ETÉREO • N&G

Capítulo 8

NARRA GABRIEL

Me quedo completamente mudo. No esperaba esa pregunta y por unos segundos dudo que responder.

— Vivamos el momento ¿no crees? — agarro su mano y tiro de ella para que caiga en la cama conmigo. Su melena se balancea cuando decide dejarla suelta, su olor a coco inunda mis fosas nasales y disfruto unos instantes con los ojos cerrados. 

Beso sus mejillas pero la noto seria, su semblante ha cambiado y la sonrisa que traía al volver del baño se ha esfumado. Quizás esperaba otra respuesta después de todo lo vivido la noche anterior. Se levanta posando sus manos a ambos lados de mi cabeza, me mira a los ojos.

— He quedado con Eva para ir de compras al centro comercial La Cañada — un beso tímido es lo único que recibo, vuelve a entrar al cuarto de baño, escucho el grifo del lavabo y como espurrea algo de colonia, al rato sale y se va dejándome solo en la habitación.

Esta claro que ella busca tener algo más serio, que no esta para mis vaivenes, que con todo lo que ha vivido no esta para que la anden mareando, y yo no quiero hacerle daño. No me lo perdonaría.

— ¡Espera! — salgo al pasillo en su búsqueda. — Os acompaño — frena, se gira y me mira con el ceño fruncido.

— No hace falta, seguro que tienes cosas que hacer — se pone a rebuscar unas gafas de sol en su bolso y se las pone sobre la cabeza.

— No tengo nada mejor que hacer que estar contigo en mi día libre, créeme — me pongo una camiseta básica negra y salgo tras ella entrando en el ascensor.

El olor que desprende me hace acercarme a ella y a oler su cuello despacio. Puedo notar que ahora si que sonríe un poco ante el cosquilleo que le hago con mi nariz.

— ¿Te has echado de mi colonia? — le digo sonriendo de oreja a oreja.

— No había otra, ¿qué querías que hiciera? — se encoge de hombros y justo en ese momento atrapo sus labios en un tierno beso. No lo puedo evitar cuando me mira desde abajo y veo como sus pupilas brillan tanto.

Mis manos tocan sus mejillas, tan suaves y ella rodea mi cuello con sus manos.

— Esta todo bien ¿verdad? — le digo preocupado. Realmente tengo una sensación extraña desde que salimos de la habitación.

— Si, no te preocupes — besa mis labios para tranquilizarme. Un beso tierno en el cual nuestros labios se rozan con cariño, un beso lleno de sentimientos encontrados de los cuales aún no sabría definir, pero que se siente bien.

Esta claro que ella se ralla tanto o más que yo, pero si soy sincero, es la primera vez que me preocupa tanto el estado de alguien tras mi antigua relación. Se separa de mi cuando las puertas del ascensor se abren y sale dejándome de nuevo atrás. Se para en el enorme espejo que hay en la recepción y me mira esperando a que la alcance, después estira de su vestido hacia abajo.

— No sirve de nada que estires, no tiene más tela — me río y ella me hace burla sacándome la lengua.

— ¡Qué graciosillo estas! — pellizca mi nariz.

Cuando salimos Eva ya esta fuera del hotel con unos vaqueros blancos y un top azul cielo esperando mientras se echa un par de selfies.

— ¿Y tu? ¿Vienes con nosotras o vas a robarme a mi amiga otra vez? — Eva me mira con cara de pocos amigos, aunque sé que lo dice de broma y al rato sonríe.

— Me aburro aquí solo y Víctor no esta.

— Ah, somos tu segunda opción ¡Qué bien! — me dice Nic levantando una ceja de brazos cruzados.