
Sus manos a ambos lados de su cuerpo se alzan con la intención de tocarme pero se frena en mitad de camino y vuelve a quedarse quieta. Ojalá saber que pasa por esa cabecita loca.
— Necesito que me creas, necesito que entiendas que contigo soy yo, que a pesar de haber estado con otras personas, tu siempre has sido la prota de mis pensamientos — mi dedos se deslizan por su brazo y puedo notar como un escalofrío le recorre el cuerpo entero bajo mi contacto. — Estoy siendo lo más cursi que existe, pero oye que no tengo problema en abrirme y decirte lo que siento si así vuelve todo a ser como antes o incluso mejor. Me gustas, me gustas muchísimo.
Ahora si, enreda sus manos en el pelo de mi nuca, se acerca más y más a mi y mis manos se posan en su cintura.
— Necesito que me perdones, Nicole. Simplemente que me digas que no hay problemas entre los dos, tampoco quiero obligarte a que estes conmigo, entiendo que mi comportamiento ha sido de muy hijo de puta y entendería que quisieras espacio — puedo notar como el frío se apodera cada vez más de ella y es entonces cuando la abrazo.
Su cara se hunde en mi cuello y noto como respira tratando de oler mi colonia, esa que tanto le gustaba. Yo sigo sentado, quedamos a la misma altura.
— ¿Podemos hablar de esto cuando estemos sobrios? — me dice aún abrazada a mi sin cambiar de posición.
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ETÉREO • N&G
Fanfiction"Nos conocemos de hace años, hemos vivido miles de situaciones, pero jamás pensamos que el tontear en un casting para que nos eligieran, cambiaría tanto nuestras vidas". Nicole y Gabriel, dos chicos que se concen desde que grabaron Skam España, apen...