NARRA NICOLE
Tantas eran las ganas que nos teniamos que recorrimos la ciudad parando en cada esquina para besarnos una y otra vez. Loa besos habían dejado de ser tímidos a medida que avanzábamos, su lengua invadió mi boca y la mia quiso luchar por entrar en la suya y recorrerla entera, me mordió el labio inferior y sonreí en mitad del beso.
— Nicole, te juro que esto no estaba en mis planes — lo miro con el ceño fruncido. — Lo de besarte si, pero jamás pensé que fuera tan adictivo, joder.
¿Me lo decía en serio? Sinceramente no era plan de ilusionarme con él, cualquier hombre para conseguir lo que se propone es capaz de soltar el mayor de los cumplidos, ser el más detallista y una vez conseguido, se olvidan de que existes. No quería esa, no podría con otra decepción. Aunque esto solo iban a ser cuatro besos y ya.
— ¿Pasa algo? — me quedé tan sumergida en mis pensamientos que no noté como habiamos parado en la Puerta del Sol, me tenía la mano entrelazada con la suya y me miraba como intentando leer mi pensamiento.
Acorté los pocos centímetros que nos separaban y besé sus labios con desesperación, para así, olvidarme de todo y dejarme llevar. Mis dedos se perdieron en su oscura cabellera, nuestras bocas parecían imanes.
Un señor mayor que sacaba a pasear a su perro a altas horas de la noche nos miró con desaprobación, no estaba bonito ver como dos jóvenes casi se desvisten en pleno centro de Madrid.
Nos faltaba poco para llegar a nuestro destino, la chaqueta de cuero se me había caído varias veces y una vez dentro del portal, sus manos no paraban quietas ni un solo segundo, se escabullían por debajo de mi vestido buscando tocar mi piel sin que la tela de satén blanca fuera una barrera para poder hacerlo. Quería arrancarmelo allí mismo y poco le faltaba, además este vestido jugaba en mi contra porque uno de los tirantes se deslizó por mi hombro y él aprovechó la ocasión, no tardo nada en besarme con una delicadeza sublime que me impresionó después de tanta rudeza en sus besos, tanto asi que me estremecí por completo. Solté un leve gemido y él soltó una pequeña sonrisa arrogante.
— Menuda locura — me dijo mirándome con deseo de arriba a abajo y casi me muero ante sus palabras. Estaba temblando y juraría que es la primera vez que me pasaba algo asi.
Apretó mi trasero y pegué un pequeño salto al no esperarlo, posé como pude mis manos sobre sus hombros para mantener el equilibrio y cerré los ojos. Besó mi oreja, después mi mejilla, jugó con mi lóbulo mordiéndolo...
— Esto si que es una locura — quise referirme a lo que estaba pasando y él me entendió a la primera pero no cesó.
Solo la luz de la calle que entraba en el portal permitía que pudieramos vernos aunque solo fuese un poquito y sus ojos se tornaron más oscuros. Pulsó la tecla número cuatro.
— ¿Crees que esto esta bien? — dije interrumpiendo el beso que nos estábamos dando una vez dentro del ascensor que subía hasta su piso.
— No pienses en eso — me acorraló pero justo en ese instante las puertas se abrieron, suspiré aliviada porqué fui salvada de ser devorada allí mismo.
Observé el largo pasillo, las puertas blancas resaltaban con las paredes en un gris oscuro, la luz con sensor se encendieron nada más norst nuestra presencia. Me ofreció su mano y me llevó hasta la puerta de su piso.
Decidí que lo mejor sería ir al suyo y no tener la imagen de él junto a mi haciéndolo en cada rincón del mio. Estaba claro que a eso habíamos venido y no se quedaría en uno nada más, la noche iba a ser larga.
Me giró para que lo mirase antes de meter la llave en la cerradura.
— Si no estas segura, no estas cómoda, lo que sea, dímelo.
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ETÉREO • N&G
Fanfiction"Nos conocemos de hace años, hemos vivido miles de situaciones, pero jamás pensamos que el tontear en un casting para que nos eligieran, cambiaría tanto nuestras vidas". Nicole y Gabriel, dos chicos que se concen desde que grabaron Skam España, apen...