2. ¿Que estas haciendo?

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Luego de decirle mi nombre, salió corriendo hacia mi lado opuesto. No se que le pasó. No lo vi mas desde eso.
Salí apresuradamente de la escuela seguida por mi hermano. Queria huir de ese lugar.
- Oye, ¡espera!- gritó Dann tratando de seguirme el paso.
Hoy volviamos a pie. Habia subido la temperatura. Estaba templado, no hacia frio ni calor. Al haber sol las personas andaban por las calles y no tenia que preocuparme por la inseguridad.
- Hoy vi a Caleb, ¿sabes? Volvio de Francia hace unas semanas.
- ¿Que no solo se habia cambiado de escuela? Y yo tambien lo vi.
- ¿Lo viste? ¿Te ha reconocido? Porque has cambiado un poco- dijo señalando su pecho.
- ¡Dann!- golpeé su abdomen- no lo hizo. Pero luego le dije quien era.
- ¿Trato de ligar contigo? Es muy capaz y si no le ha quedado claro el tema de amigos y familia se lo volveré a decir.
- Dann, a todos les quedó claro. Y no trato de ligar conmigo, creo.

Llegamos a casa algo cansados por la caminata bajo el sol. Decidí ir a darme un baño largo para relajarme y desestresarme.
Subí al cuarto de baño y abrí el grifo. Dejé que se llene. Una vez asi, metí mi pie para comprobar la temperatura del agua y se encontraba perfecta. Me desvistí y entré.
Tengo una buena vida. Es decir, tengo el dinero que necesito y no me falta nada. Tengo a mis amigos, mi familia, un lugar para vivir y comida. Estoy mas que agradecida.
Pero, pasando a mis deseos, quiero un novio. Veo a mis amigos con sus parejas y siento un nudo en la garganta instantaneamente. Les tengo envidia. Pero la verdad de porque no tengo relaciones es porque me aburro. Siempre que estoy en algo serio, llega una fiesta y ¡BAM! Hago algo como besarme con otro chico o cosas de ese estilo y termino arruinandolo. Pero sinceramente me aburro de las relaciones. Aunque me gustaria estar en una. Raro, lo se.
Tuve mi ultimo novio como hace dos años. Era Dylan Holle. Si, el glorioso y hermoso Dylan. Aunque retrocediendo en el tiempo el no era asi. Estaba lleno de granos y barritos, con aparatos y no iba al gimnasio ni jugaba al Futbol americano. Eramos iguales. Almas gemelas. Los mas despreciados de la escuela por ser feos y, asi tuve mi relación con Dylan. Pero, con el paso del tiempo el cambió. Cada vez iba a la escuela distinto: con ropa de marca o con un grano menos, sin aparatos y peinados nuevos. Hasta que finalmente todas las chicas empezaron a desearlo. Le corté. Sabia que pronto lo haria el. Dylan esruvo unas semanas rogandome, pero al darse cuenta de todas las chicas que podia tener dejo el romance atras. Aunque Lola me dice que todavia esta perdidamente enamorado, cosa que ella sola ve. Luego de que eso pasara, cambié yo: sin aparatos, peinados, uñas, ropa y hasta un poco de maquillaje. Obviamente gracias a mis amigas. Y ahora soy una de las chicas normales, no soy popular pero tampoco soy lo que era antes.

Supe que era hora de salir de mi baño cuando vi la hora ¡Habia pasado una hora y treinta minutos!
Salí y me envolví en mi toalla con fresas de colores. Me peiné y puse crema en mi cuerpo. Caminé hasta la puerta para abrirla, pero alguien la abrió por mi.
- ¡No veas!- dije cerrando los ojos fuertemente. Como si eso hiciera que la persona no me viera, aunque estaba envuelta en la toalla.
- ¡Soy yo!- gritó Dann- ¿que haces asi? Hay gente en el piso de abajo, podrian subir y verte asi. Venia a decirte que bajes.
- Necesito un baño para mi sola- susurré para mi misma- ya bajo.
Salí del baño esquivando e ignorando a Dann, chocando su hombro con el mio. Pero hubo algo que me detuvo. Un persona.
- Oh- dijo una voz que recien empezaba a conocer. Levanté la vista y vi a Caleb mirandome sin ningun disimulo. Sostuve mejor la tela que me cubria y me negué a mirarlo a la cara. Estaba roja de la verguenza- lindas fresas.
- Elle, no uses nada muy..... ¿Caleb?- hice señas disimuladamente con mis manos y mi cara a mi hermano pidiendole que eche al chico que se encontraba delante mio- ¡Caleb! Deberias bajar, ¿no crees?
Seguí mi paso a mi habitacion sintiendo la curiosa mirada de Caleb sobre mi espalda, tal vez un poco mas abajo.
Cuando terminé de cambiarme con algo simple, en lo que tardé quince minutos, bajé. En uno de los sofás se encontraban sentados mis padres y, supongo, los de Caleb en el del frente de este. En otro sofa estaban sentados mi hermano y su amigo con su hermana.
- Hola- saludé a los supuestos padres de Caleb a lo que devolvieron mi saludo.
- Cariño, ellos son Juliet y Ernest, padres de Caleb- habló Beth, mi madre- han venido a casa ya que al volver de Francia quisimos reencontrarnos.
Tuvimos una breve charla entre los cinco (sumando a mi padre) pero decidí que era tiempo de hablar con los mas jovenes.
Cuando hablaba podia sentir su mirada sobre mi y cuando no hablaba tambien la sentia. En todo momento. Era un poco incomodo, pero admitiré que me gusta.
- ¿Quieren quedarse a cenar? Podremos hablar un poco mas- sugirió mamá. Crucé los dedos Que digan que no, que digan que no>>
- ¡Claro! ¿Por que no, Eleonore?- inquirió Juliet.
- ¿Que?
- Que estas diciendo que no quieres que los Doyle se queden- dijo mi padre algo enojado por la situacion.
- ¡Ca-Cayeron! S-si, cayeron en mi broma- inventé una excusa aunque se que nadie me creyó.
Luego de unos minutos el asunto fue olvidado por completo.
Caleb dijo que iria al baño y que ya sabia donde quedaba. Me miró picaro luego de eso. Yo bajé la vista.
Busqué mi celular pero no lo encontre por ningun bolsillo de mi pantalon. Debí haberlo dejado en mi cuarto. Subí las escaleras y giré la perilla de la puerta. Adentro Caleb saltó dejando las cosas en su lugar y empujando el cajon que habia abierto, cerrandolo. El tenia los ojos bien abiertos, sorprendido. Yo estaba enojada y algo extrañada por su actitud.
- ¿Que estas haciendo?- fue lo unico que pude decir.

Idiota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora