Idiota

10. Toqueteos y huidas.

Aburría. Simplemente aburría escuchar al estúpido profesor hablar de la misma mierda todo el tiempo.
Hacia un esfuerzo gigante por no dormirme en Literatura. Eso que recién era la cuarta hora, y no saldría de la escuela hasta la séptima.
Me hartaba la rutina de sentarme en una silla por una hora o mas y tener que oír a la persona que tienes enfrente hablar de cosas que para ti no tienen valor. ¿Para que quiero saber de la vida de Julio Verne, de Alfonsina Storni? Si me gusta leer, pues ya esta. No hay que darle tantas vueltas al asunto. Leo porque me gusta, porque me llena. Leo porque me inspira y hace que un montón de mariposas se arremolinen en mi interior. Leo porque me hace sentir viva, completa de un fuego que solo yo puedo comprender, ¿entienden? Es decir, no es necesario saber para leer, porque uno aprende leyendo. No se necesita saber sobre la vida del autor para amar un libro, sentir una pasión irremediable y querer leer hasta la tumba. Es difícil de explicar y difícil de entender. No estoy diciendo que la vida de aquellos autores no sea interesante, o que sus libros sean malos, hablo de que al menos a mi, no me interesa. Aunque sus libros y poemas me encantan.

Era Lunes. Ayer, Domingo, había sido un día largo, pero divertido. Dann no se sentía bien, por lo que faltó a la escuela. Por otra parte, Caleb vino. Y al no venir mi hermano, será él el que me llevará a casa. Estoy segura de va a ser un viaje incomodo.
Intenté arreglar para ir a casa de algunas de mis tantas amigas luego del instituto, pero ninguna podía. Hable con la mitad de la población del mundo entero para que alguien pudiera llevarme a mi dulce hogar, mas nadie podía. Quería evitar a toda costa estar en un mismo lugar con el. No porque sintiera algo por el, o porque lo odiara. Simplemente era incomodo.

Tocó el timbre y suspiré aliviada. No me había dormido y evité un castigo en detención.
La ultima vez que estuve en ese espantoso salón fue hace ya unos cuantos meses, el año pasado. Habían sido castigados también los mellizos "cuellilargos". Creo que se imaginan porque los llaman así. Si, tienen un cuello de dos metros. Y estoy segura que son los peores de toda la escuela.

Recuerdo un día del año pasado, octubre sino me confundo, en el que los mellizos se metieron en graves problemas: cuando la profesora Houstand los reprobó en su materia haciendo que repitieran un año, ellos destrozaron su auto. Primero rompieron los vidrios a patadas, luego pintaron todo sin dejar un espacio en blanco y por ultimo y menos dañino pincharon sus ruedas. Luego de ese "incidente" los mellizos fueron expulsados, pero, ¿que se puede hacer si su padre es uno de los empresarios mas famosos de la ciudad? ¿Si su padre aporta dinero a la escuela todos los meses para las reformas? Obviamente readmitieron a los cuellilargos y a pesar de sus bromas pesadas siguen aquí.

Nos tocaba un receso de 20 minutos. No tenia clases de Literatura con mis amigas, por lo que fui a buscarlas.
Las encontré sentadas en la misma mesa de siempre en la cafetería. Hablaban y reían.

-Si, pero no creo que sea cierto. Es decir, era horario de clase y nadie estaba en los pasillos- escuche decir a Lola mientras me sentaba. Ninguna me presto atención.

-Piénsalo. La profesora que les enseña Geografía dijo que habían faltado algunos alumnos. Entre ellos, Caleb y Dyna, los cuales estaban en la mañana cuando entramos. Luego se los vio salir juntos del cuarto del conserje. Ella con su falda desacomodada y su cabello enmarañado. El estaba perfecto- acotó Violet.

-¿De que hablaban?

-Se esta diciendo que Dyna y Caleb fueron al cuarto del conserje a hacer cosas sucias. Supuestamente la masturbó con su mano derecha ¡en horario de clase!- hablo Phily.

Unas inmensas ganas de vomitar lo que había desayunado en la mañana me invadieron. Sabia que Caleb era mujeriego, pero que me cuenten cosas como esas me repugna.

-Elle, ¿esta bien? Te pusiste pálida.

-Si...si, estoy perfectamente. Solo me...

-¿Acaso te dolió que el haya hecho eso, pequeña Elle?- pregunto Violet con un tono burlón.