Capítulo 5

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NARRA NICOLE

Tras escuchar a Eva comienzo a temblar y no precisamente porque tuviera frío, es más, me arden hasta la yema de los dedos. Nos escuchó porque su habitación esta a continuación de la mía y eso de disimular delante de ella es imposible porque grité su maldito nombre cuando me invadió por completo, cuando me aferré a su espalda y clavé mis uñas en ella mientras iba y venia dentro de mi. 

Gabi me mira sin saber que decir, muerto de vergüenza al igual que yo, y siento que tras la charla de la cena prefiere ir con cuidado de no meter la pata conmigo, por eso no sabe que decirle a nuestra amiga que nos había escuchado. Se supone que solo quedaría entre los dos, que se quedaría en esa noche y que jamás volveria a suceder.

— Estábamos viendo una película y le estaba haciendo cosquillas porque no quería compartir las palomitas que yo mismo había comprado — Eva frunce su ceño sin creérselo mucho. — Te lo juro.

— Pero si se escuchaban gemidos ¿me quieren ver cara de idiota? —nos tira agua a los dos y susurra para que nadie más la escuche.

— Estábamos viendo After — Gabriel seguía contándole como había sido todo, tan inmerso en su mentira que hasta yo me la estaba creyendo. — ¿Tu te crees que íbamos a follar nosotros? Si ya sabes que Nicky es como mi hermana — manosea mi pelo despeinándome y mojando la parte que todavía no me había mojado. Bufo al ver que tendré que lavarmelo antes de ir a grabar, cosa que no quería.

Mi cara es un poema en este momento tras escuchar la palabra hermanos. ¿HERMANOS? Suspiro e ignoro lo que acaba de decir, si el quiere que nos comportemos como hermanos, así será.

— Si tú lo dices...— levanta sus hombros la morena.

— Eva, por favor — la miro con la esperanza de que las palabras de Gabi hayan funcionado y ella se va donde Anna y Victor y nos deja solos. — ¿Hermanos? Somos hermanos — digo en voz baja para mi — ¡Qué curioso oye! — le digo mientras me alejo al ver que apenas nos separan centímetros. 

Me mira sin entender.

— ¿Qué? — se acerca pero vuelvo a alejarme.

— Nada, que no te acerques que se puede malinterpretar — le doy la espalda y salgo de la piscina.

Me silba mientras salgo, y cuando me giro para fulminarlo con la mirada, lo pillo mirándome descaradamente el culo.

— Lo siento pero lo tienes muy bonito, no lo puedo evitar — se excusa levantando los hombros.

— Eso no es de muy hermanos por tu parte — le digo agachandome en el bordillo una vez fuera del agua para que solo me pueda escuchar él.

Apoya sus manos en el filo de la piscina para impulsarse y salir de esta, en ese momento quedamos a escasos centímetros y observo como Victor, Anna y Eva ya no estan, es más quedan tres persona mayores en sus tumbonas.

— ¿No te gustó lo que le dije a Eva? — me levanto corriendo sin dejarle que siga acercando su rostro al mio. — No, tú no te vas de aquí — me sujeta del brazo cuando consigue salir del agua y tira de él.

Mi pecho y suyo chocan.

— Basta Gabriel, no me gusta este jueguecito — advierto.

— Yo no estoy jugando — pasa su mano por mi cintura y me atrae más a él.

— No me toques — mis palabras salen en un susurro casi inaudible.

— ¿Qué dijiste? Es que no escucho bien, me entró agua — me esta tocando el trasero, noto como mi piel se eriza con el roce de sus dedos.

ETÉREO • N&G Donde viven las historias. Descúbrelo ahora