-¿¡Que!?- tapé mis oídos al escuchar el grito de Dann proveniente del piso de abajo.
Escuché sus pasos subiendo las escaleras. Mierda, iba a matar a Caleb.
La puerta se abrió de golpe revelando a mi furioso hermano.-¿Cómo que estás saliendo con el hermano de Lola?- inquirió tratando notablemente de controlar su ira. Dann siempre había sido del tipo de chicos que se enojaban rápido. Además de que era muy sobreprotector.
Enojón + Sobreprotector= Catástrofe.
Si, esa es la simple ecuación.
Cuando era muy pequeña me gustaba un chico, se llamaba Allan. Era muy bonito. Los dos estábamos súper niños y por lógica nuestra "relación" no iba a pasar de un simple juego en el arenero. Si, el arenero. Y cuando mi hermanito, alías "el señor sobreprotector" se enteró, enloqueció y no me dejó entrar a su habitación a jugar con sus coches de juguete. ¡Por favor! ¡Tenia como cinco años! Sólo fue una pelea tonta.
Todo empeoró seis años después, cuando un nuevo chico llegó a la ciudad: Nick. Era guapo como el infierno. ¿Y cómo creen que terminó? Con un Dann rojo de la ira.Salí de las anécdotas porque el chico que estaba delante mio no dejaba de chasquear los dedos en mi cara para que le prestara atención.
-Te estoy hablando.
-Lo siento, lo siento.
-Y te he preguntado algo, Eleonore- dijo con cara de amargura.
-Oh, eh... Si... Eso...
-¿Que es eso? ¿Estas saliendo con Derek?
-¿Que? ¡No! ¡Puaj!- salté de la cama haciendo una mueca de asco. Dann soltó todo el aire que estaba contenido en sus pulmones- es imposible que yo salga con el. Sabes mas que nadie de la regla n°15 de El Reglamento de las Mejores Amigas.
-¿Que ese reglamento?- se metió Caleb, el cual estaba apoyado contra el marco de la puerta escuchando la conversación. ¿Desde cuando estaba ahí?
-Esa regla implica- comenzó Dann- que ninguna de las chicas que sean mejores amigas pueden estar saliendo/gustar/coquetear con los hermanos de las otras. Obviamente no puede romperse.
-¿Y como explicas la foto del beso?- metió el dedo en la llaga otra vez. ¿¡Que no puedes callarte de una vez maldito bastardo!?
-Bueno, querido Caleb, Derek se acercó y me besó. Solo fue eso, luego lo empujé lejos- al terminar puse cara de superioridad.
-Supongo que eso lo explica todo, de igual manera, te quiero lejos de ese chico- dijo y asentí. No iba a desobedecerlo. La ultima vez que lo hice termino mal... muy mal.Minutos después mi hermano se retiró de mi habitacion, dejándome sola junto a Caleb.
-Te has salvado esta vez, pequeña Eleonore, pero te agarraré con las manos en la masa. ¿Que digo en la masa? En algún chico.
-¿Por que quieres hacer eso, eh? ¿Acaso te pondrás... celoso?
-Tal vez si, tal vez no. Quien sabe- dijo, yéndose de mi cuarto y dejándome sumergida en una gran duda de la cual iba a escapar.
Era tarde por lo que opte por ir a preparar la cena- ya que mamá había estado muy ocupada (y no se preocupa en lo absoluto por sus hijos) en su trabajo-.
Bajé a la cocina teniendo en mente preparar unos ricos sandwiches de jamon y queso, pero la madre de Caleb se me había adelantado y se encontraba preparando algo que debo admitir olia exquisito.
-Hola señora Doyle, ¿que esta preparando?- pregunté.
-Oh, Eleonore, hola- saludó cortésmente estoy cocinando unos deliciosos spaguettis con salsa rojas, de la cual no quiero presumir, pero me salen estupendos.
Reí. No era gracioso, mas debía hacerlo. Es decir... ustedes me entienden.
-Pues lo comprobare en cuanto los pruebe- ella río ¿sabe donde están mis padres?
-Si. Salieron a una cita de trabajo con unos comensales muy importantes, por eso hago la cena.
-Ah, gracias señora Doyle, si me disculpa, me retiraré- dije levantando mi trasero de la mesa en donde me encontraba sentada y pegando un salto a la vez, haciendo que mis pies toquen el suelo.
-Oh cariño, puedes tutearme. Dime Loretta- inquirió amablemente.
-Claro, Loretta- sonreí y me dirigí hasta el sofa de la sala, tirándome sobre un dormido Dann.
No se despertaba por lo que -encima de el- comencé a moverme como un pez fuera del agua. Finalmente abrió sus ojos.
-¡Ey! Quitate, no seas pesada- se quejó. Levantó su cuerpo del sillón, haciendo que el mio estrelle contra el frio y duro piso.
-¡Oye!- me sobé el brazo con una mueca de dolor- eso me dolió.
-Y eso te pasa por molestarme en mi hermosa siesta- subió las escaleras de dos en dos.
Tomé el mando de la consola y jugué varios minutos, hasta que el grito de la señora Doy... de Loretta nos llamo a comer.
Todos nos sentamos en la gran mesa familiar de mi casa y empezamos a devorarnos el plato de spaguettis que teniamos frente a nuestras narices, a excepcion de Loretta, quien era muy educada a la hora de comer.
-Wow, esto esta genial- elogió alegremente Dann, los demás -menos ella, obviamente- asentimos.
-Esta tan genial que podria comerme doscientos platos- dijo Caleb.
-Esta tan genial que podrias quedarte en mi casa toda la vida- dije graciosa. Todos dirigieron una muy seria mirada hacia mi- ¿dije algo malo?
-No, no. No es eso, es que... hablando de quedarse...- empezó insegura Loretta.
-¿Que pasa con quedarse?
-Nos tendremos que quedar por al menos, tres semanas mas- escupí toda la soda que estaba tomando a causa del comentario de Caleb. ¿Tres semanas mas? ¿Que es esto? ¿Un hotel?- ¿es eso muy malo?- quiso saber el chico.
-No...no, es solo que... no me lo esperaba, pensé que se marcharían el Domingo.
-Si, lo se. Si molestamos podemos buscar otro lugar para alojarnos- ofreció su madre.
-No, por mi no hay problema. Pero, ¿que dicen mis padres?
-Bueno... ese es el conflicto- comenzó Dann- nuestros padres no saben, y el Lunes por la tarde...
-Viene la tia Greta- dijimos los dos al unisino.
-¡Oh! ¡Por favor! No sabiamos que eramos tanta molestia- habló Loretta- ya mismo me contacto con un hotel, o casa en alquiler- dijo levantándose de su asiento agustiada y un poco avergonzada, podía notarlo.
-¡No, Loretta! No son un problemas- grité, mas no me escucho -o no me respondió.
-Hablaré con ella y le explicaré- se levantó Dann, dejándonos a mi y a Caleb solos.
El me miraba fijamente y yo... yo solo miraba mi plato, avergonzada ante su atenta mirada.
-¿Que? ¿No me vas a decir nada luego de mis ''celos''? Sé que quieres hacerlo.
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Idiota
Teen Fiction¿Quién seria tan idiota como para enamorarse de el? Eleonore Blair, a sus jóvenes 16 años cae en las garras del feroz Caleb Doyle. Ella es algo espontanea e impulsiva. El es engreído y malcriado. Y esa no es la mejor mezcla. Eleonore dirá lo que si...